El orfanatorio Hogar de Esperanza le proporciona a Chikodano Lupanga, de 15 años, tres comidas sustanciosas al día, uniformes escolares nuevos, prácticos zapatos negros y una educación decente.
Jean, su prima de 11 años, quien se negó a entrar al orfanatorio y vive con su hermana adulta, carece de zapatos, su ropa está hecha jirones y a menudo tiene el estómago vacío.
Jean, quien repite el tercer grado de primaria por tercera vez, expresó que lamentaba profundamente no haber crecido en el orfanatorio de donde la cantante Madonna adoptó a un niño.
De haberse quedado, susurró; «hubiera aprendido a leer». En un país tan desesperadamente pobre como Malawi, los niños a cargo de instituciones son a menudo considerados los más suertudos.
Sin embargo, encuestas llevadas a cabo en hogares arrojan que, aunque los orfanatorios se han multiplicado en toda África gracias a donativos de iglesias y organizaciones de caridad occidentales, las familias que cuidan a la gran mayoría de los huérfanos del continente no han recibido la menor ayuda.
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