Uno de los efectos de la crisis actual es que ha hecho replantear el modelo de empresa y de directivos/as. Aunque siempre ha habido empresarios e instituciones que han tenido en cuenta la ética y los valores, ahora han empezado a cobrar fuerza en el mundo empresarial, frente a un modelo de negocio agresivo y centrado en las ganancias.
Ya no son funcionales las organizaciones que sólo buscan satisfacer sus propios intereses; el compromiso con la sociedad, el respeto al medio ambiente, la sostenibilidad financiera, la adecuada gestión de los recursos humanos? son elementos fundamentales para que una empresa tenga éxito hoy en día.
Este cambio de modelo implica que los empresarios/as deben tener una nueva perspectiva de la gestión de su organización y, para lograr esta visión, es fundamental la formación.
Nueva situación empresarial
No hay duda que la crisis financiera ha puesto en tela de juicio muchos de los valores empresariales. Para Oriol Amat, catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad Pompeu Fabra, «la codicia y el objetivo de ganar dinero rápido sin demasiados escrúpulos han tenido bastante que ver con los orígenes de la crisis actual».La sociedad se plantea si los dirigentes políticos y los responsables de las empresas y bancos, formados en gran parte en las escuelas de negocios más prestigiosas del mundo, hubiesen podido evitar esta situación si contasen con otro tipo de valores. Por eso, la mayoría de las escuelas de negocios han reflexionado sobre el tipo de formación impartida y han recuperado valores ‘tradicionales’ como la ética y la filosofía. La visión clásica de que los mercados son lo más importante y que el trabajo de los directivos debe ir encaminado a generar ganancias ha dejado paso a una visión más humanista de la empresa.
Actualmente, los expertos coinciden en señalar que las escuelas de negocios tienen la responsabilidad de formar a los estudiantes en materias relacionadas con la ética. De hecho, según datos recogidos en una entrevista a David A. Thomas, decano de McDonough School of business por El País, el 79% de las escuelas de negocios exigen a su alumnado que curse alguna asignatura relacionada con la ética, los negocios y la responsabilidad social corporativa, mientras que en 2001, sólo lo exigían un 34% de las escuelas.
Así pues, las empresas necesitan dirigentes capaces de mirar con una perspectiva ética y responsable, capaces de innovar y adaptarse a los cambios sociales y económicos. Para dar respuesta a esta nueva situación, los centros especializados en formación de postgrado ven que es necesario reinventarse. No sólo para introducir conceptos como la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), sino también para adaptarse a las nuevas necesidades del alumnado: flexibilidad en los programas, uso de las TIC, colaboración entre centros e internacionalización, entre otros.
Nuevas competencias de los directivos
Los directivos y directivas deben adaptarse a las nuevas necesidades de las empresas y la sociedad. Como hemos visto, la principal razón de ser de una empresa se encamina a satisfacer las necesidades de la sociedad y las ganancias o beneficios económicos son el resultado directo de hacer las cosas bien hechas. En este contexto, las escuelas de negocios, universidades y centros de postgrado deben formar a directivos con unas nuevas competencias.
Para Oriol Amat, «un directivo que tenga una buena base en materias como filosofía,psicología o sociología, por ejemplo, es muy posible que esté mejor preparado para hacer frente a los retos con los que se va a encontrar. Las matemáticas y otras materias técnicas son fundamentales, pero por sí solas pueden ser insuficientes para resolver la mayoría de las situaciones complejas».
Por eso, algunas de las competencias que deberían potenciar los directivos/as son el perfil internacional (y no sólo el dominio de idiomas, sino la predisposición a viajar, el network internacional, etc.), el dominio del mundo 2.0 y las denominadas soft skills (comunicación, liderazgo, coaching…). Los futuros directivos/as deben saber sobre sostenibilidad, lucha contra la corrupción, conciliación de la vida laboral y familiar, entre otros aspectos, por eso, los centros de formación superior han introducido cambios en los planes de estudios de sus MBA, programas executive dirigidos a profesionales con experiencia y en los másters y postgrados.
A continuación analizamos algunos de estos aspectos importantes en la formación de directivos/as:
Responsabilidad Social Corporativa (RSC): Actualmente, podemos encontrar en programas específicos en RSC y formación continua en otros ámbitos del management que incorpora consideraciones éticas a sus módulos. El abanico formativo es muy amplio, así que no debemos olvidar que la RSC es un conjunto de estrategias y políticas que afecta de manera transversal a departamentos muy diferentes y con objetivos diversos. Para lograr una adecuada coordinación de estos departamentos, el fomento de una percepción más ética del negocio y la aplicación y comunicación de las acciones de RSC, es necesaria la formación de los directivos y la información y la participación y compromiso de todos los trabajadores.
Capacidad de adaptación al cambio:
Los expertos coinciden en señalar que los directivos necesitan mejorar su predisposición a enfrentarse a los problemas. La formación en este sentido debe ir dirigida a que el estudiante de un MBA sea capaz de anticiparse y adaptarse a situaciones complejas como las que están viviendo muchas empresas en estos momentos, para lograrlo, es fundamental enseñar a pensar, enseñar a crear un pensamiento estratégico.
El valor de los recursos humanos:
Ya hemos visto que la ética y los valores han cambiado en la formación de las escuelas de negocios. Otorgar el valor que se merecen los recursos humanos es imprescindible para que la empresa funcione. Y no sólo eso, el directivo actual ha de crear un ambiente de aprendizaje, evitar las reacciones defensivas ante el cambio y premiar la disposición para aprender de sus trabajadores.
Visión global: Jesús Alcoba, Director de La Salle International Graduate School of Business, considera que la globalización provoca la necesidad de abrir la mente y tomar decisiones con mentalidad internacional. Los gestores deben ser capaces de imaginar productos y servicios que puedan comercializarse en cualquier punto del planeta. Por eso, los cursos de gestión y dirección deben ir encaminados a formar a directivos capaces de articular procesos de crecimiento a largo plazo en un mercado cada vez más complejo.
Ética y valores: Para Jorge Álvarez Rateike, del área de investigación FUNDESEM Business School, las escuelas de negocios se han replanteado su filosofía de enseñanza, creando un ‘híbrido’ entre lo económico y lo responsable socialmente hablando. El empresario y/o directivo, tiene y debe de contar con una visión mucho más altruista.
Concluyendo, se trata de formar profesionales con conciencia global, adaptados a los rápidos cambios tecnológicos, capaces de trabajar en red, creativos y con confianza en las personas. La capacidad de adaptación y la visión a largo plazo ya no pueden considerarse una tendencia, sino una metodología de trabajo que ha llegado para quedarse. Tal y como dice Jorge Álvarez Rateike «replantearse el modelo económico y de su forma de actuar, puede y debe ser visto como algo positivo para todos».
Fuente: eleconomista.es
Publicada: 26 de Junio de 2012