La mitad de los viajes que realizan los transportistas de carga en el país van sin mercancía, según cifras del Instituto Mexicano del Transporte (IMT), cifra “considerable”, de acuerdo con el “Estudio estadístico del autotransporte nacional 2009”, elaborado por ese organismo dependiente de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
En esta problemática, dos jóvenes regios vieron un oportunidad de negocio y lanzaron, en julio del 2008, un sistema en línea con el objetivo de reducir estos viajes vacíos.
La idea, además de negocio, representaba para ellos “ahorro de combustible, reducción de la contaminación, el tránsito y el desgaste de las carreteras, mejor aprovechamiento del tiempo del chofer así como menor probabilidad de accidentes”, explicó Alberto Padilla, quien se unió a Anibal Abarca y Federico González poco después de que la idea tuviera nombre: Rutanet.
Oportunidad verde
Fue durante un viaje a Alemania cuando Federico conoció un sistema a través de Internet que permitía a los transportistas conseguir otros transportistas cuando tenían cargas se sobra. En México, notaron, “no iba por ese lado, sino al contrario, los transportistas necesitaban más cargas para no viajar vacíos. Nos dimos cuenta que el problema en el país es que los transportistas van con carga, la entregan y se regresan con sus camiones vacíos “, dijo Padilla, director comercial de Rutanet. “Cuatro de cada 10 camiones de carga que tú ves van vacíos”.
No exagera. Según el estudio referido de IMT, el cual fue elaborado con información obtenida entre 1991 y el 2008, “durante estos 18 años, la proporción de vehículos de carga que circularon vacíos varió entre 26 y 48.6%, correspondiendo la más alta al 2004”.
De acuerdo con el diagnóstico, “en el 2008, el porcentaje de unidades de carga que circularon vacías fue 27% en promedio. La cifra de vehículos de carga vacíos osciló, en ese año, entre 12.2 y 49.5 en diferentes puntos del país”.
El desarrollo tecnológico de los jóvenes consistió entonces en un software en línea que funciona como un modelo de bolsa de trabajo pero aplicado al transporte. Es como una “bolsa de cargas”, explicó Padilla: las empresas o personas que requieren trasladar una carga entran a la página y publican su necesidad, y después los transportistas aplican para trasladarlas.
De esa manera, los transportistas pueden aprovechar el regreso de una entrega para no viajar vacíos o bien planear un viaje con carga tanto de ida como de vuelta.
Razones de carga
El sistema en línea significa para el transportista una ganancia en los dos recorridos en lugar de sólo en uno, lo que además repercute en beneficios para el ambiente y, en particular, en la salud y seguridad de los transportistas.
Las ventajas más evidentes son el ahorro de combustible o el mejor aprovechamiento del utilizado por el transporte de carga y, con ello, disminución de las emisiones contaminantes generadas por estos automotores.
“Por ahora no tenemos una cifra en reducción de contaminantes -explicó Padilla-, pero con los 1,600 transportistas que tenemos afiliados, de los 100,000 que hay en el país, lo que se ha logrado son ahorros a nivel personal y un cambio de actitud. Ahora saben que pueden aprovechar mejor sus viajes y, con ello, su combustible, además de que les genera una cultura de un manejo amigable con el ambiente”.
Otros beneficios, destacó, con la disminución del tránsito en las carreteras y casetas, así como del desgaste de las vías de comunicación y del mismo vehículo de carga.
“Se aprovecha al máximo el transporte de carga, es decir, los vehículos pesados que vemos en el tránsito tienen una razón para estar ahí, están mejor utilizados”, mencionó.
Además, las ventajas llegan a los propios transportistas, pues optimizar su tiempo les beneficia a ellos en su salud e incluso evitar accidentes que pueden resultar mortales.
El emprendedor explicó que las personas físicas o morales que necesitan trasladar una carga pueden registrase de manera gratuita en el portal, y los transportistas, con un pago mensual, acceden a las cargas publicadas y aplican por éstas.
Fuente: El Economista – emprendedores sociales, p. 43
Autor: Alejandra Aguilar
Publicada: 28 de julio de 2010