Tras el WEF en el que se habló del combate a la desigualdad social, te presentamos estos casos de éxito y las oportunidades de financiación de estos negocios.
Conoce algunos proyectos sociales de éxito en América Latina, así como oportunidades de financiación para ‘emprendedores sociales’.
La capital de Perú, Lima, fue la sede del más reciente encuentro del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés), para América Latina. Los líderes allí reunidos, entre los que se encontraba el presidente, Enrique Peña Nieto, analizaron algunos de los desafíos que enfrenta la región, cuya economía está considerada como la más desigual en todo el mundo.
En este contexto, conceptos como el de “emprendedores sociales” o “proyectos de inclusión social”, comienzan a abrirse paso en medio del debate financiero sobre la macro y la microeconomía.
El Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y otras instituciones han lanzado iniciativas para promover programas y proyectos, cuyo objetivo tenga como prioridad combatir la pobreza y la desigualdad. Sólo el BID ha otorgado más de 178 mil millones de dólares (mdd), a la fecha, para financiar proyectos en áreas como la inclusión financiera, la salud, la educación y los “programas sociales”.
A continuación citamos algunos casos de éxito de este tipo de programas, así como oportunidades de financiación para “emprendedores sociales” y ONG, cuyo objetivo consiste en reducir la desigualdad y combatir la pobreza.
Salud-Crianza, un modelo de salud a la brasileña
La doctora brasileña y “emprendedora social”, Vera Cordeiro, desarrolló hace más de 20 años un modelo de atención de salud que rompía los moldes tradicionales de la medicina. Para Vera, acabar con la pobreza era una prioridad, pues en su experiencia ésta era la causa original de la muerte y la enfermedad de muchos de sus pacientes.
La experiencia de Cordeiro está en línea con la Organización Mundial de la Salud (OMS) que afirma que una de cada tres enfermedades está vinculada a la pobreza.
Así, Cordeiro decidió que, para poder mejorar la salud de personas sin recursos, era necesario adoptar una postura holística que implicara un combate efectivo a la enfermedad, mientras solucionaba problemas de vivienda precaria y desempleo, pues, desde su punto de vista, sólo si lograba ayudar a las familias en esas tres áreas, mejoraría, de hecho, su salud en el largo plazo.
Con la ayuda de la Organización no gubernamental (ONG), Ashoka, Vera ha conseguido ayudar a más de 10 mil familias y su metodología socialmente incluyente y responsable ya ha sido adaptada por más de 20 hospitales de Brasil. Ahora, a través de una fundación, ha conseguido exportar su modelo de atención a Colombia.
Perú y las amas de casa
Perú, cuya economía creció por encima del 6% en 2012, ha utilizado los fondos otorgados por el BID para lanzar programas de combate a la pobreza y la desigualdad, que utilizan las nuevas tecnologías para asegurar una mayor eficiencia y éxito.
JUNTOS, es un programa de vivienda exitoso puesto en marcha en el país andino hace unos años, en el que a cambio de obtener financiación para mejorar la infraestructura de los hogares, las madres de familia peruanas debían comprometerse a enviar a sus hijos a la escuela y al médico.
El BID y el Banco Chino de Desarrollo, fuentes de financiación
El BID acaba de lanzar una nueva convocatoria para organizaciones que promuevan proyectos de inclusión social o cuyo objetivo consista en reducir la pobreza en América Latina.
El fondeo para las organizaciones participantes, que deberán postular sus proyectos antes del 15 de mayo, puede alcanzar los cinco millones de dólares (mdd). Los montos para proyectos individuales oscilan entre 500 mil y un mdd y provienen del Fondo Especial Japonés administrado por el BID.
No obstante, otros bancos, como el Banco Chino de Desarrollo (China Development Bank Corporation), también ofrecen productos financieros en varios países, entre los que destacan Argentina, Venezuela y Brasil. De hecho, este banco es una de las principales fuentes de financiación de toda la región.
Banca de desarrollo en México, una oportunidad
El microcrédito es uno de los productos financieros más efectivos en la lucha contra la pobreza. En México, las Sociedades Financieras Populares (Sofipos) poco a poco comienzan a jugar un papel más relevante en la captación de ahorro, según Rony García, socio de Deloitte.
El experto señala que los microcréditos en nuestro país aún tienen mucho terreno por ganar y cita como ejemplo a países como Chile y Brasil, donde éstos han tenido un mayor desarrollo.
Este tipo de créditos oscilan entre los cinco mil y los ocho mil pesos, se otorgan sobre todo a mujeres (un 80% de los casos) y, en especial, a grupos de siete, ocho o 10 mujeres, quienes, a su vez, pagan el crédito en un plazo de entre cuatro y ocho meses, mediante pagos quincenales o mensuales, según explica García, quien añade que la “banca popular”, tiene aún un enorme potencial en México.
Quizá el principal problema de estos microcréditos sean, todavía, sus elevadísimos costos. Algunas ONG que tienen más de 20 años operando en el sector, como Finca, señalan que en México hay microcréditos que llegan a cobrar hasta un 200% de interés anual.
Por su parte, el socio de Deloitte admite que estos créditos son todavía “caros”, pero que si su precio disminuye tienen un gran potencial de crecimiento en un mercado como el mexicano, en donde la mayoría de la población carece de servicios financieros.
Fuente: Alto Nivel