Dicen que los tiempos de crisis agudizan el ingenio de las personas y hacen que sean capaces de sobrevivir decentemente con mucho menos ingresos. Son épocas en las que algo tan olvidado en otras ocasiones como la solidaridad vuelve a florecer. Las crisis, no sólo las económicas, sino incluso las de sucesos naturales o sociales, son el momento ideal de tender vínculos con la comunidad. Una actitud que en las personas suele ser común pero ¿en las empresas?
En la labor solidaria tienen que jugar un papel realmente importante los que más tienen. Pueden ser personas particulares que, por su profesión, o por cualquier otra cuestión, tengan una buena posición económica pero también pueden ser empresas las que realicen acciones de vínculo con la sociedad. Lo que está claro es que es imprescindible que lo hagan. Si los que más tienen no reparten un poco, es complicado que los que solo tienen lo justo puedan hacerlo.
Ejemplos de acciones benéficas y de vínculo con la comunidad hay muchos. Entre las que hacen los famosos, hay nombres que siempre están ahí. Angelina Jolie casi pasa más tiempo con los niños africanos sin recursos que con los suyos propios. Alicia Keys recaudó, en el 2010, 1,1 millones de dólares para su fundación Keep a Child Alive. En el mismo año, el ya roto matrimonio entre Aston Kutcher y Demi Moore fundó DNA para luchar contra el tráfico de niños con objetivos sexuales. Matt Damon, Leonardo Di Caprio, Sandra Bullock o Shakira son otros de los nombres conocidos a los que se suele asociar con acciones benéficas.
Otro de los sistemas para recaudar dinero es organizar partidos, de cualquier deporte, o torneos cuya recaudación se destine a una buena causa. Un buen ejemplo de esto es el encuentro que cada año organiza el exjugador del Sevilla Kanoute y que con el nombre de Champions for Africa reúne sobre el césped a multitud de caras conocidas del fútbol de ayer y hoy. El portero del Real Madrid y de la selección española, Iker Casillas, también organiza cada año El partido por la ilusión, cuyos beneficios se destinan a fundaciones como Tomillo o Exit.
El mundo del póker es otro de los más solidarios. El Casino Mediterráneo de Alicante, en España, albergó, el pasado 19 de octubre, un torneo de póker solidario coincidiendo con la celebración del Día Internacional del Cáncer. Muy lejos de la costa española, en las Bahamas, tiene lugar cada año el PokerStars Caribbean Adventure que reúne a cientos de famosos y cuya recaudación se destina a acciones benéficas.
Entre las grandes empresas que han puesto en marcha otras iniciativas solidarias, podemos destacar la que llevó a cabo la marca de automoción francesa Renault en el año 2011. Bajo el nombre Eco Tour solidario 2011 hizo un recorrido por el sur de Argentina intentando enseñar a los conductores a manejar sus vehículos de manera que puedan ahorrar en combustible y que se disminuya el daño al medio ambiente. Además, visitaron las zonas dañadas por el volcán Puyehue que se mostró especialmente cruel en Villa La Angostura de la provincia argentina de Neuquén, donando agua para los más afectados. Los programas de marketing con causa como el de Saber Nutrir de Herdez son otro buen ejemplo.
Todas estas acciones no solo se realizan por un sentido solidario, aunque bien pueda ser su génesis; sin embargo, muchas de estas ejecuciones llevan implícitas un concepto de negocios: el vínculo con la comunidad y la gestión adecuada de los grupos de interés redunda generalmente en beneficios, no importa si se trata de una persona o de una empresa.
La reputación que una celebridad o una organización adquieren cuando llevan a cabo este tipo de acciones o programas es muy alto. Baste decir que el Reputation Institute señala que el 40% de la reputación corporativa está ligado a la responsabilidad social. Para resaltar aún más esto, baste mirar las diferentes encuestas sobre el tema para darnos cuenta que aquellas compañías que saben gestionar adecuadamente su vínculo con la sociedad son las que ésta mejor reconoce y premia, ya sea otorgándoles prestigio o mejor aún, prefiriéndolos en el mercado.
Todos estos casos son claros ejemplos de que ser bueno… es un buen negocio.