El futuro del gas natural se ve cada vez más prometedor en la bola de cristal de Exxon Mobil Corp. La demanda global de gas natural, que suele usarse para la calefacción y la generación de electricidad, aumentará a un ritmo de 2% al año de aquí a 2030, predice el gigante petrolero estadounidense. Esto supera su estimación del año pasado, de 1,8%.
No se trata de un alza insignificante. Quiere decir que Exxon calcula que, en 2030, el mundo quemará 7.000 billones (millones de millones) de unidades térmicas británicas (BTU, por sus siglas en inglés) de gas más de los que pronosticó hace un año. Eso es un poco menos que la energía que consume México en un año.
Si bien el crudo seguirá siendo el combustible dominante incluso en 2030, el gas superará al carbón como la segunda fuente energética, al suministrar 26% de las necesidades mundiales, según el informe anual de Exxon publicado hoy.
Se espera que el uso de gas crezca tres veces más deprisa que el del petróleo y el carbón, a medida que las economías emergentes se ven bajo presión para proveerles electricidad a miles de millones de personas y el mundo desarrollado reemplaza las plantas eléctricas alimentadas con carbón por instalaciones a gas natural, indica el informe. La quema más limpia del gas natural no representa una amenaza medioambiental tan grande como el carbón y el petróleo. Asimismo, se prevé que otras fuentes que no emiten tantos gases de efecto invernadero, como la energía nuclear y la renovable, también aumentarán su participación en el mercado energético mundial.
El pronóstico de Exxon es seguido con atención, ya que apuntala la estrategia de la mayor petrolera del mundo que cotiza en bolsa. «Aporta la base para que las diferentes divisiones (de Exxon) puedan presentar sus planes de inversión», dice Bill Colton, el vicepresidente de planificación estratégica empresarial de Exxon.
No es sorprendente que Exxon se muestre tan optimista con respecto al gas. En 2010, se convirtió en el mayor productor de gas de Estados Unidos cuando compró XTO Energy Inc. por US$25.000 millones. También adquirió el pequeño productor de gas de esquisto Ellora Inc. por US$695 millones y activos del mismo gas de Petrohawk Energy Corp. por US$575 millones. Pero el entusiasmo de la petrolera coincide con algunas críticas de Wall Street sobre sus recientes apuestas al gas natural, que se ha cotizado barato desde que arrancó la crisis financiera, mientras que el petróleo se ha ido recuperando y ha resultado más rentable.
En enero, los precios del gas han caído a US$4,49 por millón de BTU, frente a más de US$13 a mediados de 2008. En cambio, los precios del crudo se transaban a apenas US$40 el barril a principios de 2009, por culpa de la recesión, pero se han recuperado de manera constante. El miércoles, los futuros de petróleo cerraron a US$87,33 el barril en la bolsa de Nueva York.
Aun así, Exxon cree que el mundo se está decantando por un futuro dominado por el gas natural y se está alistando para ello.
Varios pesos pesados de la industria también están emprendiendo el mismo camino. A principios de este mes, el presidente ejecutivo de Royal Dutch Shell PLC, Peter Voser, dijo en una publicación interna que, en 2012, el gigante anglo-holandés produciría por primera vez más gas natural que petróleo.
Exxon pronostica que el mundo consumirá en torno a 35% más de energía en 2030 que en 2005, impulsado por el crecimiento demográfico y el rápido progreso del mundo emergente.
-Russell Gold contribuyó a este artículo.
Fuente: Reforma, Negocios, p. 8.
Reportera: Ángel González.
Publicada: 27 de enero de 2011.
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