Empresas grandes como Danone, Lala y Jumex, cámaras empresariales de los sectores de la panificación, conservas alimenticias y refrescos, así como pequeñas y medianas empresas de todo el país expresaron su reclamo a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) por las deficiencias encontradas en el anteproyecto que pretende regular el expendio de alimentos en los planteles escolares, proyecto que elaboró la Secretaría de Educación Pública (SEP) y podría entrar en vigor el próximo 24 de agosto.
En los comentarios que en estos días recaba la Cofemer, Jumex dijo el pasado 11 de junio que los lineamientos establecen como condición para la venta de jugos porciones iguales o menores a 125 mililitros, sin considerar la energía que aportan por porción.
“Las máquinas con las que contamos hoy en día no pueden ajustarse para hacer empaques más pequeños, por lo que tendría que hacerse una inversión de 40 millones de pesos en maquinaria nueva”, dijo Jumex y agregó que modificar la línea de producción se reflejaría en un aumento de precios al consumidor de entre 70 centavos y un peso.
Grupo Danone, por su cuenta, dijo que después de aplicar un estudio de los lineamientos del anteproyecto “hemos detectado una serie de inconsistencias tanto en el documento principal, el anexo y su Manifestación de Impacto Regulatoria (MIR), que afectan gravemente a la empresa y al lugar que nuestros productos tienen en el mundo”.
“Nuestros productos se venden en aproximadamente 2% de las escuelas de nivel básico, el costo que representa para Danone de México es de aproximadamente 70 millones de pesos al año…”, indicó la compañía.
La lechera Lala de México dijo que el consumo de yogurt en México llegó en 2009 a 8.13 kilogramos per cápita, “con un consumo tan bajo, no se puede culpar a dichos productos como causa de la obesidad en México, sino por el contrario”.
La Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (Anprac) descalificó el anteproyecto y consideró que los criterios son excluyentes, discriminatorios e inequitativos.
Durante 2009 las ventas de refrescos en las escuelas representaron el 2% de las ventas totales lo que equivale a una pérdida directa en ventas para la industria.
El organismo dijo que por cada 1% de afectación a la demanda de refrescos, se perderían 3 mil 132 empleos y se dejaría de percibir 262.2 millones de pesos por concepto de remuneraciones al personal ocupado.
La Cámara Nacional de la Industria Panificadora expresó “el pan es un alimento que no engorda, una ración de pan tradicional de 60 gramos, contiene 156 kilocalorías, más o menos la cantidad que tiene una manzana mediana y menor cantidad que los frijoles”.
El Universal – cartera, p. B1
Es increíble que las empresas que se supone son socialmente responsables se opongan a una ley. Deberían asumir su responsabilidad y ofrecer alternativas creativas sanas y de beneficio real para la sociedad. Por qué en vez de fijarse en lo que cuesta modificar su envase no proponen bebidas sin azúcar, por ejemplo y con alto porcentaje de jugo natural? Igual con relación al pan, que no se podrían ofrecer panes con alto contenido proteico y sin azúcar, que al fin y al cabo es lo que engorda a las personas y no pensar en kilocalorías y compararas con las manzanas o los frijoles, es una visión estrecha, cortoplacista y que no apoya a la solución de un enorme problema de salud, que tiene costos ocultos para toda la sociedad. Me apena mucho que estas empresas que se precian de ser socialmente responsables estén eludiendo precisamente su responsabilidad social.
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