La extinción de la Vaquita Marina es una realidad si no hay alguna acción eficaz que la ayude a no seguir muriendo por causas que no sean naturales.
En México, Leonardo Di Caprio, actor y filántropo, le pidió al presidente de México, Enrique Peña Nieto que salvara al único mamífero marino endémico de México, con ello, el presidente decidió crear programas para proteger a dicha especie.
Sin embargo, dichos programas no han funcionado. Por ello, Greenpeace está señalando a los responsables de no cuidar a la Vaquita Marina y además de violar las garantías constitucionales por no lograr la conservación de la especie.
Para Greenpeace México, en una queja que presentó ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), los titulares de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), serían los responsables.
Greenpeace está señaló a los responsables de no cuidar a la Vaquita Marina:
Dicha queja también señala la responsabilidad de las autoridades al frente de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp); de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ; de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca); y el Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (Inapesca), por haber cometido omisiones en su responsabilidad de protección, conservación y recuperación de la especie que sólo habita en el Alto Golfo de California, y que está a punto de extinguirse.
Lo que destaca la organización es la ausencia de coordinación entre las instituciones y la evasión de responsabilidades para cumplir con lo que les demandan varias leyes nacionales y tratados internacionales en materia de preservación de biodiversidad y otros derechos.
Estas omisiones conllevaron a que, en sólo 20 años, la especie pasará de 567 a 30 vaquitas marinas que sobreviven al menos hasta 2016. Durante la administración del actual gobierno representó una caída del más de 70% en el número de ejemplares desde 2015.
Para Greenpeace, las medidas que se han tomado para salvar a la especie endémica de México han sido insuficientes, ello a pesar de que la vaquita está dentro de la lista en la Norma Oficial Mexicana 059, y en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (conocida como CITES por sus siglas en inglés) como especie en peligro de extinción, así como en la Lista Roja de Especies en peligro crítico de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
En concreto, las instituciones habrían violado los derechos a: un medio ambiente sano para el desarrollo y bienestar de las personas; un desarrollo sustentable; que se preserve y se restaure el equilibrio ecológico; que se conserven los elementos naturales; la conservación de la diversidad biológica por su valor intrínseco y por su importancia para la evolución y para el mantenimiento de los sistemas necesarios para vida de la biosfera; así como a la conservación de la diversidad biológica in situ o en sitio de los ecosistemas y hábitats naturales, y el mantenimiento y la recuperación de poblaciones viables de especies en sus entornos naturales.
Cabe mencionar que el gobierno de Peña Nieto tiene como límite el término de su mandato para hablar sobre lo que hizo en cuestión de desarrollo y ejecución del plan en pro de la vaquita marina.
Tras las elecciones del pasado mes de julio, donde se eligió a Andrés Manuel López Obrador como el siguiente presidente de México, la organización Greenpeace pidió que ponga énfasis en el establecimiento de los términos y condiciones bajo los cuales se atenderá la situación de la vaquita marina.
¿Será suficiente para comenzar a realizar verdaderamente algo en pro de salvar a la especie?
