Reino Unido—La atribulada banca británica ha afrontado la ira de políticos, reguladores y consumidores. Hace poco, se unió alguien más a la Inquisición: un obispo con anteojos y una cruz hecha de clavos en el cuello.
El reverendo Justin Welby, obispo de Durham, interroga sin piedad a los principales banqueros como parte de una nueva investigación parlamentaria sobre «normas bancarias» que representa el más reciente intento del gobierno británico para sacudir el sector. La pesquisa fue abierta en julio tras la noticia de que varios bancos habrían buscado influir sobre tasas de interés como la tasa de préstamos interbancarios de Londres, conocida como Libor.
Welby, un ex ejecutivo del sector petrolero que ocupa un asiento en la Cámara de los Lores de Gran Bretaña, se ha unido a otros nueve legisladores en la elaboración de un informe que estudiará nuevas reglas en todo, desde el gobierno corporativo hasta los conflictos de interés. La investigación también implica una serie de audiencias públicas ya en curso.
Sentado en un castillo en su diócesis en el norte de Inglaterra, Welby dice que la investigación no busca escarbar en los detalles de las supuestas fallas de los bancos en el escándalo de la tasa Libor y otros asuntos. Más bien, es un intento de determinar de manera más amplia el futuro papel de la industria financiera.
«Es una cuestión existencial», dice, «acerca de por qué la banca está donde está».
La inclusión de uno de los obispos más respetados de la Iglesia de Inglaterra en el debate pone de relieve la profundidad de los problemas de los bancos británicos, según los expertos.
«El tema de la confianza pública es algo con lo que los bancos van a seguir lidiando», dice Tony Smith, director global de servicios financieros de Ipsos, una empresa de investigación de mercado. «Aparecerán muchos más esqueletos en el armario». El nombramiento de un obispo para integrar un panel de investigación podría servir para «inyectar normas de ética y moral para controlar la industria», añade.
Desde que el gobierno británico rescató a las entidades bancarias Royal Bank of Scotland Group PLC (RBS) y Lloyds Banking Group PLC en 2008 y 2009, ha habido un gran número de investigaciones e informes del gobierno. El resultado han sido multas y despidos para banqueros. Incluso algunos de ellos han sido despojados del título de caballero, como fue el caso del ex presidente ejecutivo de RSB, Fred Goodwin. Entretanto, la economía británica se mantiene estancada y los préstamos bancarios continúan limitados.
Welby, quien antes de aceptar su misión consultó al arzobispo de Canterbury acerca de las ramificaciones políticas de integrarse al panel, ofrece a la investigación una perspectiva tanto ética como empresarial. Pasó 11 años en la industria del petróleo, trabajando en París, para la petrolera francesa Elf Aquitaine, y en Londres, como especialista en proyectos de África Occidental y el Mar del Norte. En 1984 se convirtió en el tesorero de la compañía de exploración petrolera Enterprise Oil PLC.
El obispo abandonó la industria del petróleo en 1987, cuando dice que escuchó el llamado de Dios para ser ordenado. La decisión no tenía nada que ver con reparos éticos sobre lo que hacía para ganarse la vida, asegura. Se unió a la iglesia como coadjutor cerca de Coventry y trabajó en algunas de las zonas más necesitadas del país, escalando rangos para convertirse en decano de Liverpool, en el noroeste de Inglaterra. Fue durante ese trayecto que adquirió una cruz de clavos de la Catedral de Coventry, que fue bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial.
El año pasado, fue nombrado obispo de Durham, el cuarto obispo más importante de la Iglesia de Inglaterra. Algunos analistas dicen que podría estar en carrera para ser el próximo arzobispo de Canterbury, el cargo más alto de la Iglesia de Inglaterra. Welby no quiso comentar sobre esa posibilidad.
Su experiencia en el sector privado todavía suscita sorpresa. Durante un discurso en la Cámara de los Lores, en mayo, Welby mencionó que negociaba derivados en Enterprise Oil. «Hubo una suerte de susurro en la cámara», recuerda.
Su pasado en el negocio del petróleo podría resultar útil. Durante su paso por el sector, trabajó con divisas y seguros y se familiarizó con el funcionamiento de la Libor.
Hace poco, tras un servicio eucarístico en el Castillo de Auckland, un edificio de piedra oscura que ha albergado a los obispos de Durham durante casi 800 años, Welby exploró ideas para cambiar lo que él llama «la industria bancaria más concentrada y cartelizada en Europa».
«Desde una perspectiva cristiana sobre el pecado y el fracaso humano, el sistema de mercado eficiente no funciona», dice el religioso de 57 años. «La gente no toma decisiones racionales en los mercados más que en cualquier otro lugar».
Welby dice que los clientes tienen que recuperar su sitial en el corazón de la banca del Reino Unido, pero que el establecimiento de una gran cantidad de nuevas reglas no es la respuesta. En cambio, señala, le gustaría ver la creación de nuevos bancos, con la esperanza de que una mayor competencia obligue a todos a prestar más y desplegar sus servicios en más comunidades.
«No soy partidario de hundir a los bancos», dice Welby. «Los servicios financieros son esenciales para recircular fondos extra a áreas donde pueden ser invertidos. Sin embargo, los bancos deben concentrarse en el crecimiento económico sostenido en lugar de los rendimientos», agrega.
Los bancos ya están escuchando las agudas interrogantes del obispo. Hace poco preguntó al presidente ejecutivo entrante de Barclays, BARC.LN +0.23% David Walker, sobre temas que iban desde el riesgo a principios de la contabilidad.
«¿A qué apetito de riesgo se refiere?, dijo el clérigo al banquero. «¿El del país? ¿De la sociedad? ¿Del banco central? ¿O de los inversionistas?».
Fuente: The Wall Street Journal