Impulsar un mundo que funcione con energía renovable y sea cada vez más sostenible, se ha convertido en uno de los principales desafíos para empresas y gobierno, e incluso para la sociedad.
Dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), cuyo propósito es garantizar el bienestar a nivel mundial, se encuentra el número siete: energía asequible y no contaminante. Su meta es llevar el el acceso universal de servicios energéticos que sean asequibles, fiables y modernos.
Y a pesar de que en los últimos años se ha visto un importante cambio en el uso y suministro de este tipo de energía, la llegada de la COVID-19 puso un alto a este avance y planteó la necesidad de un cambio dentro del panorama laboral en la energía limpia.
¿Un freno en el uso de energía renovable?
Durante el aislamiento derivado de la COVID-19, se notó una reducción importante en las emisiones de carbono a nivel mundial. No obstante, conforme los países van introduciéndose y adaptándose a la nueva normalidad, los niveles de emisiones vuelven a elevarse.
Este freno en la actividad durante el aislamiento y la transición a la nueva normalidad han afectado prácticamente a todos los sectores de la economía, incluido el sector de servicios públicos y la energía limpia.
Los empleos de energía limpia se encontraban entre los de más rápido crecimiento en el país antes de la pandemia, con un crecimiento del 10.4% de 2014 a 2019.
Sin embargo, se han perdido más de 620,000 empleos solo en los Estados Unidos desde marzo. Esto no solo ejerce presión sobre los propios trabajadores, sino que también dificulta el aumento de las mejoras de eficiencia que se necesitan para enfrentar el cambio climático.
Aunado a que coloca sobre la mesa varios problemas a considerar cuando se busca abordar la crisis climática y el objetivo de desarrollo sostenible número siete.
Eficiencia energética y cambio climático
Una de las maneras más directas de enfrentar al cambio climática es con eficiencia energética. En pocas palabras: la eficiencia energética significa usar menos energía para completar la misma tarea, como apagar las luces, utilizando tecnología o un proceso más eficiente.
De acuerdo con algunos expertos, con el uso de energía renovable y eficiente podríamos lograr más de la mitad de las reducciones de emisiones necesarias para enfrentar el cambio climático.
Aunque esto representa un reto más grande desde que la demanda mundial de energía aumentó con la estancia de las personas en casa y con la posibilidad de hacer home office, y más que nunca los usuarios residenciales necesitan aprovechar y gestionar adecuadamente su uso de energía.
La eficiencia energética, también es una herramienta eficaz y esencial para la conservación del agua. Debido a que se requiere energía para mover, tratar y entregar agua y se necesita agua para generar electricidad. Ambas usan cantidades significativas del otro recurso.
El sector del agua en particular es ineficiente en términos de energía y las tecnologías y procesos mejorados podrían reducir la demanda de energía y conservar el agua.
Ambos panoramas han puesto sobre la mesa la necesidad de fortalecer el área laboral que pertenece a la industria energética, y que permita abordar el cambio climático así como la nueva normalidad.
Eficiencia energética, trabajos de energía limpia y COVID-19
Expertos pertenecientes a la industria energética señalan que las negociaciones internacionales sobre el cambio climático se han cancelado durante todo el 2020 pero que el cambio climático no se ha tomado vacaciones ni consideraciones.
Comparten que durante los próximos meses se verán algunos de los impactos del cambio climáticos. Así que los esfuerzos de mitigación continúan siendo necesarios y la eficiencia energética es una parte esencial de esa solución.
Para hacerlo, el nuevo cambio dentro del panorama laboral en la energía limpia debe tomar en cuenta que mejorar la eficiencia energética tiene la capacidad de crear oportunidades laborales así como mejorar la calidad de vida de las personas de bajos ingresos que pueden haberse sentido excluidas de la economía de energía limpia.
Además de reducir las emisiones de carbono, la eficiencia energética puede reducir los gastos de los hogares en facturas de servicios públicos.
Aquí no hay una solución fácil, pero la asombrosa cantidad de empleos perdidos en el sector de eficiencia energética es preocupante para los medios de vida, el bienestar, las facturas de servicios públicos y la mitigación del cambio climático, señalan expertos.
Una respuesta para abordar lo que está sucediendo podría incluir beneficios de estímulo para los afectados en el espacio de energía limpia e incentivos para que los consumidores aprovechen las mejoras en la eficiencia energética.
Así como la toma de medidas de seguridad adicionales implementadas para proteger a los propietarios de viviendas, empresarios y los propios trabajadores; y con ello seguir impulsando el crecimiento de la industria energética sostenible.