Mi ciudad está en ruinas», le dijo la joven a la BBC desde la ciudad de Alepo.
Mariam ha debido abandonar su casa dos veces por los bombardeos y tiene acceso esporádico a servicios de agua corriente y electricidad. Pero aún así, se ha negado a abandonar sus sueños.
Hace cuatro años, tras terminar la secundaria, había ingresado a la Universidad de Alepo, pero el centro académico fue destruido por cohetes. Decenas de estudiantes fallecieron en el ataque.
«Vi morir a mis amigos y siempre tengo presente lo que ocurrió allí».
«Vi a muchos estudiantes heridos. Había sangre por todas partes», relató.
«Destrucción por todas partes»
Mariam también enfrentó el peligro estando dentro de casa.
«Estuve cerca de la muerte muchas veces», señaló.
«La casa que alquilábamos con mi familia estaba a sólo 500 metros del frente y muchos cohetes y explosivos cayeron en mi barrio».
«Muchos de mis vecinos murieron. Mi casa fue alcanzada dos veces por fuego de mortero».
Es el testimonio de Mariam, una joven que sigue estudiando en Alepo, la ciudad siria asolada por la guerra.
«He llorado tanto al ver mi ciudad totalmente destruida frente a mis ojos», le dice a la BBC.
Y recuerda cómo una vez se despertó en medio de un ataque, «sin conseguir ver nada por el polvo, sin saber por un momento si estaba viva o muerta en medio de la oscuridad».
La única opción: el optimismo
Mariam se prometió a sí misma que se graduaría, y dice que lo hará como una forma de honrar a aquellos que murieron.
La joven estudia a distancia administración de empresasen la University of the People, o Universidad del Pueblo, una organización con sede en California que ofrece cursos de diploma online sin costo.
Mariam tomó la decisión de ser «optimista» y de hacer planes para la «reconstrucción».
Pero estudiar en Alepo es un gran desafío, según relató a la BBC por Skype, a través de una conexión débil y con interrupciones.
«¿Qué es lo más difícil de ser estudiante en Alepo? Mantenerme con vida», señaló Mariam.
A pesar del cese el fuego, aún hay explosiones de cohetes y morteros.
Pero la estudiante también enfrenta cada día una seguidilla de dificultades prácticas, que podrían desalentar al más decidido de los estudiantes.
El desafío de cargar un celular
«Hace dos años que no tenemos electricidad», dice Mariam.
Los vecinos que aún quedan en Alepo dependen de generadores que funcionan apenas unas horas por día.
La joven va a una tienda que tiene un pequeño generador, donde le puede llevar unas 12 horas cargar su celular y su vieja laptop.
La conexión a internet es esporádica. En una ocasión cuando se acercaba el período de exámenes no había ningún acceso a internet.
Mariam quiso viajar a la capital siria, Damasco, arriesgando su vida para dar el examen, pero unos amigos lograron contactar a la universidad, que le permitió tomar la prueba en otra fecha.
La calefacción y la electricidad son problemas diarios, especialmente en invierno, con temperaturas bajo cero.
Los servicios de agua corriente están disponibles sólo cada tres o cuatro semanas.
«Cuando tenemos acceso al agua almacenamos toda la que podemos», afirmó Mariam.
«Un día normal»
Ha habido numerosos enfrentamientos entre tropas del gobierno y grupos rebeldes en Alepo.
Pero también hay tropas del autodenominado Estado Islámico (EI) cerca de la ciudad y hace unos días intentaron bloquear una vía de acceso.
La presencia de EI hace que Mariam esté aún más decidida a seguir estudiando.
Mientras los que combaten en Siria se sirven de alta tecnología en materia de armas y explosivos, esta joven siria debe estudiar a la luz de una vela.
Pero no se queja. Apenas cuenta con nostalgia que algún día desearía tener al menos «un día normal» como estudiante.
¿Y qué haría en ese día?
«Me gustaría hacer muchas cosas en ese día. Ir a la universidad como cualquier estudiante».
«Salir con mis amigos, estar con mi familia».
Luego de una pausa agregó: «Y ver nuevamente a todas las personas que he perdido en mi vida debido a la guerra».
Construir el futuro
En medio de tanta destrucción, ¿qué lleva a Mariam a luchar a diario para obtener un diploma?
La experiencia de la guerra la ha hecho aún más consciente de la importancia de obtener una educación.
Estudiar da a las personas una oportunidad de recomenzar, de construir una vida mejor, afirmó Mariam.
Tenemos una enorme motivación de seguir estudiando pase lo que pase», afirmó Mariam a la BBC.
«Y esto puede verse incluso en los niños pequeños que siguen yendo a la escuela, aunque pueden ser alcanzados por fuego de mortero en cualquier momento.
«La educación siempre fue importante en mi vida. Me da esperanzas de tener una vida mejor algún día.
«Y de poder participar en la reconstrucción de mi país».
Educación para quienes «no tienen otra alternativa»
La Universidad del Pueblo cuenta con el respaldo de la Fundación Gates y de gigantes tecnológicos como Google y Hewlett Packard.
La Universidad, aprobada y acreditada por el Departamento de Educación de Estados Unidos, inició sus cursos en 2009 y ha admitido a más de 2.500 estudiantes en cerca de 170 países, incluyendo
15 alumnos en Alepo.
El fundador y presidente de la Univerisidad, Shai Reshef, ha recibido numerosos premios y ha sido incluido en la lista de «50 personas que están cambiando el mundo» de la revista Wired y en la
lista de los principales pensadores globales de la revista Foreign Policy.
Los cursos de grado de cuatro años de la Universidad son dictados por académicos voluntarios y profesores jubilados.
«Somos una alternativa para quienes no tienen otra alternativa», aseguró Shai Reshef.
Mariam aseguró que sus estudios son «un verdadero salvavidas y una fuente de esperanza» y señaló que otros estudiantes en el mundo deberían apreciar las oportunidades que tienen.
Por ahora, la joven sólo puede soñar con tener «una vida normal como ellos».
«Espero que mi historia ayude a quienes lean esta nota a no desalentarse ante las dificultades que enfrentan.
«Creo profundamente que luego de cada dificultad hay un gran renacimiento. En honor de cada amigo, vecino y víctima en Siria que ha perdido la vida por la guerra, debemos mantener el optimismo», afirmó Mariam.
¿Y cuando le gana momentáneamente la desesperanza?
«Si me siento deprimida, pienso en lo que siempre me dice mi madre: ‘Recuerda que esto pasará'».
Fuente: BBCMundo