La reciente cumbre climática, que reúne a líderes mundiales en Dubai para abordar los desafíos de la crisis ambiental en la COP28, arrojó resultados sorprendentes sobre la postura de las empresas frente a las políticas verdes. ¿Realmente están las grandes corporaciones presionando por cambios significativos, o estamos observando una resistencia generalizada?
Según un análisis realizado por InfluenceMap, menos del 10% de las empresas presentes en la cumbre climática están abogando activamente por políticas más sólidas relacionadas con el medio ambiente. Esta revelación plantea cuestionamientos sobre la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y el papel que desempeñan las compañías en la construcción de un futuro sostenible, de acuerdo con Edie.
Fósiles socavan esfuerzos climáticos
El informe de InfluenceMap, una organización sin fines de lucro que se dedica a evaluar y analizar la influencia de las empresas en las políticas climáticas y medioambientales, sobre que menos del 10% de las empresas presionan por mejores políticas verdes analizó la lista oficial de representantes empresariales en la COP28, comparándola con su plataforma LobbyMap, que sigue de cerca las actividades de cabildeo en políticas verdes de las 500 mayores empresas del mundo. Los resultados son claros: nueve de cada diez grandes empresas presentes están ya sea cabildeando en contra de cambios progresivos en políticas relacionadas con el clima, o simplemente no están comprometidas con políticas verdes en absoluto.
Este hallazgo suscita preocupaciones sobre la falta de compromiso de estas empresas con la agenda sostenible y plantea interrogantes sobre la autenticidad de los compromisos anunciados en el esfuerzo global por combatir el cambio climático. Esto significa que alrededor del 90 por ciento de las empresas parece mostrar un desinterés total en participar activamente o respaldar iniciativas que fomenten la sostenibilidad ambiental.
Sorprendentemente, InfluenceMap señala que algunas de las empresas más alejadas de los objetivos climáticos enviaron grandes delegaciones a Dubai. Ejemplos notables incluyen a Gazprom, ExxonMobil y Chevron, todas con más de 10 representantes. Incluso la empresa estatal de petróleo y gas de los Emiratos Árabes Unidos, ADNOC, supera esta cifra.
La presencia de ADNOC ha sido objeto de escrutinio debido a la doble función de su presidente, el Dr. Sultan Ahmed Al Jaber, como Presidente-Designado de la COP28 y CEO de ADNOC. Alegaciones sobre intentos de acuerdos petroleros en los márgenes de la cumbre han generado llamados a su renuncia por parte de activistas climáticos, aunque él niega dichas acusaciones.
¿Empresas presionan por mejores políticas verdes?
Por otro lado, empresas energéticas europeas como Shell, Equinor, TotalEnergies y Eni también tienen una presencia significativa en la COP28. InfluenceMap destaca que estas compañías adoptan posiciones más matizadas, respaldando ciertas políticas pero abogando firmemente por un papel continuado de los combustibles fósiles más allá de lo recomendado por los científicos climáticos.
La organización Kick Polluters Out también examinó la lista de más de 100 mil asistentes registrados en la COP28 para identificar a los lobistas de combustibles fósiles. Estima que alrededor del 2.5% de los participantes cumplen con su definición de lobistas de combustibles fósiles, cifra cinco veces mayor que la de científicos presentes y siete veces mayor que la de representantes indígenas.
La comparación resalta otra disparidad, indicando que la presencia de aquellos que abogan por los intereses de los combustibles fósiles es considerablemente mayor que la de las comunidades indígenas, que a menudo tienen preocupaciones particulares en relación con el impacto ambiental. Cabe destacar que la presencia de lobistas de combustibles fósiles ha experimentado un aumento significativo en comparación con la COP27 en Egipto.
El punto crucial de la negociación en la COP28 es determinar si las naciones acordarán una eliminación gradual o reducción de los combustibles fósiles y en qué medida se aplicará esta medida, con posibles lagunas para la captura de carbono. La lucha se centra más en el petróleo y el gas que en el carbón. Fuera de la industria petrolera, InfluenceMap identifica a empresas como Toyota, BMW, Nippon Steel Corporation, Lufthansa, Glencore, BASF y Cargill como firmes opositores a políticas climáticas progresistas.
Empresas bloqueadoras vs. empresas líderes
InfluenceMap también destaca que, aunque con menos presencia e influencia, hay un número creciente de empresas que asisten a las COPs con la intención de contrarrestar la influencia de los combustibles fósiles. Entre ellas se encuentran EDF, Iberdrola, Unilever, Schneider Electric, SSE, Google y Amazon. La presencia de asociaciones comerciales de energías renovables también es notable.
Es relevante mencionar que alrededor del 52% de las empresas presentes en la COP28 no están involucradas significativamente en el cabildeo de políticas verdes. Esto sugiere que aún hay espacio para que la mayoría de las empresas jueguen un papel más activo en el compromiso con los formuladores de políticas.
La COP28 ha puesto de manifiesto la necesidad de una mayor responsabilidad y compromiso por parte de las empresas en la lucha contra el cambio climático. Aunque hay empresas líderes que abogan por políticas más verdes, la mayoría parece quedarse atrás o incluso resistirse a cambios significativos. En un mundo donde la sostenibilidad es crucial, la pregunta que queda en el aire es: ¿Dónde está la verdadera responsabilidad social empresarial en la lucha por un futuro más verde y sostenible?
Este análisis de que menos del 10% de las empresas presionan por mejores políticas verdes destaca la importancia de una RSE auténtica y activa, instando a las empresas a asumir un papel proactivo en la transición hacia un modelo más sostenible. La comunidad internacional espera una participación más robusta y comprometida de las empresas a medida que la ventana de oportunidad para actuar frente al cambio climático se cierra.