No solo sus clientes, diversos medios tradicionales y las redes sociales presionan a Mattel para comercializar Barbies calvas, ahora también el Vaticano, a través del diario El Observatorio Romano, se ha unido a la petición.
Desde finales de 2011, Jane Bingham, una madre con cáncer, inició una campaña para pedir a las principales compañías de muñecas que crearan una línea para apoyar a pacientes infantiles de cáncer o alopecia y a sus familias. En Abril, Mattel anunció que fabricaría una edición limitada de Barbies sin pelo, con pelucas y otros accesorios, y que las regalaría a hospitales y fundaciones infantiles. Mientras tanto, MGA Entertainment, la empresa creadora de las Bratz, sí comercializará una versión que se venderá en la cadena de jugueterías Toys ‘r’ Us.
Ahora, la historiadora Giulia Galeotti publicó un artículo en la primera plana del diario oficial del Vaticano argumentando que poner al alcance de todos estas Barbies realmente cambiaría la imagen que se tiene de las muñecas, alejándose de estereotipos y acusaciones de superficialidad para ayudar a niñas y sus familiares a superar problemas de salud.
En la nota titulada «¿Por qué Barbie no crece de una vez por todas?» Galeotti afirma que “Barbie podría representar un poderoso instrumento para promover algunos cambios sociales, pues, jugando, los niños empiezan a asimilar lo que quieren ser de mayores”.
Este caso ha puesto a todos a opinar, ya que la imagen de Barbie como un tipo de «mujer perfecta» casi no ha cambiado desde su introducción al mercado, en 1959. Remover su icónica cabellera rubia no es una decisión fácil para Mattel, que creyó haber resuelto el problema ofreciendo una versión que no llegara a las jugueterías. Aparentemente, la curiosidad del público por saber el impacto que tendría una Barbie calva en venta sigue sin estar satisfecha, y ya no son solo los clientes y hospitales los que lo dicen, sino también uno de los mayores líderes espirituales del mundo. ¿Qué sigue para Mattel?