Por: Mónica Vázquez
Los refugiados son personas que tienen que huir de sus casas por los conflictos armados, situaciones de violencia extrema y persecuciones. Hasta finales del año pasado, se registraron 82.4 millones de personas desplazadas que tuvieron que salir de sus casas para salvar sus vidas, según el informe Tendencias Globales de ACNUR.
Cuando huyen, lo único que llevan consigo son las cosas que pueden cargar en sus espaldas y en las manos. Todo lo demás, lo abandonan. Ellas y ellos emprenden peligrosos caminos para buscar un lugar seguro. Cuando encuentran una comunidad que les da la bienvenida, su principal reto es integrarse, ser productivos y retribuir con su trabajo.
Con el fin de ayudarles a reconstruir sus vidas, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ha creado un innovador programa de integración, único en el mundo, de la mano de autoridades, sector privado y los donantes. Este ha ayudado a más de 10,000 personas refugiadas a reubicarse en nueve ciudades de México.
“Con el acompañamiento de la iniciativa privada y los donantes, acompañamos a que las personas refugiadas puedan tener acceso a un empleo formal y digno. También ayudamos a que los niños y niñas puedan ir a la escuela, como es su derecho”, comentó Claudia Sepúlveda, Oficial de Soluciones Duraderas en ACNUR durante una conversación con Expok en el marco del Día Mundial del Refugiado.
A través de la integración de las personas refugiadas, ellas aportan a la economía y sociedad que les recibe, tanto con su trabajo como con su contribución en impuestos, que asciende a más de 60 millones de pesos anuales.
¡Te compartimos la entrevista!
¿Cómo funciona el programa de integración laboral?
Más del 70% de todas las solicitudes de asilo en México se presentan en el sur del país, donde las oportunidades de integración y los servicios para las personas reconocidas como refugiados son limitados. Desde su lanzamiento en 2016, el programa de reubicación les ayuda a trasladarse a distintas ciudades del centro y norte del país. Ahí, la oferta laboral y de vivienda, así como los sistemas de educación y salud, permiten la integración de las personas refugiadas.
“En el norte del país, hay empresas como Palliser y como Mabe que están buscando talento. Junto con el gobierno federal y organizaciones de la sociedad civil a nivel local empezamos este programa de integración. Seis de cada 10 personas han logrado salir de la pobreza, han tenido ingresos superiores a la línea de bienestar. Un empleo formal les permite tener un ingreso, pagar impuestos y tener acceso a la seguridad social. Lo que genera un impacto positivo en su comunidad”, agrega Claudia Sepúlveda.
ACNUR apoya a las personas que participan en el programa con alojamiento temporal, orientación cultural, formación profesional, matriculación escolar y colocación laboral. Después de dos años de residencia permanente, las personas refugiadas pueden solicitar la naturalización.
El Programa opera en las ciudades de Saltillo, Monterrey, Guadalajara, Aguascalientes, Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí y Puebla.
Palliser de México: Ejemplo de alianza
“Tenemos tres empresas en México, dos en Saltillo y una en Matamoros. Nosotros necesitábamos personal en la planta de Saltillo y vimos a ACNUR como una opción de contratación y retención de personal. Cuando los conocimos, nos apasionó el proyecto y actualmente tenemos a 42 personas refugiadas de El Salvador y de Honduras”, dice Dora Borrego, Gerente de Recursos Humanos en Palliser de México.
Un estudio reciente de la ONU mostró la efectividad del programa: mientras estaban en el sur de México, solo el 10% de las personas refugiadas tenía empleo y el 17% contaba con trabajos informales esporádicos. Después de su reubicación, el 92% tenía un empleo formal, con ingresos que eran, en promedio, un 60% más altos que en el sur. Actualmente, más de 170 empresas nacionales y multinacionales emplean a personas refugiadas como parte del programa.
“El personal refugiado tiene una retención 50% mejor del resto de los colaboradores. Es personal que llega con muchos miedos y totalmente despojado de todo. Nosotros les ofrecemos estabilidad, tranquilidad y paz; lo valoran muchísimo. Trabajamos de la mano de ACNUR para adaptarnos a sus necesidades. Entrenamos también al resto del staff para que entendieran y recibieran a las personas de manera sensible”, agrega Dora Borrego.
¿Por qué hacer inversión social?
Una parte de los recursos de Nacional Monte de Piedad se designan para impulsar la empleabilidad digna, permanencia y calidad de los empleos en el país. Para esto, trabajan de la mano con organizaciones de la sociedad civil y organizaciones especializadas, como es el caso de ACNUR.
“Hace tres años que nosotros hemos apoyado este programa con una inversión de 6.2 millones de pesos, llegando a 2,700 personas refugiadas de la meta de 10 mil. Somos parte de este proyecto porque tiene un valor adicional: primero, adapta la estrategia de inclusión laboral a aquellos estados donde existe la necesidad de empleabilidad. Otra cosa fundamental es que se complementa la necesidad local con la empresarial; siempre teniendo en el centro a las personas refugiadas”, Marisol Fernández, Directora de Inversión Social en Nacional Monte de Piedad, en conversación con Expok.
En México, ACNUR aumentó su objetivo para el programa de integración en 2021 y busca poder reubicar anualmente a 20, 000 personas de las zonas del sur. Esta decisión se produce en el contexto de un número cada vez mayor de personas que encuentran protección en el territorio nacional.
“Cuando la empresa es sensible y tiene un interés genuino, ACNUR cuida los derechos humanos de los refugiados y nosotros como donante ayudamos con los recursos que hacen falta para que esto sea posible; se crea un círculo virtuoso. Invito a las empresas a que se sumen para impulsar la empleabilidad digna en la población más vulnerable”, concluye Marisol Fernández, directora de inversión social en Nacional Monte de Piedad.
Haz clic AQUÍ para ver la conversación completa entre Edgar López, Director de Expok con Claudia Sepúlveda, Oficial de Soluciones Duraderas en ACNUR; Dora Borrego, Gerente de Recursos Humanos en Palliser de México y Marisol Fernández, Directora de Inversión Social en Nacional Monte de Piedad.