Pasarán tres años para saneamiento del cuerpo de agua, dicen autoridades
María Lucía Hernández Ramírez se dedica a la venta de pescado en Zapopan. Su esposo es parte de la cooperativa de pescadores que trabajan en la presa de Hurtado, en la comunidad de San Pedro Valencia, en Acatlán de Juárez, al sur de Guadalajara.
Desde la semana pasada, la mujer, de 31 años y madre de tres hijos, no tiene mercancía para vender porque ahora los peces, cientos de miles de ellos, flotan muertos sobre la presa, que se encuentra en cuarentena.
“No sé qué vamos a hacer. Todos vivimos de la pesca y se nos acabó, quién sabe por cuánto tiempo. Vamos a ver qué nos dicen, pero vamos a vender otra cosa. Toda la vida nos hemos dedicado a esto, y nos quedamos sin nada”, dice angustiada la mujer mientras trabaja en la extracción de peces muertos.
Preocupada, la habitante de la comunidad de San Pedro Valencia asegura que autoridades concluyeron que transcurrirán unos tres años para que el cuerpo de agua quede totalmente saneado y se restablezca la vida.
“Es mucho tiempo, mientras ¿qué vamos a comer? Aquí queremos que se castigue a los que hicieron esto. El daño que nos causaron y al medio ambiente, tienen que pagar todo, no se pueden quedar como si nada”, advierte.
La contaminación de esta presa mató a cientos de miles de peces y dejó sin sustento a alrededor de 180 familias.
Arturo Arceo Evangelista, delegado de la comunidad de San Pedro Valencia, denuncia que desde hace poco más de una semana una empresa procesadora de alimento para ganado instalada en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga vertió melaza en un canal que desemboca en este estanque de 580 hectáreas.
“La gente se empezó a dar cuenta que el agua que corría por el canal era roja o café, y todo eso llegaba a la presa, pero ya los efectos los empezamos a ver después que se empezaron a morir los peces. Luego con las lluvias se vino más melaza, y todavía sigue llegando”.
El representante de la comunidad aseveró que entre el día en que se dio cuenta de la mortandad, han sido extraídas unas 500 toneladas de animales sin vida.
“El sábado ya habíamos sacado 100 toneladas, el lunes ya llevábamos 500. Posiblemente saquemos unas 800 toneladas de animales muertos. Ya no hay vida en esta presa, todo se acabó con la melaza”, dice, tras mencionar que los peces son enterrados en fosas a 3 kilómetros del lugar.
“Aquí está el daño pues, la afectación al medio ambiente y al sustento de todos aquí, de qué van a vivir, ¿y el daño ecológico? Me indigna o tal vez otra la palabra poquito más fuerte. ¿Cómo es posible tal negligencia o si fue premeditado? Son 180 familias que viven de la pesca y venta de carpa y mojarra. Esperemos que las autoridades estatales y federales atiendan esta contingencia”, dice el presidente municipal, Emeterio Corona.
No obstante que ya fue clausurada la empresa presuntamente responsable, aún ayer se vertían melaza y otros desechos industriales en la presa,
“Todavía sigue cayendo melaza. El arroyo trae el agua contaminada y ahí desemboca toda la contaminación”.
La Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proepa) inspeccionó los afluentes que desembocan en el lugar y detectó una empresa con contenedores con capacidad de 10 mil toneladas cada uno utilizados para almacenar melaza. Uno estaba vacío y el otro contenía cuatro mil toneladas de producto.
“Es preciso señalar que la operación del sitio ubicado como fuente de la descarga no contaba con los permisos requeridos para su operación por lo cual fue clausurado”, refirió. Mientras, autoridades municipales y estatales preparan denuncias por el daño ecológico, y dan vista del caso a la Comisión Nacional del Agua; ya fue interpuesta una denuncia penal contra la empresa.
Fuente: El Universal