Como muchos amantes del cine comprometidos con el medio ambiente, Oli Mould, docente de Geografía Humana en la Royal Holloway University of London, que escribe para The Conversation comparte su entusiasmo por películas como «No Mires Arriba» (2022) y el film más reciente, «El Final del que Partimos» (2023), destacando el impacto del cine en la sostenibilidad.
En este contexto, Mould comparte sus reflexiones y resalta la importancia cada vez mayor que el cine y la televisión han tenido en abordar directamente los problemas relacionados con la catástrofe climática. Desde su perspectiva como investigador de la historia del movimiento ambiental en el Reino Unido, señala un esfuerzo más concertado en las últimas dos décadas para utilizar estas formas de entretenimiento como herramientas educativas, de concienciación y acción social.
El poder de la narrativa frente al cambio
Mould destaca tres beneficios clave del uso de historias inventadas para abordar cuestiones ambientales. En primer lugar, subraya la capacidad única de las películas para apelar a las emociones del público. A diferencia de presentaciones científicas o entrevistas académicas, las películas tienen la capacidad de conectar con las emociones de manera profunda, un paso esencial para motivar cambios en el comportamiento de las personas.
Este poder se aprovecha al presentar mensajes climáticos dentro de tramas imaginativas y fantásticas. Ya sea el impacto de meteoritos en «No Mires Arriba» o las inundaciones extremas en «El Final del que Partimos», estas historias utilizan elementos conocidos por los espectadores habituales para transmitir mensajes relacionados con el cambio climático.
En segundo lugar, Mould destaca cómo las películas pueden acercar la catástrofe climática a la vida cotidiana al incorporar eventos comunes. Utiliza el ejemplo de la serie de televisión «Years and Years», que sigue las experiencias de una familia en Manchester entre 2019 y 2034. Al centrarse en las dinámicas interpersonales, la serie permite que el público se relacione con los personajes, incorporando así los problemas climáticos en el debate público de una manera accesible y efectiva.
En tercer lugar, Mould señala que las crudas imágenes de la devastación ambiental, ayudadas por efectos especiales cada vez más espectaculares e imágenes generadas por computadora, dejan una huella visual duradera. Esto aumenta la conciencia y la preocupación del público. «El Día Después del Mañana», estrenada en 2004, puede considerarse la primera superproducción climática.
La Era del «Cli-fi»
Mould introduce el concepto de «cli-fi», una abreviatura de «climate fiction» en inglés, que se traduce al español como «ficción climática». Argumenta que este género, ilustrado por películas como «Snowpiercer» (2020) y «Mad Max: Fury Road» (2015), utiliza un escenario post-cambio climático como telón de fondo para abordar problemas sociales, culturales y políticos derivados de la catástrofe climática.
Aunque reconoce que este género no siempre se adhiere a la precisión científica, Mould enfatiza que la exactitud no es la clave. Lo fundamental radica en la conexión emocional y la narración convincente. Estas películas, al transmitir la gravedad de los problemas reales asociados con el cambio climático, se convierten en herramientas valiosas para educar y movilizar a la opinión pública.
Mould concluye que a medida que enfrentamos desafíos crecientes relacionados con la catástrofe climática, el abrazo de narrativas diversas y emocionalmente atractivas en los medios de comunicación convencionales se vuelve imperativo. Estas narrativas no solo informan, sino que también generan preocupación y acción en una comunidad global más proactiva.
Con su análisis, Oli Mould destaca la necesidad de aprovechar la narrativa cinematográfica para comunicar eficazmente los desafíos ambientales y, al hacerlo, inspirar cambios significativos en el comportamiento individual y colectivo. En última instancia, nos recuerda que el cine no solo entretiene, sino que también despierta conciencias y, con suerte, impulsa la acción hacia un futuro más sostenible.