Una encuesta aplicada por la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (AMEDIRH) respecto al aumento al Salario Mínimo, indica que el 74.5 por ciento de los encuestados está de acuerdo en que haya un incremento considerable, de ellos el 71 por ciento opina que debería ser por arriba de la inflación. Sin embargo, estuvieron de acuerdo en que generará impactos negativos, al provocar un aumento de los precios.
La encuesta se realizó en el marco del 49º Congreso Internacional de Recursos Humanos AMEDIRH 2014 y se aplicó a mil 500 Ejecutivos de Recursos Humanos, de ellos 57.7 por ciento fueron mujeres y 42.3 por ciento fueron hombres. Referente a las empresas que participaron, predominaron las del sector servicios y las que cuentan con más de 250 trabajadores.
La encuesta muestra que las empresas no están de acuerdo en dar un incremento de salario si no está acompañado a un factor de rendimiento, ya que el 61.6 por ciento de los encuestados están de acuerdo en que el salario mínimo debe vincularse únicamente a productividad. “Nosotros como Asociación no podemos opinar acerca de si es conveniente o no el aumento al salario, pero si éste va unido a un factor de productividad, podemos contribuir a establecer modelos donde las personas puedan hacer su propias mediciones”, dijo Pedro Borda Hartmann, director general de la AMEDIRH.
Borda Hartmann agregó que la mayoría de los encuestados coincidieron en que los sueldos se deben estimular por rendimiento y productividad, no por incrementos obligatorios (75.9%). Otros factores complementarios al aumento del salario mínimo son: regular el comercio informal (64%), ver al salario mínimo sólo como una medida de referencia (57.1%), que el salario mínimo se desvincule de la inflación (55.3%). Que los empresarios lo evadan y se fomente la informalidad (39.8%).
El 29 por ciento de los encuestados opinan que el incremento al salario mínimo debe ser de acuerdo a la inflación. El 29.3 por ciento dice que por arriba del 10 por ciento, mientras que el 15.1 por ciento indica que sería preferible por arriba del 11 al 15 por ciento. Sólo el 12.6 por ciento cree que arriba del 16 al 20 por ciento es lo conveniente, el 14 por ciento que debe ser por arriba de más del 21 por ciento. “Lo primero que nos quedó claro con la encuesta fue que se podría impactar directamente en el precio de los productos y servicios; lo segundo, un factor inflacionario, al incrementar el salario mínimo, se incrementan los precios y vuelve a quedar todo como estaba”, mencionó Pedro Borda.
Referente a la pregunta de si los encuestados saben cuál es el salario mínimo, el 26 por ciento dijo no saber, el 74 por ciento contestó que sí, pero solamente el 28 por ciento dijo saber cuál es el salario mínimo que pertenece a su zona. “Este resultado nos preocupó en el sentido de que la gente no sabe cuál es, pero por otro lado nos alentó porque esto quiere decir que las empresas no usan el salario mínimo, lo cual considero un hallazgo importante”, comentó el director de Amedirh.
Sobre los beneficios que traerá un aumento al salario mínimo, la mayoría coincide en que producirá reactivación del mercado interno por mayor consumo, le sigue el cubrir las necesidades básicas, recuperar su poder adquisitivo y por último, contribuir significativamente a tener una sociedad más justa.
Los impactos negativos del incremento al salario son: aumento significativo de los precios, traslado del alza a los costos de los precios, impacto inflacionario dramático, serios riesgos en la productividad, incremento significativo de desempleo y el cierre de muchas empresas.
Para finalizar, el director de la Asociación mencionó que esta medida debe ser consensuada, que se involucre a las autoridades, a los que tengan que tomar la decisión, al sector productivo y que se llegue a un buen fin.
Comunicado de Prensa