Por: Rodrigo Arévalo, Analista de Negocios de New Ventures
Hace unos días tuve la oportunidad de visitar el Alto Golfo de California por un proyecto que estamos realizando en New Ventures. Ese viaje me hizo cuestionar actual el estilo de vida.
Al platicar con trabajadores de la industria pesquera y con habitantes de comunidades en esa región noté algo muy extraño a mi forma de ver: Te hablaban de cómo ha llegado todo mundo a “tranzarlos”, que el Gobierno no los apoya, que existen muchísimas mafias, que nadie los ayuda, y que no tienen dinero. Ok, hasta ahora nada nuevo de lo que les diría cualquier periódico o noticiero, pero hay dos cosas que me llamaron la atención de estas pláticas:
1. A pesar de que el tema sobre el que platican es bastante negativo, ellos nunca dejaron de dibujar una sonrisa, y
2. Jamás te mencionan toda esa “mugre” a menos que se les pregunte sobre el tema.
Regresé del viaje con la impresión de que esa gente, a pesar de todas las carencias materiales, son personas más felices que muchas que conozco. Esos pescadores viven al día, ganan muy poco dinero, sus condiciones laborales son peores que las de la mayoría que pueda estar leyendo este artículo, han sido estafados incontables veces, pueden tener problemas de alcoholismo y a pesar de todo eso me quedé con la impresión que son muy felices, más que muchos de nosotros.
Todo esto me pone a pensar: ¿Para qué queremos tener tanto? No necesitamos ni una BlackBerry, ni un iPhone, ni la mejor laptop, ni una BMW X5, ni una casa en Bosques de las Lomas para ser felices. Como sociedad hemos llegado a creer que entre más tenemos, más felices somos o mejor estamos, lo cual no podría estar más alejado de la realidad.
Ahora bien, para este momento supongo que están pensando que mis conclusiones son bastante obvias y que tal vez soy un poco baboso, pero todo esto lo he escrito para llegar a la siguiente pregunta: ¿por qué el bienestar de los países se mide de esa forma? Piénsenlo, en todos lados se habla del Producto Interno Bruto, que entre más crezca mejor está la gente, pero no estoy tan seguro de que eso sea cierto. Por ejemplo, países como Japón, Francia, Suiza y Finlandia están dentro de los 10 primeros con mayor tasa de suicidios.
Además de esto, no se toman en cuenta los beneficios económicos que recibimos por la naturaleza, los cuales son enormes y en ningún momento se les da peso dentro del PIB. Hace unos años, científicos de Estados Unidos, Argentina y Holanda estimaron que los servicios económicos que nos da nuestro Capital Natural ascienden a 33 trillones de dólares al año….¡33 trillones!
Para explicarme, doy un ejemplo: Si dejas tu ropa secando en el rayo del sol, el beneficio es evidente para ti ya que secaste tu ropa y no gastaste un peso, pero no se toma en cuenta en términos de PIB. Por otro lado, si metes tu ropa a la secadora y la dejas encendida por una hora también vas a haber secado tu ropa, pero utilizaste electricidad, indirectamente quemaste combustibles fósiles, contaminaste, y además te costó dinero. Eso no parece muy beneficioso para ti ni para nadie, pero en términos de PIB hubo un beneficio. Pueden ver entonces el incentivo perverso de que al volvernos una sociedad más ineficiente (comparado con el capital natural) y contaminante puede parecer que ayuda a incrementar nuestro bienestar.
Entonces, si tenemos un índice que no mide correctamente el bienestar de la gente, es poco práctico crear políticas públicas para aumentar el mismo. Desarrollar políticas públicas para aumentar el PIB argumentando que crecerá el bienestar de la población es como tener frío y acercar un cerillo prendido a un termómetro para quitártelo.
Entonces, si los países con mayor “bienestar” parecen ser infelices, contaminar y acabar con nuestro capital natural parece ser algo bueno -cuando sabemos perfectamente que no es así-, ¿por qué seguimos usando como medida de bienestar el PIB? Creo que es un error de definición ya que lo que te dice el PIB es cómo se mueve el dinero y la actividad económica de un país, pero en ningún momento te dice si estás mejor o peor, por lo que creo que estamos planteando mal la definición de nuestro bienestar.
Al parecer, el Rey Jigme Singye Wangchuck de Bután tuvo la misma inquietud que yo y en 1972 acuñó el concepto de Felicidad Nacional Bruta (FNB). Al conocerlo, debo aceptar que me pareció un tanto ridículo y romántico, pero después de conocer un poco más de él, me hace bastante sentido y creo que es un movimiento que se debe tomar muy en serio, ya que la reciente crisis económica nos ha mostrado que los paradigmas actuales tienen que ser actualizados o sustituidos.
Bután es un pequeño país montañoso que está enclavado en los Himalayas, entre el Tíbet, China e India, tiene poco más de dos millones de habitantes, su población es mayoritariamente budista, y es algo así como una “Monarquía-Democrática-Parlamentaria”, ya que su Rey abdicó el trono voluntariamente para tener elecciones democráticas en Marzo de 2008.
La idea principal de la FNB es que cualquier actividad, ya sean Programas Gubernamentales, Transporte, Comercio o Agricultura debe ser medida no por los beneficios económicos que genera, sino por la felicidad que proporciona a sus habitantes.
¿Felicidad? ¿Y cómo mides eso? Obviamente, la felicidad parece algo subjetivo y la propuesta de Bután puede parecer carente de seriedad, pero el Centro para Estudios de Bután (Centre for Bhutan Studies) ha demostrado lo contrario al desarrollar un Modelo de bienestar basado en 4 pilares, 9 ámbitos y 72 indicadores medibles de felicidad.
Específicamente, los cuatro pilares de una sociedad feliz son la economía, la cultura, el medio ambiente y el buen gobierno.
Estos pilares son divididos en nueve ámbitos: bienestar psicológico, ecología, salud, educación, cultura, nivel de vida, uso del tiempo, vitalidad comunitaria y buen gobierno, cada uno de ellos con su propio índice de FNB ponderado y no ponderado. Cada ámbito se analiza de acuerdo a los 72 indicadores previamente definidos, e incluso existen fórmulas matemáticas para segmentar la felicidad.
Toda esta metodología y parafernalia está soportada por políticas públicas enfocadas a incrementar la felicidad de su población y cuidar el medio ambiente, entre otros objetivos. Como ejemplo, el Reino ha desarrollado un modelo turístico muy efectivo que promete la conservación de sus recursos naturales en el Largo Plazo. Bután tiene una reducida cuota de turistas cada año, la cual nunca puede ser superada y a cada turista se le hace una evaluación exhaustiva para determinar si puede o no ingresar al país, algo así como lo que nos hace Estados Unidos a los mexicanos (jaja), para después cobrar una alta cuota de entrada al país. Dependiendo de tu país de origen y nivel socioeconómico, una persona puede llegar a pagar hasta 2,000 dólares por día en Bután. Puede parecer muy caro e intolerante, pero recuerden que los occidentales somos amantes de lo caro y del despilfarro, por lo que siempre habrá turistas que paguen el precio, además de que garantizas la conservación de los recursos naturales del país. Con todo esto, tienes dinero y recursos naturales suficientes para mantener a tu población.
Ahora, como se podrán imaginar, existen muchos detractores de la FNB ya que el argumento principal es que la felicidad es completamente subjetiva y, por lo tanto, la información es altamente manipulable. Estoy de acuerdo en que la felicidad es subjetiva, pero los economistas miden hoy en día la confianza del consumidor; ¿Eso no es también subjetivo?
Con todo esto, no digo que la FNB sea la solución absoluta para medir el bienestar de los países ni el medio para alcanzarlo, pero sí creo que es un ejercicio muy enriquecedor para pensar nuevas formas de comprenderlo y redefinirlo. Pienso que estamos en un punto en el que todos debemos de buscar romper paradigmas ya que nuestro modelo económico y la forma de medirlo está agotado. Es hora de que le demos un valor monetario al Capital Natural y al Capital Humano dentro de los Balances de las empresas, y las que comprendan eso y hagan negocios bajo ese nuevo paradigma serán las que se sobrevivirán en el largo plazo.
Finalmente, me quedo pensando en los pescadores con los que tuve la suerte de platicar hace unas semanas en Baja California: si midiéramos su bienestar en términos de FNB en lugar de PIB, ¿estaríamos mejor los fresas de la Ciudad de México que ellos?
“Un Cambio de Valores”. Catherine Rampell y Seth Mydans. Mayo 2009. The New York Times para Reforma.
“Beyond GDP”. Lisa Napoli. Harvard Business Review Blog. Junio 14, 2010. http://blogs.hbr.org/cs/2010/06/gdp_versus_gnh.html
“Felicidad Nacional Bruta”. Julio Monsalvo. http://www.emancipacionsye.com.ar/felicidad-nacional-bruta-108
“Gross National Happiness”. Wikipedia. http://en.wikipedia.org/wiki/Gross_national_happiness
Gross National Happiness Website. http://www.grossnationalhappiness.com/
^ Zencey, Eric (2009-08-10). «G.D.P. R.I.P«. The New York Times. Retrieved 2010-05-04.
New Ventures
El World Resources Institute (WRI), uno de los tanques de pensamiento más importantes dedicado al desarrollo sustentable, decidió en 1999 crear el programa New Ventures con el fin de promover un crecimiento sustentable en mercados emergentes por medio del apoyo y la aceleración de transferencia de capital a negocios que proporcionan un beneficio social o ambiental.
Desde su fundación, New Ventures México ha acercado de manera gratuita servicios estratégicos de consultoría, coaching, vinculación y acceso a inversión a más de 150 empresas en los sectores de agricultura orgánica, turismo sustentable, energías alternativas, madera certificada, tecnologías limpias, acuacultura responsable y transporte sustentable.
Me parece agradable el planteamiento del artículo, es cierto no solo el ingreso o el aspecto económico es lo que deba medirse para determinar el bienestar de las personas, de hecho por eso puede percibirse la incongruencia de los países desarrollados entre su nivel de ingreso y grado de depresión/felicidad, como gusten medirlo; pero es el ingreso el que ayuda a enfrentar los problemas inmediatos a las personas, a mejorar su condición general, etc, por ello creo el autor es analista de negocios y no de felicidad.
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Muy buen articulo felicidades!!