Médicos pediatras dedicados al estudio de padecimientos en la niñez a nivel mundial, coinciden en que la pandemia del nuevo siglo derivará de excesivo consumo calórico que ha disparado de manera alarmante los niveles de obesidad en varios países; México encabeza la lista.
La pregunta toral es: ¿qué estamos haciendo como autoridades, y desde los distintos órdenes de gobierno, para atemperar y detener la amenaza que se cierne sobre nuestro recurso más valioso? El gobierno federal maneja un doble discurso cuando su titular expresa preocupación por el incremento de la obesidad en la población mexicana, y el Secretario de Salud proporciona cifras alarmantes de la tendencia, mientras en el Congreso de la Unión los legisladores del Partido Acción Nacional frenan cualquier reforma o iniciativa que prohíba la venta de alimentos “chatarra” en los centros de educación básica. Tal pareciera que no se quiere tocar intereses de las trasnacionales de la industria de alimentos procesados.
De acuerdo con datos emitidos por la Secretaría de Salud, 4.5 millones de niños sufren sobrepeso y obesidad en México, con un crecimiento promedio de 1.1 por ciento anual. Mientras tanto, en el Distrito Federal, 12.1 por ciento de las niñas y 10.3 por ciento de los niños la padecen. En sólo siete años, la obesidad en niños de entre cinco y 11 años de edad aumentó 77 por ciento, y es considerada ya como una epidemia.
Resulta fundamental regular el consumo de alimentos en los centros escolares, pues es en esta etapa donde se forman los hábitos alimenticios que evitarán padecimientos como hipertensión, diabetes y otras enfermedades crónicas que afectan la calidad de vida de quienes las sufren, así como la economía familiar y del Estado.
Al día de hoy, no hemos sido capaces de instrumentar campaña alguna que disminuya en los infantes la ingesta de alimentos de baja calidad. Si no consideramos los nuevos hábitos de consumo y esparcimiento de la niñez para legislar, estamos reduciendo de manera injusta su expectativa de vida. Es urgente atender el problema privilegiando el bien común sobre el interés particular.
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A los padres de familia del Estado de Tabasco nos preocupa, que en el mes de diciembre 2009, FERNANDO GONZALEZ, subsecretario de educación básica de la S.E.P., anunció públicamente que con la reforma a los lineamientos que regulan la venta de comidas y bebidas en las tiendas de consumo escolar, se acabaría por fin la venta de comidas y bebidas chatarras en el interior de los centros educativos, sin embargo en el mes de enero de este año, la S.E.P. publicó esta norma que desafortunadamente favorece a las empresas que fabrican comida y bebida chatarra y además permite su venta en las tiendas de consumo escolar, la S.E.P. continuará emitiendo recomendaciones al igual que la secretaría de salud, para que los niños no las consuman, así nunca se acabará con este problema de salud.