Inspirada en la princesa maya LAMAT, quien nace en el sello del mismo nombre, la diseñadora costarricense y de descendencia salvadoreña Michelle de Matheu, confeccionó un vestido para ser exhibido dentro del espacio de moda en Salon du Chocolat, representando por primera vez a la región centroamericana en París.
Ésta, la mayor feria dedicada a este suculento producto, reúne a maestros chocolateros de todo el mundo para mostrar su trabajo, creatividad y arte; por lo que la diseñadora, empresaria y además embajadora de la marca francesa GUERLAIN, no podía quedarse atrás con su participación.
El vestido, inspirado también en los países mesoamericanos de cacao fino, está diseñado con minuciosidad y armonía. Para su confección se utilizaron diversos elementos, simbolismo y materiales como chocolate encapsulado en resina, hojas naturales y mazorcas de cacao; así como cacao en forma de semilla y nibs.
Tanto la paleta de color como las piezas seleccionadas fueron perfectamente colocadas y se basaron en dogmas mayas, quienes creían que la tierra era plana y tenía cuatros esquinas, mismas que a su vez tenían una dirección y color específico: el Norte blanco, el Sur amarillo u oro, el Este café o rojo, el Oeste negro y el Centro, verde.
Siguiendo este camino prehispánico, la princesa LAMAT en la que De Matheu y su equipo se inspiraron, es una semilla estelar que simboliza el amor en expansión y representa un vínculo entre el sol y la luna, elementos plasmados mediante las semillas de cacao tostado. Siempre estuvo acompañada de sus nahuales protectores, Jaguar y Viento, quienes se manifiestan en la energía de las notas de cacao nibs.
Aunado a ello, se buscó respetar la numerología maya por lo que la creación de este vestido sigue la armoniosa línea de la geometría sagrada de los mayas, misma que se proyecta en sus cuatro principales piezas:
- El Quechquemitl o “punta del cuello”, es una pieza que asemeja el cuello que cubría el torso de las mujeres. Está compuesto por piezas de mazorca de cacao, la cuales fueron moldeadas y pintadas a mano para crear patrones simétricos, hojas de cacao natural en oro, así como semillas y cacao tostado en distintas tonalidades.
- Sujetador negro con detalles en hilo.
- Un fajón diseñado con incrustaciones de cacao tostado con oro, piezas de chocolate en resina; así como con los mismos elementos del Quechquemitl.
- Una falda en tulle que representa el viento, debido a que para los mayas, éste representaba el alma necesaria para generar vida en cualquier obra.
Para adornar la pieza principal se fabricaron unos brazaletes de hojas, semillas y mazorca de cacao; junto a ellos una corona dorada revestida de estas mismas hojas y nibs, que representan la iluminación. Dichos accesorios están hechos con diferentes técnicas y totalmente a mano.
Los elementos citados anteriormente fueron tratados de forma exclusiva para lograr dar tonalidades y acabados que se pudieran utilizar en textiles. Se emplearon alrededor de 7 kgs de semillas y nibs.
Tras arduas semanas de trabajo –se estimaron 300 horas en la elaboración total del vestido-, y tras la profunda investigación de los materiales, esta prenda se encuentra lista para permanecer en París desde el 28 de octubre al 1 de noviembre del presente año.
En este proceso, la diseñadora contó con el apoyo de AMACACAO (Asociación Mesoamericana del Cacao y Chocolate Finos), quienes durante el Salon du Chocolat harán el lanzamiento de su marca Cunakakaw. También colaboró con la arqueóloga y directora del Museo Kakaw en México, Mayari Castellanos, quien enriqueció la obra con el conocimiento histórico sobre la cultura Maya.
Michelle de Matheu no solo presentará su grandiosa obra dentro de esta gran feria, sino también logrará potenciar su marca “Mandala: The Power of Sharing”, conectando su pasión y la calidad de su trabajo con sus productos: cacao, café y moda.
Fuente: Forbes