Por Kenya Giovanini
Detrás de tu playera favorita o la chamarra que acabas de adquirir, se encuentra un largo y exhausto día laboral de una trabajadora textil y más allá del estampado o el color de esa prenda, están muchos recursos naturales que fueron explotados y canales de agua, que fueron contaminados con diversos químicos.
Para hacer frente a la situación laboral en el mundo de la moda y para reducir el impacto ambiental, esta empresa esta tomando la basura de los demás y la esta transformando en un gran tesoro, con ayuda de sus colaboradores.
La marca de ropa, Tonlé, diseña vestidos, camisas y pantalones con material sobrante que dejan las grandes fábricas y sin desperdiciar un sólo pedazo de tela.
Somos una empresa pequeña, una gota en el mar, pero podemos hacer una diferencia en la industria que hay, y crear conciencia sobre el valor que tienen los materiales y la mano de obra, comentó la fundadora Rachel Faller.
Los expertos del sector calculan que entre el 15 y el 20 por ciento del material utilizado para producir ropa, termina en los vertederos o en montones de prendas arrumbadas en alguna parte de las fábricas.
Pero cuando estos pedazos terminan en los basureros y se descomponen, liberan gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global.
A diferencia de grandes marcas de moda rápida, Tonlé aprovecha sus residuos y recorre los mercados locales, donde venden ropa vieja o tiras de telas, que les servirán para crear nuevas prendas.
https://www.instagram.com/p/BK6k_pgh-e5/?taken-by=tonledesign
Una vez que obtuvieron estos tejidos, la empresa separa los pedazos para crear chamarras, faldas o alguna pieza y para los trozos más pequeños, en combinación con papel reciclado, hacen las etiquetas que llevará cada modelo.
Desde su fundación en 2008, la compañía ha integrado procesos que ayuden a reducir su huella ambiental y a partir del 2014, la marca fue etiquetada como «cero residuos». Esto quiere decir que ninguno de los materiales que emplean son desperdiciados o tirados.
¿Qué hay de la parte laboral?
La compañía quiere asegurarse que cada uno de sus colaboradores este recibiendo un trato justo.
Mi primera prioridad era contratar a mujeres en Camboya, ofreciendo buenos salarios y buenos puestos de trabajo. En la industria de la confección, existe una gran cantidad de mujeres que trabajan toda la noche y luego llegan a casa a tratar de cuidar a sus hijos.
La industria textil a menudo es criticada y señalada por sus prácticas laborales y sus cadenas de suministro. Por ejemplo: en las empresas occidentales se presentan con más frecuencia, casos de explotación laboral y en Camboya no es distinto, por ello Faller además de crear un cambio positivo para el planeta, quiere cambiar las condiciones laborales.
Actualmente emplea aproximadamente a unas 50 personas. Todos sus colaboradores son locales y la mayoría son mujeres, entre ellas se encuentran trabajadores en situaciones vulnerables o con VIH que fueron rechazados por otras empresas. Faller se comprometió a pagarle a cada uno de sus colaboradores, un sueldo competitivo y mantener un horario flexible.
Tonlé ha innovado en el modelo de negocio dentro de la industria textil. Las grandes compañías de ropa podrían replicar o mejorar esta iniciativa. La crisis ambiental y social necesita más emprendedores y personas conscientes con la situación del mundo en donde habitan.