En algún momento de nuestra vida muchos de nosotros nos hemos detenido a observar detenidamente los múltiples problemas que enfrentan nuestras propias comunidades y otras poblaciones de diferentes lugares del mundo; los medios de comunicación y las redes sociales han puesto al alcance de un clic una cantidad prácticamente ilimitada de información y un sin fin de historias que nos permiten conocer diferentes retos sociales, despertando en más de una persona el deseo de trabajar para generar un impacto positivo en su entorno.
Sin importar cuál haya sido el detonante para cada uno de nosotros, lo cierto es que una vez que ese deseo ha despertado en alguien, volver a dormirlo es casi imposible. Pronto comenzará a buscar opciones para realizar trabajo voluntario, se encontrará con algunos esquemas de horario flexible y otros posiblemente mucho más estrictos. Tal vez podría decidirse por una oferta que le permita trabajar en línea sobre algunos proyectos.
Cuando una persona gusta de viajar, puede optar por alternativas como el voluntariado internacional, destinado a ayudar a poblaciones vulnerables, impulsando su desarrollo al tiempo que ofrece a los voluntarios la experiencia de convivir con las comunidades a las que apoyan compartiendo sus costumbres y conociendo a profundidad numerosos detalles sobre su cultura.
A simple vista todo parece encantador, viajar a África o a India y ayudar a construir escuelas o apoyar a algunos hospitales rodeado de una cultura distinta con personas que a menudo pueden darte lecciones y ofrecerte regalos mucho más valiosos que tus propias aportaciones. Sin embargo, hay algo que quizá no habías considerado en medio de todo este panorama: ¿cuál es el impacto que tiene tú trabajo en la economía local?
El turismo de voluntariado o volunturismo bien podría ser uno de los segmentos con el crecimiento más acelerado dentro de los últimos años a nivel global y aunque al principio parece una forma divertida y sorprendente de ayudar, también hay muchas personas para quienes más bien luce como una excelente oportunidad de tener algo que presumir en algún lujoso coctel a su regreso, para ganar múltiples seguidores en su cuenta de Instagram, para garantizar una gran cantidad de contenido para su Facebook e incluso ligar a través de Tinder.
Claro es que seguramente existen muchísimos voluntarios internacionales con un legítimo compromiso social que no necesitan de Facebook para mostrar al mundo lo generosos que son y la maravillosa labor que realizan para ayudar a otros, pero ¿están estos voluntarios realmente contribuyendo con el desarrollo de una comunidad?
Hay quienes afirman que con frecuencia el trabajo que realizan los voluntarios de manera gratuita puede reducir las oportunidades de empleo para la población local. Para evitar esta interferencia es importante siempre consultar a las comunidades sobre sus necesidades y los recursos con que cuentan para satisfacerlas para así identificar de forma puntual las distintas áreas de oportunidad en que los voluntarios pueden participar.
Cuando las comunidades no son consultadas o incluidas en el proceso, las probabilidades de que el programa falle se intensifican a pesar de las buenas intenciones de los participantes.
Esta es la denuncia que Barbie Salvadora ha hecho a través de una cuenta de Instagram en la que a manera de sátira dejar ver el lado oscuro del volunturismo. «¿Quién necesita una educación formal para enseñar en África? Yo no», dice desde un aula improvisada en algún lugar de este continente.
La campaña, realizada por el portal Culture Stories , busca realizar una parodia sobre quienes se convierten en protagonistas de su historia de voluntariado sin tomar en cuenta el impacto real de su labor en las comunidades y desplazando incluso a la causa.
Para acentuar este mensaje, el portal ha publicado una entrevista simulada con esta chica de 20 años que ha buscado convertir el voluntariado en un elemento esencial de su imagen comunicando en sus redes sociales su enorme compromiso social.
En un artículo publicado por Triple Pundit, Leon Kayne propone que con el fin de generar un impacto positivo en la comunidad de tu elección a lo largo de tus vacaciones, lo mejor es comprometerte con el bienestar social apoyando a los pequeños productores locales y respetando el medio ambiente. Desde luego, esto no quiere decir que debamos decir «no» al voluntariado en regiones distintas a la nuestra o a nivel internacional, siempre que consideremos el impacto real, escuchemos las necesidades de cada comunidad y comuniquemos nuestra labor dando el protagonismo a la causa a fin de impulsar a otros a sumarse a ella; sumarte a los esfuerzos de diferentes organizaciones de la sociedad civil que conocen a profundidad cada población y los problemas que enfrentan puede ser la mejor alternativa si lo que deseas es ofrecer un servicio voluntario.