¿Qué propósito te haría correr 5 kilómetros?… ¿y 10?, ¿Cuánto correrías para darle educación a una niña o niño?, ¿y por proporcionar raciones de alimento a quienes más lo necesitan? El impacto real de las carreras con causa es algo que a menudo nos confunde, porque no siempre encontramos relación directa entre la cantidad de kilómetros recorridos y el apoyo social. Sin embargo cuando las empresas configuran este esfuerzo de la forma adecuada son capaces de conseguir un gran impacto. Un buen ejemplo, la Global Race de Bimbo.
En la última década, hemos sido testigos de un auténtico auge en la popularidad del running, una tendencia que ha cobrado fuerza en todo el mundo. Los datos más recientes reflejan un incremento sostenido en el número de corredores, lo que demuestra un aumento del 40% solo en el año 2015, según estadísticas proporcionadas por el Congreso de la Industria del Running.
Este fenómeno se une a la marcada expansión de las carreras deportivas en los últimos años, con organizaciones como Emoción Deportiva liderando el camino. En el año 2000, Emoción Deportiva celebró su primera carrera con la participación de 4,500 corredores. Cuatorce años después, la misma organización había orquestado más de 100 carreras en un solo año, atrayendo a más de 500,000 corredores.
En paralelo a este aumento en la pasión por el running y las carreras deportivas, las empresas han demostrado un creciente interés en promover estilos de vida saludables entre sus empleados. En esta búsqueda, muchas compañías no solo han comenzado a organizar o participar en carreras deportivas, sino que también respaldan a sus empleados, en ocasiones cubriendo parcial o totalmente los costos de inscripción.
Es intrigante observar que esta participación empresarial frecuentemente se vincula con una causa social. Las empresas, en colaboración con organizaciones sociales, aprovechan estos eventos como una oportunidad para recaudar fondos en apoyo a una causa benéfica. La etiqueta de «carrera con causa» se convierte en un vehículo para comunicar el compromiso de la empresa con el bienestar social, canalizando recursos y atención hacia causas significativas.
La noción de vincular actividades como correr con objetivos más allá de lo personal no solo es un fenómeno contemporáneo, sino una manifestación tangible de cómo las organizaciones están adoptando una mentalidad que busca el bienestar colectivo. Correr por una causa, ya sea para recaudar fondos para enfermedades raras, luchar contra el hambre o facilitar el acceso a la educación en comunidades marginadas, trasciende la mera acción física. Se convierte en un acto simbólico que une a las personas en torno a un propósito común y poderoso; y las empresas lo saben.
De ahí que cada vez es más común que empresas responsables de todos los sectores organicen carreras en favor de todo tipo de causas. Muchas de ellas las realizan como un mero esfuerzo de concientización; pero muchas más, como Bimbo, ponen manos a la obra para conseguir un impacto significativo haciendo donaciones en efectivo o en especie a organizaciones aliadas.
El auge del running y las carreras deportivas ha creado un terreno fértil para la promoción de estilos de vida saludables y la recaudación de fondos con un propósito. Las empresas están integrando estas tendencias en su cultura, promoviendo la participación de los empleados y canalizando recursos hacia causas benéficas. En un mundo donde la conciencia social y la acción colectiva son cada vez más valoradas, las «carreras con causa» no solo son una actividad física, sino también una poderosa herramienta de transformación social.
Bimbo Global Energy Race
El Global Energy Race es el evento deportivo y con causa más importante de Grupo Bimbo, y la carrera con causa más grande a nivel mundial. A través de este esfuerzo, la marca ha fusionado el atletismo y la lucha contra el hambre cero, respondiendo así a su compromiso social y fomentando buenos hábitos.
En 2020, alineándose a las debidas precauciones derivadas de la pandemia de COVID-19, el evento se llevó a cabo por primera vez de manera virtual, con resultados especataculares. En 2022 las y los participantes pudieron elegir entre modalidad virtual o presencial y este 2023, podrán hacerlo de nuevo.
Hasta el momento cuenta con ocho ediciones y se corre simultáneamente en más de 30 países alrededor del mundo. Alinéandose con su propósito de alimentar un mundo mejor, Bimbo dona 20 rebanadas de pan por cada corredor inscrito, a bancos de alimentos.
La RSE de Bimbo
Desde hace casi 77 años, Grupo Bimbo ha sido un referente en la provisión de productos de calidad, enfocados en nutrir a sus consumidores y en enriquecer las comunidades donde establece sus operaciones. A pesar de ser una marca 100% mexicana, su impacto se ha extendido a más de 33 países, adaptando sus productos para satisfacer las necesidades diversas de las personas. Sin embargo, esta misión ha evolucionado con el tiempo, ya que el Grupo ahora se esfuerza por crear valor en colaboración con la sociedad.
Este compromiso se cristaliza a través de su estrategia de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), donde uno de sus pilares fundamentales es «Alimentar por un mundo mejor». Este pilar se manifiesta de manera impresionante a través de la iniciativa Bimbo Global Race, que previo a su edición de 2022 ya había logrado donar más de 16 millones de rebanadas de pan en total.
Más allá de simplemente ser un conglomerado de productos alimenticios, Grupo Bimbo ha optado por ser un agente de cambio social y comunitario. A través de la RSE, se ha posicionado como un modelo ejemplar de cómo las empresas pueden canalizar su influencia y alcance para generar un impacto significativo. La esencia de la Bimbo Global Race encapsula este enfoque innovador, al convertir una carrera en una plataforma de generosidad y solidaridad.
Esta iniciativa no solo promueve la actividad física y la participación, sino que también canaliza los recursos y la visibilidad en pro de un propósito más amplio. Cada paso tomado en la Bimbo Global Race trasciende la pista de carrera, ya que se traduce en donaciones tangibles de alimentos para aquellos que más lo necesitan. Es un testimonio palpable de cómo una empresa puede fusionar su misión empresarial con un compromiso genuino de mejora social, dejando una huella perdurable en las comunidades a las que sirve.
La evolución de Grupo Bimbo desde su origen como empresa panificadora hasta su papel actual como generador de impacto social resalta la importancia de la innovación en la responsabilidad empresarial. A medida que las empresas se vuelven más conscientes de su influencia y responsabilidad en el mundo, ejemplos como el de Grupo Bimbo demuestran que el camino hacia un cambio positivo comienza con la voluntad de adaptar y transformar la forma en que operamos y prosperamos juntos.
