El Mundial destapa el tráfico de niños y niñas

Acechan a sus víctimas ante las escuelas, en supermercados y en conciertos de música pop. Son negociantes lanzados a la caza de chicas jóvenes en respuesta a la esperada demanda de prostitutas durante el Mundial de futbol en Sudáfrica.

En realidad, autoridades religiosas, policiacas y científicas temen que debido al Mundial —el mayor acontecimiento deportivo en la historia del continente— se produzca en Sudáfrica un boom de secuestros y prostitución infantil.

“El Mundial contribuye a que aumente de modo sensible el tráfico con mujeres y niños”, opinó la directora de la Oficina para el Combate del Tráfico de Personas de la Conferencia Episcopal católica, hermana Melanie O’Condor.

Los escolares están entre los favoritos de los criminales. Desde hace algún tiempo, oscuras personas los abordan en escuelas ofreciéndoles trabajos para vacaciones. Se aborda a las muchachas en centros comerciales y se las invita a concursos de belleza. “Sabemos de varios casos en los cuales los niños desaparecieron después sin dejar rastro”, dijo O’Condor.

Ante todo en los townships (barrios pobres), en Kwazulu-Natal, se sacaron “fotos de las mercancías”, es decir, niños que luego serán ofrecidos en venta, según citó el diario City Press al ex oficial de policía y especialista en abusos Mark Hardwick.

Sudáfrica es considerada internacionalmente como emporio del “moderno tráfico de esclavos”.

Un reciente estudio del Centro de Investigación de Ciencias Humanas (HSRC) en Pretoria llega a la conclusión de que el tráfico de personas en el sur de África, incluyendo también a Lesotho, Swazilandia y Zimbabwe, es un “grave problema”.

De muchas partes de África y también de Asia y Europa Oriental, se introducen ilegalmente personas en el país.

La Iglesia católica estima que sólo de Mozambique se introducen ilegalmente en Sudáfrica unas mil jóvenes para trabajar como “esclavas del sexo” o venderlas como “esposas de mineros”.