Junto con la expansión en el número de empresas socialmente responsables, ha habido igualmente una migración en los temas atendidos, “al inicio el tema central era la vinculación con la comunidad, porque se pensaba en responsabilidad social como un tema de filantropía, ahora las empresas están cuidando más los temas relacionados con sus trabajadores y la ética”, menciona Juan Felipe Cajiga Calderón, director de Responsabilidad Social Empresarial del Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi).
Esta organización lleva una década otorgando a las empresas que así lo ameriten el Distintivo ESR que las reconoce como socialmente responsables: “Estamos llegando a las 500 empresas, es un gran logro pero sigue siendo un número relativamente pequeño”, comenta Cajiga Calderón, y agrega, “la meta siguiente es expandir el uso de esta forma de gestión en las Pymes, ahí sigue siendo un mundo inexplorado”.
La responsabilidad social implica acciones positivas por parte de empresas, más allá de sus obligaciones de ley. En México éstas se han dirigido centralmente a temas como educación, salud preventiva, niñez y medio ambiente.
Se han identificado al menos dos temas clave que no han sido atendidos adecuadamente por las empresas: el desarrollo de pequeños proveedores locales y la generación de productos y servicios dirigidos a segmentos poblacionales más pobres.
Cabe mencionar que el Distintivo ESR, como el propio Cemefi lo reconoce, se otorga con base en la incorporación de lineamientos internacionales que identifican “si una empresa ha incorporado en su gestión temas de responsabilidad social, no es un indicador de desempeño”.
Así, no existe información detallada sobre los montos invertidos, ni datos agregados a nivel nacional sobre el tema, “lo único que sabemos con un cálculo del 2008 es que en lo que toca la vinculación con la comunidad, las empresas destinan entre 0.5 y 1% de sus utilidades antes de impuestos”, concluye el experto.