El escritor recibirá el 17 de febrero el máximo galardón cubano de literatura
Leonardo Padura (La Habana, 1955) acepta que los reconocimientos le pueden haber afectado, en especial en lo que se refiere a la responsabilidad que siente hacia su trabajo, al tiempo que trata de mantener su rutina y lidiar con sus dudas.
Y es que, no contento con el Premio Nacional de Literatura de Cuba, el más alto reconocimiento literario del país que recibirá el 17 de febrero en la Feria Internacional del Libro (FIL) de La Habana, recientemente también obtuvo la Orden de las Artes y las Letras de Francia.
De momento, es el autor cubano más leído en el mundo y trata de equilibrar los compromisos con su rutina diaria, que consiste en dedicar seis horas a escribir por las mañanas, más tres horas de lectura por las tardes.
«Trabajo de la misma forma, me acompañan las dudas que siempre he tenido, y mantengo la misma relación con la literatura, las editoriales y el resto del mundo que me rodea. Siento que para escribir bien necesito esforzarme muchísimo y trato de hacerlo. El reconocimiento tal vez me haya afectado en el sentido de que siento mayor responsabilidad y, sobre todo, hay algo que se escapa de mi dominio: la relación promocional que implica tener un determinado reconocimiento», asegura en entrevista en su casa de Mantilla, el barrio periférico de La Habana donde nació el escritor, su padre y hasta su bisabuelo.
Reconoce que su mayor reto literario ha sido El hombre que amaba a los perros, la novela sobre el asesinato de León Trotsky a manos de Ramón Mercader, que le ha dado premios en Italia, España y Francia, y que por primera vez será reeditada en La Habana, «como le corresponde por haber sido Premio de la Crítica hace dos años», precisa Padura.
«Fue mi mayor reto literario. Pasé mucho tiempo de pura información en los lugares mas diversos (…) y mientras investigaba empecé a tener una idea clara de las proporciones de esa novela tanto en su carácter literario como político e histórico», explica el autor.
«La dificultad dramática que tiene esa novela es que antes de que el lector abra la primera página ya sabe cómo termina el conflicto. Eso fue un desafío adicional a vencer con recursos literarios y una estructura capaz de mantener la expectación. Después de El hombre que amaba los perros me siento más capaz de enfrentar un proyecto complejo como el que estoy terminando», añade.
Padura finaliza ahora una nueva novela donde a través de tres personajes, y partiendo de la Amsterdam de Rembrandt, en 1642, llega a la realidad cubana de estos tiempos.
«Estoy ya en los puntos finales. Se titula Herejes y es de carácter policial, pero mucho más ambiciosa en su dimensión histórica, filosófica y literaria que la tetralogía del detective Mario Conde, con la que me inicié como novelista», revela.
«Se publicará en septiembre de 2013, seguramente a la vez en España, México y Buenos Aires, por lo que es posible que esté invitado a la FIL de Guadalajara. Y en esta ocasión, quisiera ir», expresó.
Sobre la próxima FIL de La Habana, el escritor reconoce que será importante por la entrega del Premio Nacional de Literatura, aunque también reconoce que no le gusta participar en ese tipo de encuentros.
«En estos eventos, lo mediático se exacerba y por eso prefiero las presentaciones o conferencias individuales, fuera del marco de una Feria», externó.
Fuente: Reforma