Hace unos años, cuando iniciaba en la búsqueda de trabajo formal, llegué a cierta empresa nacional de “clase mundial” a una entrevista. Mi entrevista era para el departamento de Comercial, algo diferente a mi perfil pero que sonaba como buen inicio de carrera.
Llegué a la reunión en punto, y con mis lecturas previas de la organización en cuestión, incluido su Código de Ética, que valga la pena decir, era de los pocos publicados en ese entonces, (no es necesario calcular mi edad…). Sentada en la sala de espera, se me acercó la asistente del gerente del área a platicar mientras entraba a mi cita.
En eso, reparó en mi mano izquierda, y en mi anillo de compromiso. Su siguiente comentario jamás lo olvidaré, pues fue representativo de cómo realmente son aplicados los códigos de ética personales cuando la organización no pone atención a la educación de sus colaboradores en este tema. El comentario fue:” ¿Te vas a casar? Quítate el anillo, al ingeniero no le gustan las que se van a casar”. Mi mente en ese momento quedó en blanco, y acto seguido, me paré, di las gracias y me salí. Definitivamente no era el área para mí.
Creo que fue el golpe de la realidad lo que me dejó sin decir nada, simplemente era inverosímil para mí que una empresa de ese tamaño tuviera gente…de ese tamaño.
Pero, lo que me gustaría reflexionar con ustedes en este artículo es: ¿La empresa está fallando? , o ¿la gente está fallando?. Creo que es una combinación de ambas cosas. Me explico.
Cuando una empresa invierte tiempo, dinero y talento en la creación de un Código de Ética, es crucial cómo este código será transmitido al resto de la organización. No basta con la firma del mismo, la Alta Dirección debe predicar con el ejemplo, esa será la única forma de reforzar las capacitaciones en el tema. Pero generalmente, las organizaciones enfocan sus esfuerzos de capacitación ética en los empleados con menos poder de decisión. Los que rigen el rumbo de la empresa quedan en muchos casos automáticamente catalogados como éticos, cuando son los que pueden dañar de manera más efectiva la imagen o prestigio con un solo error de juicio.
No se puede dejar a juicio personal la imagen de la empresa, y los Códigos de Ética tienen como uno de sus principales objetivos normar al interior de la organización la actuación de sus miembros. La empresa de la que hablo cuenta con uno de los mejores códigos del mercado, pero ha fallado en su real aplicación, sobre todo en los niveles directivos. La imagen dada por la asistente y el gerente de la historia jamás será olvidada. Hubo quien tomó el empleo, y siguió trabajando bajo los cuestionables valores de su jefe. Esto, poco a poco, se convierte en un vacío de valores que afectará cada día más el ambiente de trabajo, y el Código de ética y su administración perderán credibilidad.
Así que si su organización está evaluando crear su código o capacitar a su personal con el que ya existe, tenga en cuenta la importancia de capacitar a la Alta Dirección primero, y de hacerla partícipe directa y corresponsable en el cumplimiento del mismo, si realmente quiere tener éxito en toda la cadena de mando.
Karla Guerrero
Lic. en Relaciones Internacionales, con certificación en Involucramiento Comunitario por el Centro de Ciudadanía Corporativa del Boston College, ha sido el representante nacional de la Industria Mexicana para la creación de ISO 26000 a nivel internacional por los últimos tres años. Así mismo, administró el Comité de ética de CEMEX los últimos cuatro años, y fue asesora de responsabilidad social y ética empresarial para la misma empresa. Actualmente, dirige Ética y Estrategia, despacho de consultoría en temas de responsabilidad social, como desarrollo de códigos de ética, reportes basados en GRI, desarrollo de estrategias de RSC, Involucramiento Comunitario, Certificaciones y reconocimientos de RSE, ISO 26000, entre otros.
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Desafortunadamente aun hoy, Directores, Gerentes y Jefes no logran entender que más que un buen ejemplo para sus empleados, no son los padres de éstos, son quienes deben generar los cambios, iniciar los procesos y mantener la dirección, porque de no ser así cuanto tiempo mas pueden subsistir empresas que no son capaces de evolucionar, lástima que estemos en pañales y que nisiquiera podamos tener una cultura empresarial con ética. Qué se puede esperar? nada. No hay que esperar, hay que actuar.