Florentino y Susano comparten un padecimiento mental, el espacio en que transcurre su vida en cautiverio y, también, una misma vía de rehabilitación: la hidroponia.
Ambos forman parte de un grupo de nueve reos quienes desde hace cuatro meses reciben una nueva terapia al interior del Centro Varonil de Rehabilitación Psicosocial (Cevarepsi), a través del cultivo de diversos vegetales.
Para Susano, quien trabajó en el campo en su natal Hidalgo, la terapia le proporciona una forma de felicidad.
«Cuando estoy aquí, me siento perfecto, relajado», añade Florentino.
Ambos padecen un trastorno de personalidad, derivado del exceso en el consumo de alcohol, al influjo del cual delinquieron.
Susano, acusado de robo, hoy ha purgado la mitad de su condena, de 7 años. Florentino, originario de Hidalgo, se admite culpable de robo, acoso sexual y violación, delitos por los cuales le quedan unos 40 años en el Centro.
En su pueblo, cuenta Susano, trabajaba en la milpa, por eso ha acogido la hidroponia con buen ánimo; Florentino también sembraba y era pastor desde los 10 años.
«Cuando llegué al Centro venía muy mal. Ahora me siento mucho mejor», dice el interno, mientras explica cómo hace perforaciones en pequeños vasos de plástico, para luego, con tierra y tela absorbente, lograr la siembra de sus lechugas, de las que ya se vendió la primera cosecha.
«Ellos han respondido muy bien al tratamiento, son dos chicos completamente funcionales, y lo que esperamos es que la actividad redunde en su tratamiento psiquiátrico y también puedan eliminar toxinas», explica Jaime Abasolo, director del Cevarepsi.
Aunque al interior del Centro ya se trabajaban cultivos tradicionales, la hidroponia se implementó por ser una técnica benéfica y de poca inversión, agrega Abasolo.
En otros penales del mundo, a esta iniciativa se le ha calificado como «Cárceles verdes».
«Por el momento, están participando nueve internos, pero lo que buscamos es extenderlo. En San Fernando, por ejemplo, contemplamos de entrada a unos 20», señala Salvador Montero, director de Trabajo Penitenciario de la Subsecretaría de Sistema Penitenciario del DF.
La primera cosecha fue comercializada al interior del sistema carcelario, pero se busca registrar una marca en el esquema de productos autogenerados.
«Para nosotros este taller se convierte en un hilo conductual para llevarlos (a los reos) de la mano en actividades sencillas, productivas y terapéuticas, que ayuden en su tratamiento médico psiquiátrico», dice Abasolo.
Poco a poquito
El número de internos que entraron a una nueva terapia todavía es insignificante.
392 internos especiales hay en el Cevarepsi.
400 pesos le pagaron a dos internos al frente del proyecto.
107 lechugas dio la primera cosecha de hidroponia.
107 internos participan en el proyecto de cultivo controlado.
Fuente: Reforma, Ciudad, p. 4.
Reportero: Marcela Nochebuena.
Publicada: 28 de marzo de 2011.
