Los informes de sostenibilidad son una herramienta esencial para que las empresas comuniquen sus compromisos, prácticas y logros en los ámbitos sociales, ambientales y de gobernanza, pero la elección de las palabras puede ser un desafío significativo, según Sustainable Brands (SB).
Hasta hace poco, la sostenibilidad únicamente abarcaba aspectos ambientales; sin embargo, en la actualidad, el término se ha ampliado para incluir ámbitos sociales y económicos, así como justicia social e igualdad de género. Sin embargo, sin un lenguaje claro en los informes de sostenibilidad, el esfuerzo de comunicar podría no lograr su objetivo.
Definición de un reporte de sostenibilidad
Antes de continuar, definiremos qué se entiende por reporte de sostenibilidad. Un reporte de sostenibilidad es un documento informativo mediante el cual las empresas comunican su desempeño en los aspectos ambientales, sociales y de gestión interna de forma puntual y objetiva, abarcando un periodo específico. Asimismo, se integran los aspectos fundamentales del sector y se puede especificar la estrategia de sustentabilidad que se sigue y el alcance de los logros de la misma.
Cada uno de los elementos que integran este informe debe ser verificable y comparable con el proceso evolutivo de la empresa y el de sus pares. Debido a ello, estos datos se convierten en una herramienta estratégica que ayuda a la empresa a medir su desempeño y facilita el proceso de mejora continua.
No obstante, un problema destacado son los cambios en el lenguaje de los reportes de sostenibilidad, que ilustran cómo la forma en que se habla actualmente del tema ha ido cambiando y puede influir en la percepción y comprensión de la sostenibilidad. Esto destaca la necesidad de que las empresas utilicen un lenguaje claro y auténtico en estos informes para comunicar efectivamente los esfuerzos sostenibles de sus organizaciones.
Desafío de comunicar la sostenibilidad
Los problemas de lenguaje en los reportes de sostenibilidad pueden parecer un problema de «greenwash,» que se refiere a las afirmaciones exageradas o engañosas sobre las credenciales ecológicas de un producto o servicio, pero parecen más relacionados con la forma en que se habla de sostenibilidad en la actualidad.
Por ejemplo, antes se usaba la palabra «libre de jaulas» para describir huevos provenientes de gallinas criadas en mejores condiciones, pero ahora se prefiere decir «criados en pastos» porque es más preciso.
En conjunto, estos ejemplos y cambios en el lenguaje ilustran cómo la forma en que hablamos de sostenibilidad en los informes puede influir en la percepción y comprensión de este tema, lo que subraya la importancia de utilizar un lenguaje claro y auténtico en estos informes para comunicar efectivamente los esfuerzos sostenibles de las organizaciones.
Informar sobre sostenibilidad no debe ser solo técnico y numérico
Una estrategia popular que han usado los especialistas es confiar en los números. Los números transmiten una sensación de precisión y ofrecen la ilusión de control, sugiriendo que si se manejan los insumos adecuados, se obtendrán los resultados deseados.
Sin embargo, el problema más significativo es que la representación numérica no es una forma neutral de transmitir información, al igual que el lenguaje. Tomemos el ejemplo de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI); aunque informar sobre la cantidad de CO2 equivalente (CO2e) se ha convertido en la métrica predominante, sigue siendo extremadamente difícil para las personas contextualizar o relacionar esas cifras.
Por si fuera poco, los desafíos del lenguaje en los reportes de sostenibilidad se vuelven aún más complejos cuando esos números describen el peso de gases invisibles. ¿Cuántos de nosotros realmente comprendemos lo que una cantidad específica de CO2e significa en términos de su impacto, especialmente en relación con el tamaño y la industria de una empresa?
Los números silencian las historias
Los informes llenos de datos numéricos se han convertido en la norma, ya que proporcionan una apariencia de objetividad y precisión. Pero, ¿qué ocurre cuando cuantificamos en exceso la sostenibilidad? Este enfoque numérico puede tener consecuencias inesperadas.
Imagina que estamos tratando de contar historias de sostenibilidad. El problema real al representar la sostenibilidad mediante números es que puede hacer que la vitalidad y la emoción detrás de los esfuerzos de una empresa se vuelvan estériles.
Para el público, la sostenibilidad se reduce a un simple proceso de convertir números en otros números. Aunque esto podría describir con precisión el progreso en términos cuantitativos, nos arriesgamos a perder el elemento humano y emocional de la historia, lo que puede alejar la sostenibilidad del interés común.
La sostenibilidad es una cuestión de personas
La realidad de que la sostenibilidad tiene un impacto directo y significativo en la vida de personas reales se pierde en medio de acrónimos, gráficos, métricas, estándares y números. Pero la sostenibilidad no es solo una serie de cifras; es una narrativa que impacta nuestras vidas y el mundo en el que vivimos.
En este contexto, los profesionales de sostenibilidad tienen que recordar que la sostenibilidad es una cuestión que concierne a las personas, no solo a las estadísticas frías. Entonces, para que el lenguaje de los reportes de sostenibilidad sea comprensible y significativo para todos, se debe mostrar cómo impacta a las personas en su vida cotidiana y permitir que signifique algo reconocible para las personas que necesitan reconocerla, es decir, para todas.
A medida que los problemas ambientales, como el cambio climático, se agravan y amenazan nuestro planeta, se hace evidente la necesidad de una acción inmediata y efectiva para abordar estos desafíos.