El impacto de la pandemia en las mujeres ha sido alarmante, pues desde que comenzó la emergencia sanitaria por COVID-19, hemos visto un sinfín de desigualdades en todos los ámbitos: económico, sanitario, de seguridad y protección social.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) afirma que el último año, durante la pandemia, 243 millones de mujeres y niñas en el mundo han sufrido violencia física y sexual por parte de su pareja, hecho que se ha intensificado, y aumentado en general las violencias contra las mujeres.
Aunque las vacunas ya están disponibles en muchos lugares, incluido México, también se necesita la cura para poner fin a esta problemática, pues ellas son las que enfrentan repercusiones desproporcionadas que no hacen más que agravarse en contextos de conflicto y emergencias como la de COVID-19.
A continuación te contamos algunos datos de suma importancia, los cuales fueron rescatados del panel La otra pandemia: violencias contra las mujeres y la doble carga, organizado por el Consejo de Nuevo León para la Planeación Estratégica —órgano transexenal, apartidista, consultivo y propositivo del Estado de Nuevo León—.
Consejo de Nuevo León: da a conocer el impacto de la pandemia en las mujeres
El Consejo de Nuevo León para la Planeación Estratégica, ha llevado a cabo una serie de charlas que forman parte de los Foros sobre el eje de Desarrollo Social del Plan Estratégico 2030, en donde se tocan algunos temas de interés para la sociedad mexicana. En particular, en el panel que lleva por nombre: La otra pandemia: violencias contra las mujeres y la doble carga, se dio a conocer el impacto de la pandemia en las mujeres.
Una de las participantes fue Martha Herrera, Directora Global de Impacto Social en CEMEX, quien también funge como presidenta de la Comisión de Desarrollo Humano del Consejo Nuevo León.
Factores de la pandemia en las mujeres
Herrera afirmó que la COVID-19 ha empeorado la vida de las mujeres en varios aspectos, entre los que se encuentran:
Aumento de la violencia doméstica
En algunos países, incluyendo a México, las denuncias y llamadas de emergencia relacionadas con la violencia doméstica se han disparado un 25% desde que se decretaron las medidas de distanciamiento social. Aunque estos casos han sido más evidentes, la ONU afirma que en nuestro país más del 40% de las mujeres mayores de 15 años que han sufrido violencia doméstica, no han denunciado estos delitos ni buscado ayuda.
Maria del Sol Sánchez Rabanal, oficial nacional de género del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), otra de las expertas que participó en el foro, afirmó que las mujeres no pudieron estar seguras en sus casas porque las medidas del confinamiento las obligaron a convivir todo el tiempo con sus agresores.
Empobrecimiento
A nivel mundial el empleo informal es una fuente de trabajo mayor para los hombres (63%) que para las mujeres (58%), en países con ingresos bajos y medios-bajos existe una mayor proporción de mujeres que de hombres que trabajan en la economía informal.
Norma Cerros Martínez, directora y fundadora de Womerang, indicó que la participación económica de las mujeres ha bajado hasta un 40.5 %, al nivel de hace 15 años, por lo que se esfumó en menos de dos semestres los avances de décadas.
Incluso el panorama es aún más desolador para las mujeres y los hombres jóvenes de entre 16 y 19 años, cuya tasa de desempleo pasó del 11,5% en febrero de 2020 al 32,2% en abril de ese mismo año.
Trabajo doméstico no remunerado
Antes de que comenzara la crisis, las mujeres realizaban casi el triple de trabajo doméstico y asistencial sin remuneración que los hombres. En México, ¾ partes del trabajo es realizado por mujeres, lo que equivale al 23% del PIB nacional.
En ese contexto y por el rol otorgado tradicionalmente, las mujeres estuvieron a cargo del cuidado de las y los niños durante la suspensión de actividades escolares en México por la emergencia sanitaria.
Con más de 1.500 millones de estudiantes en casa en marzo de 2020, las normas de género existentes han hecho que la demanda creciente de trabajo doméstico y cuidado infantil sin remuneración recaiga en las mujeres.
Riesgo para las trabajadoras esenciales
Otro de los impactos de la pandemia en las mujeres ocurre cuando el trabajo no remunerado limita la capacidad de llevar a cabo trabajo remunerado, pues este no se puede realizar de manera remota.
La falta de apoyo para el cuidado infantil es una problemática para las trabajadoras esenciales y las madres sin pareja que tienen responsabilidades de cuidado, y es muy probable que las normas sociales discriminatorias aumenten la carga de trabajo no remunerado relacionado con la COVID-19 de niñas y adolescentes, especialmente en aquellas que viven en situación de pobreza o en lugares vulnerables.
También se ha encontrado que la fuerza de trabajo en salud en todo el mundo, el 70% son mujeres que están en primera línea para prevenir, detectar y gestionar acciones de COVID-19, exponiéndose de manera directa al virus.
A pesar de estas cifras, las mujeres no suelen tenerse en consideración en la toma de decisiones a nivel mundial o nacional para la respuesta a la COVID-19. Asimismo, el salario de ellas continúa siendo menor que el de sus homólogos masculinos y ocupan menos puestos de liderazgo en el sector sanitario.
Abandono escolar
El cierre de los colegios y los sistemas sanitarios desbordados tuvieron también efectos graves sobre las mujeres jóvenes y las niñas.
A finales de marzo de 2020, la UNESCO calculó que el 89% de la población estudiantil del mundo dejó de asistir a los colegios o las universidades debido a los cierres provocados por el COVID-19, lo que ha obligado cursar los estudios en línea y dejado a una gran parte de la población en enorme desventaja por vivir en entornos sin Internet o con pocos recursos tecnológicos.
Objetivos estratégicos para mitigar las violencias contra las mujeres
En el panel también participó Ana Fernanda Hierro Barba, directora de Consejo Nuevo León, quien dio a conocer algunos objetivos estratégicos para asegurar el bienestar de la sociedad, puntualizando en el punto número 3.
- Reducir la pobreza multidimensional y la desigualdad entre las personas.
- Garantizar la inclusión social de todas las personas y el ejercicio pleno de sus derechos, sin ninguna distinción por su condición económica, de salud, de movilidad, género, sexo, orientación sexual, edad, discapacidad, origen étnico o religión.
- Asegurar la igualdad de género y eliminar cualquier forma de violencia en contra de las mujeres y niñas.
El impacto de la pandemia en las mujeres todavía es un tema de preocupación en muchos países, incluido México, por ello se necesitan impulsar políticas equitativas e igualitarias que eviten reproducir desigualdades que con tanto esfuerzo se habían disminuido para no dejar a nadie atrás.