Debido a que en él se ejerce el derecho fundamental de las mujeres a tener control sobre su propio cuerpo, el deporte se ha convertido en uno de los principales canales de la lucha feminista. Esto le ha permitido a las mujeres mostrarle al mundo entero su fuerza y determinación incansable. Kathrine Switzer, Maria Sharapova, Candace Parker, Marie-José Perec, Muriel Hurtis… Son muchas las deportistas que han hecho historia y que han motivado a miles de jovencitas a triunfar en un mundo en el que, por mucho tiempo, se les negó el acceso.
Tal como nos lo recuerda el colectivo feminista, Ruptures, los Juegos Olímpicos modernos, diseñados por Pierre de Coubertin en 1894, excluyeron, en un principio, la participación de las mujeres (a excepción de algunas disciplinas consideradas “accesorios”). “Gracias, principalmente, a la obstinación de Alice Milliat, nadadora, remadora e inigualable dirigente deportiva, las mujeres fueron, por fin, incluidas en el atletismo en 1928” relata la página web del colectivo. “Tras una larga batalla, se logró aumentar tanto el número de participantes (29% del total en Barcelona 1992, 42% en Beijing 2008) como la cantidad de deportes abiertos a las mujeres en los JO”.
“A todas las mujeres increíbles que luchan por la excelencia”
A esta reivindicación se añade ahora también la igualdad salarial, pues ya sea en atletismo, tenis, fútbol o surf (y en muchas otras disciplinas, si no es que en todas), a las mujeres se les sigue pagando menos que a sus homólogos masculinos. Una injusticia sexista contra la cual Serena Williams ha decidido pronunciarse.
El pasado 4 de diciembre, la tenista estadounidense de 35 años, considerada una de las más grandes atletas de la historia, decidió escribir en su cuenta de Instagram una poderosa y conmovedora carta que alienta a las mujeres a perseguir sus sueños más grandes, pese a las desigualdades existentes. Un mensaje muy necesario, dirigido a “todas las mujeres increíbles que luchan por la excelencia”. Aquí la traducción del mensaje:
“Cuando era más chica, yo tenía un sueño. Estoy segura que ustedes también. Mi sueño no era igual al de otros niños; mi sueño era ser el mejor tenista del mundo. No la mejor tenista “mujer” del mundo.
Tuve la suerte de crecer en una familia que apoyó mi sueño y me alentó a seguir adelante. Aprendí a no tener miedo. Aprendí la importancia de luchar por un sueño y, sobre todo, a soñar en grande. Mi lucha comenzó cuando tenía tres años y, desde entonces, no me he detenido”.
Pero como sabemos, muchas veces las mujeres no reciben suficiente apoyo para seguir su camino y se busca desincentivarlas. Yo espero que juntos podamos cambiar eso. Para mí, fue una cuestión de resistencia. Lo que otros señalaban en mí como defectos o debilidades (mi color de piel, mi género), yo los asumí como motores para triunfar. Nunca he permitido que nada ni nadie me defina a mí ni a mi potencial. Yo controlo mi futuro.
Así que cuando surge el tema de igualdad salarial, siento frustración, pues sé de primera mano que yo, al igual que ustedes, he trabajado igual y he hecho los mismos sacrificios que mis contrapartes masculinas. Nunca desearía que a mi hija le pagaran menos que a mi hijo por el mismo trabajo. Ustedes tampoco.
Como bien sabemos, las mujeres necesitamos derribar muchas barreras en nuestro camino al éxito. Una de estas barreras es el constante recordatorio de que no somos hombres, como si esto fuera un defecto. La gente muchas veces se refiere a mí como “una de las mejores atletas femeninas”. ¿Dicen, acaso, que LeBron es uno de los mejores atletas masculinos? ¿Se refieren así de Tiger? ¿Federer? ¿Por qué no? Si ciertamente no son mujeres. No deberíamos pasar esto por alto en ningún momento. Deberíamos ser juzgados por nuestros logros, no por nuestro género.
En todo lo que he logrado en mi vida, me siento profundamente agradecida por la oportunidad de experimentar las altas y bajas que vienen con el éxito. Mi deseo es que mi historia, y la de ustedes, inspiren a todas las jóvenes allá afuera a luchar por la grandeza y a alcanzar sus sueños con una tenacidad inquebrantable. Debemos seguir soñando en grande. Al hacerlo, motivamos a la siguiente generación de mujeres a ser igual de audaces en la persecución de sus metas”.
Serena Williams”
https://www.instagram.com/p/BNmYA6vAQUX/
Fuente: Konbini
