Fallas en las redes contra incendio, fugas, corrosiones severas y falta de salidas de emergencia, son solo algunas de las condiciones en las que ocurrió el incendio registrado el viernes pasado en un oleogasoducto submarino de Campeche.
De acuerdo con Petróleos Mexicanos, se trató de un incidente, y afirmó haber controlado la fuga de gas de un ducto de la plataforma satélite KU-C, sin embargo, un reporte advierte a Pemex sobre 432 hallazgos «Tipo II» (graves), 376 de esas observaciones en la Región Marina Noreste.
El tema ha puesto en el ojo a las industrias petroleras, quienes, como afirma la activista Greta Thunberg: «se llaman a sí mismos «líderes climáticos» mientras abren nuevos campos petroleros, oleoductos y plantas de energía de carbón, otorgando nuevas licencias petroleras para explorar futuros sitios de perforación petrolera».
En este marco, ha salido a la luz el secreto de las petroleras: actualmente están enfrentando una docena de demandas, en las que se les señala como las responsables de agravar la crisis ambiental con una campaña de mentiras y engaños que ha durado décadas.
¿El propósito? Suprimir las advertencias de sus propios científicos sobre el impacto de los combustibles fósiles en el clima y engañar al público.
El secreto de las petroleras
De acuerdo con un artículo publicado por The Guardian, las acusaciones que enfrentan los gigantes petroleros de EE.UU. incluyen impulsar la mayor amenaza a nivel global que incluye la devastación ambiental causada por combustibles fósiles, y sobre todo por encubrir el daño que sabían estaban causando.
Aumento en el nivel del mar y mega lluvias que destruyen cultivos y hogares son solo algunas de las consecuencias que están viviendo gran cantidad de comunidades pesqueras, quienes están padeciendo debido al calentamiento de las aguas, además de la presencia de incendios.
Pero sin duda, la peor y más nociva parte del caso, es que durante años dichas petroleras y empresas de gas estaban conscientes de su contribución al cambio climático y los peligros que plantean los combustibles fósiles. De hecho, año tras año los ejecutivos escucharon esta advertencia por parte de ¡sus propios científicos! Cuyos pronósticos siempre fueron claros y negativos.
La raíz de la problemática
El origen del problema se remonta hasta a hace casi 42 años, cuando un estudio de Exxon afirmó que la quema de combustibles fósiles «causaría daños ambientales dramáticos en las próximas décadas».
Pero en lugar de prestar atención a la evidencia de la investigación que estaban financiando, las principales empresas petroleras trabajaron juntas para enterrar los hallazgos y fabricar una pantalla en la que los hallazgos científicos se quedaran de lado.
La industria de combustibles fósiles creó incertidumbre y opacó los hechos reales para confundir al público respecto a los peligros del calentamiento global, ante lo que no hubo acciones políticas.
Empero, al día de hoy es simplemente imposible desconocer o ignorar lo que está sucediendo. Cantidad de expertos, medios y organizaciones han alzado la voz, y la ONU ha advertido recientemente que las consecuencias de la crisis climática, incluido el aumento del nivel del mar, el calor intenso y el colapso del ecosistema, cambiarán la vida en la Tierra en las próximas décadas, incluso si se reducen las emisiones de combustibles fósiles.
Esta información y más ha estado bombardeando a tanto a empresas y sociedad, por lo que hoy el secreto de las petroleras está más que revelado.
¡Hagamos rendir cuentas!
Es posible que el proceso legal que están enfrentando las petroleras lleve años. Fueron las ciudades de California quienes presentaron las primeras demandas en 2017, y han estado atadas por disputas sobre la jurisdicción, con las compañías petroleras luchando com poco éxito para que se trasladen de los tribunales estatales a los federales, donde creen que la ley es más favorable.
Demandas climáticas alegan que las campañas de engaño y negación de las empresas petroleras sobre la crisis climática equivalen a fraude.
Prácticas comerciales engañosas, publicidad falsa y fraude al consumidor, son los motivos por los cuales Minnesota está demandando a Exxon, Koch Industries y un grupo comercial de la industria, por lo que la demanda caracteriza como distorsiones y mentiras sobre la ciencia climática.
Dicho estado, que ha experimentado un aumento de las temperaturas más rápido que los promedios mundiales y de EE. UU., dijo que las temperaturas abrasadoras y las «mega lluvias» han devastado la agricultura y han sacado a la gente de sus hogares, con familias de bajos ingresos y de minorías en mayor riesgo.
El fiscal general de Minnesota, Keith Ellison, afirma en su demanda que durante años Exxon orquestó una campaña para enterrar la evidencia del daño ambiental causado por la quema de combustibles fósiles «con un éxito inquietante».
Los acusados gastaron millones en publicidad y relaciones públicas porque entendieron que una comprensión precisa del cambio climático afectaría su capacidad para continuar obteniendo ganancias al hacer negocios como de costumbre.
Keith Ellison, fiscal general de Minnesota.
Recuento de los hechos: el secreto de las petroleras
Irónicamente casi todas las demandas se basan en los propios registros de la industria petrolera como base para las afirmaciones. Entre las compañías petroleras involucradas se encuentran las siguientes:
Shell
Shell, al igual que otras petroleras, tuvo décadas para prepararse para esas consecuencias después de que fue advertida por sus propias investigaciones.
En 1958, uno de sus ejecutivos, Charles Jones, presentó un documento al grupo comercial de la industria, el Instituto Americano del Petróleo (API), advirtiendo sobre el aumento de las emisiones de carbono de los escapes de los automóviles.
Otras investigaciones siguieron durante la década de 1960, lo que llevó a un comité asesor de la Casa Blanca a expresar su preocupación por los “cambios climáticos medibles y quizás marcados” para el año 2000. Los propios informes de API señalaron «cambios de temperatura significativos» a finales del siglo XX.
Hoy la petrolera afirma ser socialmente responsable y estar tomando las medidas adecuadas para tener objetivos como cero neto, utilizar energía renovable para producir hidrógeno verde y más.
Exxon
La compañía petrolera más grande de EE. UU., Exxon, estaba escuchando lo mismo de sus investigadores. Año tras año, los científicos de la petrolera registraron la evidencia sobre los peligros de quemar combustibles fósiles.
En 1978, su asesor científico, James Black, advirtió que existía una “ventana de cinco a diez años antes de que la necesidad de decisiones difíciles sobre cambios en la estrategia energética pudiera volverse crítica”.
Exxon instaló equipos en un superpetrolero, el Esso Atlantic, para monitorear el dióxido de carbono en el agua de mar y el aire. En 1982, los científicos de la empresa elaboraron un gráfico que representaba con precisión un aumento de la temperatura del mundo hasta la fecha.
La década de 1980 reveló un consenso establecido entre los científicos. Un documento interno de Exxon de 1982 … declara explícitamente que la ciencia fue ‘unánime’ y que el cambio climático ‘provocaría cambios significativos en el clima de la Tierra’.
Demanda de Minnesota contra Exxon.
Muchas de las demandas se basan en una serie de documentos de Exxon retenidos en la Universidad de Texas y descubiertos por la Escuela de Periodismo de Columbia y Los Angeles Times en 2015.
Entre ellos se encuentra un memorando de Exxon de 1988 que establece una estrategia para impulsar un «enfoque científico equilibrado», lo que significa dar el mismo peso a la evidencia clara.
Ese movimiento dio sus frutos en partes de los medios de comunicación en la década de 2000. Momento en que la industria petrolera colocó al calentamiento global como una teoría, y no como un hecho.
La empresa colocó anuncios en los principales periódicos estadounidenses para sembrar dudas. Uno en el New York Times en 2000, bajo el título «Ciencia sin resolver», comparó los datos climáticos con los pronósticos meteorológicos cambiantes.
Y afirmó que los científicos estaban divididos, cuando un consenso abrumador ya respaldaba la evidencia de una creciente crisis climática, y que las supuestas dudas significaban que era demasiado pronto para actuar.
Exxon estaba promoviendo públicamente puntos de vista que sus propios científicos sabían que estaban equivocados, y lo sabíamos porque éramos el grupo principal que trabajaba en esto. Esto fue inmoral y ha retrasado enormemente los esfuerzos para abordar el cambio climático.
Martin Hoffert, profesor de física en la Universidad de Nueva York.
Secreto de las petroleras: un trabajo en conjunto
Cabe destacar que el secreto de las petroleras fue un trabajo de equipo, ya que Exxon trabajó junto a Chevron, Shell, BP y empresas petroleras más pequeñas para desviar la atención de la creciente crisis climática.
La industria de los combustibles fósiles también utilizó sus considerables recursos para invertir miles de millones de dólares en cabildeo político para bloquear leyes desfavorables y financiar organizaciones fachada con nombres neutrales y que suenan científicos, como la Coalición Global del Clima (GCC). Empero…
Exxon se lleva el premio al que más esfuerzos hizo. Por sí sola, la petrolera ha financiado a más de 40 grupos para negar la ciencia climática.
Sin embargo, hoy la petrolera afirma que está haciendo todo lo posible para trabajar en energías limpias y acciones a favor del medio ambiente.
Pero al parecer esto no ha sido ni será suficiente, y por si fuera poco, Exxon se encuentra cavando su tumba si de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) se trata, ya que un video publicado el 2 de julio ha dado a conocer declaraciones de un alto miembro de los grupos de cabildeo de Exxon grabadas en secreto en donde se habla de su posición respecto a la política climática.
Confesiones de Keith McCoy: la guerra de cabildeo de ExxonMobil contra la legislación sobre cambio climático
En la grabación, Keith McCoy, director Senior de Relaciones Federales de Exxon Mobil parece revelar involuntariamente que la compañía petrolera usa su fuerza politica para socavar las acciones contra el cambio climático.
Las declaraciones las obtuvo Greenpeace Reino Unido con un camara oculta y se difundieron en un reportaje de Channel 4. En un momento de la grabación McCoy se pregunta si la empresa lucha agresivamente contra parte de la ciencia, luego se responde a sí mismo diciendo que sí.
El video genera polémica ya que parece corroborar las sospechas de que el apoyo público de Exxon a las soluciones contra el cambio climático contradice sus objetivos empresariales, los cuales ha hecho públicos durante los últimos años y confirma el secreto de las petroleras. Ante lo dicho por McCoy, el CEO de Exxon, Darren Woods, emitió una declaración:
Los comentarios hechos por las personas de ninguna manera representan la posición de la empresa sobre una variedad de temas, incluida la política climática y nuestro firme compromiso de que la fijación de precios del carbono es importante para abordar el cambio climático.
Darren Woods, el CEO de Exxon.
Aunado a ello, publicó un comunicado para aclarar a detalle dicha situación.
Industrias sin pizca de RSE
Si bien el tema parece sacado de un cuento de terror conspiracional, esta historia no es nueva, y puede que las consecuencias ya se conozcan o sean aún más graves hoy en día.
Hace aproximadamente 23 años, un escándalo aterrorizó a los consumidores: la tabacalera R.J. Reynolds—fabricante de Camel y Winston- ocultó estudios y destruyó informes que advertían del peligro que acarreaba el tabaco para la salud, según un documento interno de la compañía.
En 2006, un juez federal descubrió que la industria tabacalera había pasado décadas cometiendo un gran fraude contra el público estadounidense al mentir sobre los peligros de fumar y vender cigarrillos a los jóvenes.
Por lo que al igual que en aquella ocasión, es probable que el proceso legal obligue a los gigantes petroleros a entregar años de comunicaciones internas que revelen lo que sabían sobre el cambio climático, cuándo y cómo respondieron.
Ahora lo único que queda por ver es lo que depara a estas industrias, que al menos por ahora se encuentran hundidas en su inexistente RSE, problemas legales y reputación corporativa.
