La crisis actual ha puesto de manifiesto que el capitalismo extremo que se puso en práctica en el pasado reciente, no ha servido para lograr un desarrollo real y sustentable ni en Estados Unidos ni en el resto del mundo, por lo que es necesario modificar radicalmente este paradigma en beneficio de toda la humanidad.
Palabras más palabras menos, es lo que interpreto de un artículo publicado hace unos días por el Boston College Center for Corporate Citizenship, en donde se menciona que toda la problemática financiera y económica que hemos visto hasta ahora, es el resultado de un problema endémico mucho más profundo, que consiste en la forma como se ha venido manejando el capitalismo, o dicho en palabras mías, no es el mercado el problema, sino la forma en que se ha venido manejando.
Mucha de la discusión a nivel académico y de artículos de fondo en diversos medios impresos, se ha ido al extremo de discutir si el capitalismo ha fallado, llevándolo hasta el extremo de pensar en el socialismo, al ver el importante papel que están tomando los gobiernos para rescatar a las empresas.
El mismo artículo recuerda la propuesta de Bill Gates en la reunión de Davos del 2008 (antes de que se iniciara la crisis de manera frontal), en la cual presentó el denominado por él mismo como Capitalismo Creativo, que consiste en aprovechar las bondades de este sistema para reducir la pobreza y las enfermedades a escala mundial.
A mayor abundancia, este modelo no está en contra de la búsqueda de utilidades, sino más bien desarrollar modelos de negocio que estén encaminados a reducir la actual inmensa pobreza existente en todo el planeta. En otras palabras, buscar el beneficio social no está en pugna con la rentabilidad de cualquier empresa, y esa es la razón de su nombre, un capitalismo que sea creativo para desarrollar y poner en práctica nuevos modelos de negocios.
Pero volviendo al artículo en cuestión, menciona algo que considero interesante y que en una forma o en otra, es una expresión del impulso que tomará la Responsabilidad Social “gracias” (así entre comillas), a la actual crisis financiera.
Entre estos factores de impulso menciona los siguientes: Por la presión de la misma sociedad, las empresas tendrán que ser más transparentes y responsables en su forma de operar; cuidando más su reputación y no dejarse llevar en la búsqueda de ganancias a corto plazo sin tomar en cuenta a sus grupos de interés (stakeholders).
Señala algo que considero clave, al decir que la creación de valor y negocios sustentables en el siglo XXI, requiere de una diferente forma de administrar a las empresas, en las cuales se requiere tener una relación más estrecha con sus grupos de interés, transparencia, responsabilidad, y nuevas medidas para medir el éxito de las empresas, y no solamente las utilidades sin considerar a la sociedad.
En suma, con este tipo de reflexiones que se están haciendo en este tipo de instituciones como el Boston College y en Davos, considero que estamos en el umbral de un cambio de época, y no creo ser demasiado optimista.
Seguiremos platicando …
Antonio Rey Tamayo Neyra
Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, y actualmente estudiando la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña. Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. En los pasados 19 años hasta la fecha, colaborando en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de haber escritor para otros medios durante este mismo tiempo. Adicionalmente se ha dedicado también a la consultoría y capacitación en relacionales laborales desde hace 18 años, trabajando para diferentes empresas en todo México. De siete años a la fecha, involucrado en el tema de Responsabilidad Social, realizando varios proyectos editoriales, y estudiado un diplomado al respecto coordinado por el Tecnológico de Monterrey, Cemex y el Banco Mundial, y un curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña.