Después de ser responsabilizada de al menos 16 muertes y más de 180 heridos en todo el mundo, Takata se declaró en bancarrota.
Takata, una empresa japonesa, quien fuera la productora número 2 a nivel mundial de airbags, anunció su adquisición por parte Key Safety Systems (KSS), fabricante de autopartes con sede en Michigan, Estados Unidos, propiedad de la firma china Ningbo Joyson Electronic, por 1,600 millones de dólares.
Se trata de la mayor quiebra de un fabricante japonés. El caso dio lugar a la mayor llamada a revisión de productos de la historia del sector automotriz, con 100 millones de bolsas de aire suministradas a todos los grandes fabricantes de vehículos, incluidos Honda, Toyota, Nissan, BMW, Ford y General Motors.
Esta empresa se enfrenta a numerosos juicios junto con reclamos millonarios y padece de decenas de miles de millones de dólares en costos y pasivos.
De los pasivos totales de la empresa, podrían situarse en 15,000 millones de dólares, según cálculos de Tokyo Shoko Research Ltd. citados por Reuters.
Takata solicitó la protección por bancarrota en un juzgado de Tokio, en tanto que la filial de la empresa en Estados Unidos, TK Holdings, se acogió el domingo al capítulo 11 de la ley de quiebras de ese país en Delaware. Esta quiebra afectará a las sedes de la empresa situadas en China y México.
La reenconstrucción: Key Safety Systems
Después de 16 meses de negociación, KSS dijo que absorberá las operaciones viables de Takata mientas que el resto se reorganizará para seguir produciendo los millones de airbags que tienen que ser sustituidos, mencionaron ambas firmas.
Por su parte, KSS indicó que para el primer trimestre del 2018 se terminará la compra de la empresa Takata y el resultado será un proveedor de primer orden con unos 60,000 empleados en 23 países; además de prometer mantener una parte “considerable” de los empleados y fábricas de Japón.
“KSS adquirirá la principal parte de Takata, excepto algunos activos y operaciones vinculados con los airbags”, apuntó la firma estadounidense en un comunicado.
“La fuerza de una mano de obra competente, de su presencia geográfica y de sus excepcionales volantes, cinturones de seguridad y de otros productos de seguridad, no ha disminuido”, dijo Jason Luo, director general de KSS.
La empresa Japonesa fue muy criticada por la forma de llevar la crisis, al rechazar su responsabilidad y luego disculparse públicamente varias veces sin dar explicaciones detalladas, comentó AFP.
La bolsa de Tokio suspendió las acciones de Takata, las cuales perdieron un 95% de su valor desde que estalló el escándalo en 2014, debido a una investigación de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos (NHTSA, por sus siglas en inglés).
Takata utilizaba un agente químico en sus airbags: nitrato de amonio. Este químico lo utilizaba sin la compañía de un agente desecante, una combinación que impide la absorción de la humedad, y que en condiciones climáticas extremas, puede llegar a explotar proyectando fragmentos sobre el conductor y el pasajero.
El problema con Takata
Takata se responsabiliza de al menos 16 muertes y más de 180 heridos en todo el mundo.Las airbags pueden explotar con fuerza excesiva y expandir metralla metálica dentro de los automóviles y camionetas.
La falla de seguridad ha provocado que unos 100 millones de infladores de todo el mundo sean llevados a revisión, junto con más de una docena de fabricantes de automóviles.