A pesar de los compromisos globales para reducir el consumo de plástico, nuevas investigaciones muestran que muchas empresas no solo han fracasado en sus metas, sino que están utilizando más plástico hoy que hace cinco años, todo en nombre de la rentabilidad, de acuerdo con Edie.
El informe, titulado Incumplimiento de Compromisos (2024), emitido por Business360 —una firma de inteligencia competitiva que proporciona servicios de investigación y análisis—, destaca una tendencia preocupante: las empresas que deberían liderar el camino hacia prácticas más sostenibles están, en realidad, contribuyendo al problema de la contaminación plástica. ¿Y la Responsabilidad Social Empresarial (RSE)?
Una crisis de plásticos y de RSE
La contaminación plástica ha alcanzado proporciones alarmantes en todo el mundo. Mares y océanos se han convertido en vertederos de desechos plásticos, afectando gravemente la fauna marina y generando consecuencias irreparables en los ecosistemas acuáticos.
En este contexto, la incapacidad de las empresas para reducir su consumo y producción de plástico contribuye significativamente a esta crisis, comprometiendo la biodiversidad y poniendo en peligro la estabilidad no solo del medio ambiente, sino también de la humanidad misma.
Los datos analizados provienen tanto de la Fundación Ellen MacArthur —una organización centrada en promover la transición hacia una economía circular—, como de los informes de ingresos de empresas que se comprometieron con la Iniciativa Global de Compromiso de Plásticos de la Fundación en 2018. Esta iniciativa, respaldada por más de mil organizaciones, tiene como objetivo abordar la contaminación plástica global a través de metas colectivas.
La eficiencia en el uso de plástico por parte de las empresas se evaluó midiendo los gramos de plástico por unidad de ingresos en dólares reales. Los resultados indican que las empresas ahora utilizan un 8.4% más de plástico que hace medio década para generar cada unidad de ingresos.
Ganancias antes que sostenibilidad
De las 37 empresas evaluadas, más de la mitad informaron un aumento en el uso de plástico entre 2021 y 2022. El consumo total de plástico aumentó un 2%, pasando de 11.4 millones de toneladas métricas en 2021 a 11.7 millones en 2022.
El informe también destaca que el sector de bienes de consumo, especialmente en las categorías de alimentos, bebidas, cuidado del hogar y cuidado personal, depende en casi un 83% de contenido virgen basado en combustibles fósiles para su envasado de plástico.
Al examinar los cambios en la intensidad real de plástico y tener en cuenta las fluctuaciones monetarias, se resalta que la mayoría de las empresas que muestran mejoras lo hacen a una tasa del 3% o menos por año. Sin embargo, las grandes corporaciones, en su mayoría, y que por su capacidad financiera podrían acelerar su progreso, muestran una mejora mínima o están utilizando más plástico por unidad de ingresos.
Políticas son fundamentales para alcanzar los objetivos
El año pasado, la Fundación Ellen MacArthur reveló una notable falta de cumplimiento entre las principales marcas y minoristas que participan en la Iniciativa Global de Compromiso de Plásticos, que tiene como objetivo una reducción del 21% en el uso de plástico virgen para 2025.
A pesar de incorporar anualmente 1.5 millones de toneladas adicionales de plásticos reciclados, lo que conduce a la mitigación de alrededor de 2.5 millones de toneladas de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que contribuyen al calentamiento del planeta, el informe enfatiza la necesidad de un progreso exponencial para cumplir con la meta de 2025, instando a una participación esencial de los responsables políticos.
En septiembre, se lanzó el borrador inicial del tratado global de plásticos por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Este acuerdo tiene como objetivo intensificar las iniciativas globales para erradicar la contaminación plástica, con una visión integral que se extiende hasta 2040. Se espera que un tratado finalizado sea ratificado en 2024.
Desafíos para la sostenibilidad y crisis de Contaminación Plástica
La crisis de contaminación plástica es evidente, y las empresas que incumplen sus compromisos de reducción de plásticos contribuyen significativamente a este problema. La sostenibilidad está en juego, y es imperativo que se tomen medidas concretas a nivel empresarial y político para abordar este desafío global, señala el informe.
La contaminación plástica, con su impacto devastador en los océanos y la vida marina, se ha convertido en uno de los problemas ambientales más apremiantes de nuestro tiempo. La proliferación descontrolada de plásticos de un solo uso y el exceso de embalajes plásticos han llevado a la acumulación de millones de toneladas de residuos plásticos en nuestros ecosistemas.
Las repercusiones de que empresas incumplen reducción de plásticos son profundas y afectan directamente los esfuerzos de sostenibilidad. El uso excesivo de plástico no solo agota los recursos naturales, sino que también contribuye a la crisis climática. La producción de plástico, especialmente a partir de combustibles fósiles, emite grandes cantidades de gases de efecto invernadero, exacerbando el cambio climático.
En este contexto, el informe destaca que el sector de bienes de consumo, en particular en las áreas de alimentos, bebidas, cuidado del hogar y cuidado personal, depende significativamente de plásticos derivados de combustibles fósiles. Este enfoque no solo es insostenible a largo plazo, sino que también contribuye directamente a la degradación ambiental.
Llamado a la acción empresarial
A manera de conclusión, la crisis de contaminación plástica y que empresas incumplen reducción de plásticos presentan un panorama desafiante para la sostenibilidad y la RSE. La sostenibilidad implica equilibrar las necesidades actuales sin comprometer el bienestar de las generaciones futuras, y la crisis de contaminación plástica pone en peligro ese equilibrio al generar problemas que pueden perdurar en el tiempo, afectando no solo el entorno natural, sino también las comunidades y la economía.
En el contexto de la RSE, adquiere una importancia crucial, ya que las empresas tienen la responsabilidad de contribuir positivamente a la sociedad y al medio ambiente, y el incumplimiento en la reducción de plásticos socava esos esfuerzos. Por lo que es esencial que las empresas asuman la responsabilidad y adopten prácticas más sostenibles, priorizando la reducción y el reciclaje de plásticos.
Además, la colaboración entre empresas, gobiernos y organizaciones no gubernamentales es crucial para abordar este problema de manera efectiva. El llamado a la acción es claro: es hora de que las empresas reevalúen sus prácticas, adopten medidas concretas para reducir su huella plástica y cumplan con los compromisos asumidos. La sostenibilidad del planeta y el bienestar de las generaciones futuras dependen de las acciones de hoy.
