Se dice que el proyecto de ley que impulsaba la introducción de transgénicos en Francia enfrentó un grave enemigo a la hora de ser votado en el Parlamento: el best seller El Mundo según Monsanto, de la periodista Marie-Monique Robin.
Al parecer el ensayo periodístico más leído de los últimos tiempos en el país galo, logró la titánica tarea de cambiar el voto de varios diputados que luego de leerlo decidieron rechazar la iniciativa, por lo que a mediados de 2008 se decidió que la nación liderada por Nicolas Sarkozy quedaría libre de este tipo de plantaciones.
En poco más de 500 páginas y a través de un lenguaje fluido, con datos que se señalan como fidedignos y plenamente respaldados, el libro es una crítica aplastante a la empresa biotecnológica Monsanto y a las actividades que desarrolla, y que ha desarrollado desde su fundación hace más de 100 años.
Un dato interesante es que la transnacional jamás concedió una entrevista a la periodista, ya que sospechaban que la investigación no sería favorable para ellos. ¿Fue este un error desde el punto de vista de la RSE?
Monsanto es la primera empresa semillera del mundo ahora. No sólo es el primer productor de transgénicos, sino que es muy importante porque está relacionada con toda la cadena alimentaria. se dice que Monsanto está comprando las empresas semilleras del mundo; más de 50 en los últimos 10 años, imponiendo sus semillas transgénicas patentadas.
Monsanto ya había sido objeto de críticas en el libro y documental, La Corporación, por el caso de la leche. Ahora, no sólo se habla lateralmente de él sino que enfrenta la crítica directa con este libro que también ya ha llegado a las pantallas.
Una muestra clarísima del poder que los stakeholders, en este caso, los periodistas, pueden llegar a tener sobre una compañía,