Hace unos días se tocaba el tema en este mismo blog de los conflictos de intereses que comenzaban a surgir por parte de algunas personalidades y marcas a raíz de las violaciones a los derechos humanos en China, casa de los próximos Juegos Olímpicos.
En este contexto, el conflicto entre China y Tíbet está conduciendo a una crisis de relaciones públicas de enormes proporciones para el país sede, ya que algunos patrocinadores están empezando a alarmarse, si no es que a retirarse.
Voces de grupos activistas tan fuertes como Amnistía Internacional están generando desde ya, una mala impresión del país anfitrión de los Juegos Olímpicos 2008. Según informa The Wall Street Journal, algunas de las grandes marcas estadounidenses que participarán en los Juegos se reunirán para debatir la postura a tomar ante este conflicto, impulsados por las acciones de un grupo de activistas que lidera la actriz Mia Farrow, quien ya consiguió que Steven Spielberg rechazara su cargo como asesor artístico de los juegos.
Volkswagen por ejemplo es una de las marcas que seguramente está preocupada por lo que pueda pasar durante el trayecto de la antorcha en su camino hasta Pekín, ya que estará escoltada por una flota de vehículos de la casa alemana y el recorrido pasa por el Tíbet.
Además de Volkswagen, Coca-Cola, Adidas y Lenovo temen que la ceremonia sea boicoteada por activistas o luzca fuertemente militarizada. De hecho, Lenovo, ha anunciado que retirará su patrocinio tras la celebración de los juegos.
Nunca como hoy se había visto lo que pesa la reputación para una empresa y lo que importa la estrategia para que una marca sea reconocida como socialmente responsable por parte de sus stakeholders.
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