El chocolate es uno de los alimentos favoritos de todo el mundo, éste viene de la cosecha y la producción del cacao, pero ¿sabes cómo es la cadena de producción para que el chocolate que comes llegue a tus manos?
Es bien sabido que muchas industrias se aprovechan de la mano de obra infantil para pagar una mínima parte y producir grandes cantidades de su producto.
En la industria del chocolate esto no es una novedad. En varios lugares donde se cosecha el cacao, cientos de niños se encuentran trabajando; ellos viven en una condición marginal y de pobreza.
Esta situación quiere ser eliminada por varios activistas, sin embargo, si se elimina la mano de obra, el costo del chocolate, tiene que aumentar.
¿Cuánto se tiene que pagar por eliminar el trabajo infantil?
De acuerdo con dos economistas de los Estados Unidos, se calcula que para que el cacao siga dando los mismos beneficios a sus productores sin necesidad de emplear a niños, más baratos y manejables el precio tendría que aumentar un 2.8%.
Los economistas Jeff Luckstead y Lawton L. Nalley han diseñado un modelo económico para calcular la repercusión en la cuenta de la compra de este comercio más justo.
Según Luckstead, se desarrolló un modelo de hogar agrícola, en el que los ingresos son generados por el cultivo del cacao. «Para ello, el hogar puede usar el tiempo de los adultos, el de los niños o el de los trabajadores contratados».
El 2.8% se refiere al aumento que resultaría tras la eliminación de las formas de trabajo infantil «más extremas», o sea las que incluyen tareas que impliquen peligro. Al suprimir «la normales», las que incluyen de 14 a 42 horas de trabajo semanal, lo elevaría al 12%, mientras que eliminar por completo a los menores de la cadena de producción de cacao, haría que subiera un 47%.
Eliminar por completo a los menores de la cadena de producción de cacao, haría que subiera un 47%
Los economistas desarrollaron su modelo en el contexto de Ghana, el segundo país productos de cacao (20% del total global), y que da trabajo a dos millones de personas.
Según el investigador, «el modelo empleado podría adaptarse a otras situaciones, sin embargo, se tendrían que hacer modificaciones».
Niños explotados
En Ghana se calcula que hay alrededor de 200 mil niños trabajando en este sector en las condiciones más duras. Toda la región de África Occidental acapara el 70% de la producción mundial de cacao, un sector que emplea a 2,2 millones de niños, según en Cacaobarómetro de 2018, un informe realizado por 15 ONG europeas. El número uno lo ocupa Costa de Marfil, un país que aporta el 40% de este producto.
De acuerdo con Muhammad Rafiq Khan, de la oficina de Unicef en Ghana, «las discusiones sobre el precio del cacao y otros productos básicos son complejas, pero es necesario tenerlas. Proporcionar un precio justo al agricultor puede ser un punto de partida clave para abordar la pobreza y el trabajo infantil. Sin embargo, este no es el único problema a tratar. El acceso a servicios de calidad como educación, salud y registro de nacimientos es igualmente importante».
Para reducir las cifras de explotación en Ghana, el gobierno lanzó en 2017 un plan donde se enfocaba a abordar las situaciones de pobreza que «llevan a las familias a depender de los ingresos que puedan aportar los niños, y cambiar las percepciones sociales que valoran el trabajo infantil como normal, aceptable o incluso necesario».
«Son mano de obra barata, obediente y muy rentable, para muchas familias, la única alternativa para sobrevivir», secunda David del Campo, director de Cooperación Internacional de Save the Children. Un 30% de los niños de Ghana abandona el colegio en primaria, un 15% nunca ha pisado una escuela, según datos de la Unesco.
Para uno de los autores del estudio, «es extremadamente difícil hacer cumplir la ley de trabajo infantil sin empujar a las familias a la pobreza. Por eso creamos este modelo, porque los hogares del cacao estarían más dispuestos a reducir estas prácticas si no les supusiera una carga financiera. Además, los consumidores quieren productos obtenidos éticamente, incluido el cacao».
¿Y los consumidores?
Todavía no se sabe si los consumidores están dispuestos a pagar un precio más alto para obtener el mismo chocolate, sin embargo, es importante que las empresas chocolateras tomen responsabilidad y la asuman a favor de toda la cadena de producción puesto que es bien sabido que el trabajo infantil no forma parte de las empresas que se destacan como responsables.
«Hay que poner el acento en los productores que compran ese cacao para fabricar sus productos y que a veces se basan en relaciones comerciales abusivas. Son ellos los que exigen que se siga produciendo más a bajo coste».
El coautor del estudio concluye que «si tiene éxito en reducir o eliminar las peores prácticas de empleo de menores, la Junta de Comercialización del Cacao de Ghana podría etiquetar su producto como libre de trabajo infantil, lo que diferenciaría su cacao de otros países y mejoraría su comercialización».