Por Josep Maria Canyelles
Llevo una semana corrigiendo ejercicios y exámenes de algunos cursos de la Universitat Oberta de Catalunya. A medida que voy leyendo y evaluando, voy mostrándome satisfecho porque participantes con procedencias muy diversas y puntos de partida poco homogéneos han ido incorporando de manera nítida una gran comprensión sobre el sentido voluntario de la RSE.
Pero de tanta satisfacción, me sobreviene una duda: ¿podría ocurrir que bajo el concepto de voluntariedad entendieran algo equivalente al buenismo?
¡Los esquemas mentales nos pueden llevar a considerar que lo que es obligatorio normativamente es lo importante mientras que lo voluntario es más accesorio y prescindible!
Rápidamente se me ocurre que hacer ver que alcanzar el éxito empresarial y ganar dinero, hacer una empresa más sólida y prestigiada, generar confianza hacia los grupos de interés y recibir su reconocimiento, etc., ¡no es una acción obligatoria! Nadie nos obliga a ello, y sin embargo es lo más importante. Cumplir las normas es la obligación. Visto así, resulta que lo que es voluntario puede resultar terriblemente ambivalente: puede ser fundamental o puede ser irrelevante.
Rápidamente me relajo cuando observando que los ejercicios muestran no sólo una comprensión de esta confusa voluntariedad, sino que la RSE forma parte de una manera de gestionar de empresa, de una manera de orientar el proceso de creación de valor, de una manera de perfilar la estrategia.
Ya ha pasado el momento de perder tiempo en algunas palabras a las que se dio una carga simbólica enorme y que, observadas desde las diferentes maneras de concebir el mundo, nos hacían destinar energías a debatir sobre matices que en gran medida provenían de la ambigüedad de las palabras.
El tiempo fluye rápido. Si hace unos pocos años se concluyó que la RSE era voluntaria y no debía obligar. Luego avanzamos hacia la necesidad de introducir ciertas obligaciones de rendición de cuentas en RSE para ciertas empresas. Ahora la crisis detiene la mayor presión pública y en cambio son ciertos inversores y analistas financieros que requieren que las grandes empresas muestren accountability. Todo fluye, a veces con incertidumbre y vaivenes, pero sin embargo inevitablemente hacia la mayor transparencia.
Josep Maria Canyelles
Experto en Responsabilidad Social de las Empresas y Organizaciones. Promotor del think tank Responsabilitat Global. Promotor de collaboratio, iniciativa para los Territorios Socialmente Responsables. Coordinador de la Comisión de RS de la Asoc. Catalana de Contabilidad y Dirección. Asesor técnico de la Cámara de Comercio de Barcelona en materia de RSE. Colaborador de la Asoc. para las Naciones Unidas en materia de RS. Asesor de gobiernos en RS. Ha realizado una comparecencia parlamentaria en la Subcomisión de RSC del Congreso de los Diputados en calidad de experto. Colaborador docente de diferentes universidades y programas formativos de alta dirección.
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