La situación de contaminación que China atraviesa es verdaderamente alarmante, los niveles de contaminación atmosférica le cuestan al país hasta 300 mil millones de dólares anuales de acuerdo a un informe del Banco Mundial, además de toda la afectación a la salud y a los cultivos agrícolas.
Este país en su esfuerzo por revertir los daños ha comenzado a tomar acciones e iniciativas que contribuyan a disminuir el problema. Alexander Balchin, un arquitecto británico, residente de la ciudad de Tianjin, China, pensó que una de sus armas para combatir la contaminación podría encontrarse en los rascacielos que caracterizan algunas ciudades del país.
El arquitecto diseñó un rascacielos capaz de absorber el aire contaminado por la parte más alta del edificio y devolverlo al medio ambiente purificado por la parte inferior.
La idea surgió a raíz de que Balchin se enteró que más de mil 200 personas de su entidad habían muerto de manera prematura en 2011 debido a los materiales pesados que deja en la atmósfera la actividad industrial de la zona.
El proyecto se llama Clear Air Tower, y es un rascacielos que es alimentado por energía solar cuya principal característica es la de contar con una estructura en forma de chimenea que absorbe la contaminación.
Al momento de introducir el aire contaminado en su interior, éste se ioniza separando las partículas nocivas y las depura al pasar por distintos filtros purificadores antes de ser devuelto al exterior.
La innovadora torre combina la arquitectura vertical con las tecnologías industriales de energía autogenerada. La construcción podrá limpiar 8.500.00 m3 de aire por año para los residentes.
Éste es un proyecto sin duda destacable, ya que va enfocado directamente a atacar uno de los mayores problemas de contaminación de la zona que es la atmosférica, pues la polución que emanan los incineradores, calderas y hornos en esa ciudad muestra indicadores relativos al monóxido de carbono 10 veces por encima del nivel recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por la fisionomía de China, el aire corre de manera circular sobre sus edificios, lo que favorece la acumulación de químicas tóxicas. Por lo tanto, el proyecto Clear Air Tower puede ser replicado en distintas urbes del país de una manera funcional, trayendo beneficios no solo ambientales sino sociales.
Fuente: designboom