Todas las actividades de la minera brasileña Samarco fueron embargadas en el estado de Minas Gerais (sureste) tras un deslave que enterró a un pueblo entero y dejó al menos cuatro muertos y una veintena de desaparecidos, informó el lunes el gobierno del estado.
Samarco, décima mayor exportadora de Brasil y propiedad a partes iguales de la anglo-australiana BHP Billiton y la brasileña Vale, «solo podrá retomar las actividades después de la investigación y la adopción de medidas de reparación de los daños provocados», precisó una portavoz de la secretaría de Medio Ambiente del gobierno de Minas Gerais.
Debido a la seriedad del accidente y la necesidad de investigar los riesgos para la población y el medio ambiente, el gobierno estatal adoptó el embargo el viernes pasado de manera urgente, sin necesidad de justificarlo, acotó.
«Samarco solo está autorizada a desarrollar acciones de emergencia, o sea, aquellas destinadas a minimizar el impacto de las rupturas de los diques y prevenir nuevos daños», indicó la secretaría de Medio Ambiente en un comunicado.
El último balance de los bomberos da cuenta de cuatro muertos y una veintena de desaparecidos en el deslave provocado el jueves por la ruptura de dos diques que contenían los residuos de una mina de Samarco.
«Hay dos cuerpos identificados y dos que están en la morgue aguardando identificación. Seguimos las búsquedas; no desistimos», dijo el mayor Rubem da Cruz, del cuerpo de bomberos militares del estado de Minas Gerais.
Un portavoz del gobierno estatal precisó que hay también tres heridos hospitalizados y un total de 601 damnificados por el accidente, que se han quedado sin hogar.
Andrew Mackenzie, presidente de BHP Billiton, la mayor minera del mundo, anunció en un comunicado que tiene previsto visitar esta semana lo poco que quedó de Bento Rodrigues, el pueblo arrasado por el tsunami de lodo, «para reunirse con el equipo de respuesta de Samarco, autoridades e integrantes de la comunidad para entender de primera mano los efectos humanos, ambientales y operacionales del incidente».
Fuente: La Jornada
