Al parecer, para algunos banqueros el cero neto, es decir, reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) al mínimo, es como una promesa de año nuevo que una persona hace y rompe antes de cumplirla. Según Bloomberg, el compromiso del sector bancario está tambaleando debido a la situación actual con las fuentes de energía.
La ciencia muestra claramente que, para evitar los peores efectos del cambio climático y preservar un planeta habitable, el aumento de la temperatura global debe limitarse a 1.5 °C por encima de los niveles preindustriales. No obstante, los bancos intentan dejar el Net Zero, el mayor compromiso de transición económica en favor del medio ambiente.
Los bancos intentan dejar el Net Zero
Varios de los bancos más grandes del mundo, incluidos JPMorgan, Bank of America y Morgan Stanley, se dirigieron a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) de 2021 como miembros del club financiero sin emisiones de carbono. Su membresía en la iniciativa de Glasgow Financial Alliance for Net Zero (GFANZ) —un grupo de aproximadamente 500 entidades del sector financiero— comprometió públicamente a sus bancos a alcanzar emisiones netas de carbono cero para mediados de siglo.
Pero, para septiembre de 2022, ese mismo grupo formaba parte de una facción lista para renunciar, según fuentes familiarizadas con el asunto, aunque JPMorgan, Bank of America y Morgan Stanley se han negado a comentar al respecto.
Y es que la ONU ha señalado que alcanzar una transición de tales precedentes requiere nada menos que una transformación completa de cómo producimos, consumimos y nos movemos para evitar los peores efectos del cambio climático y preservar un planeta habitable. Lo anterior enmarca claramente lo relevante de modificar la forma de hacer negocios e inversiones.
Entonces, ¿qué sucede? Al parecer, un año después de la COP26, algunos grandes bancos parecen preocupados por haberse sumado a los compromisos climáticos demasiado pronto, especialmente porque las compañías de petróleo y gas han experimentado un resurgimiento en el mercado.
Resurgimiento de combustibles fósiles debilita los compromisos ambientales de los bancos
El resurgimiento de los combustibles fósiles, especialmente el carbón, puede explicar parte de la decisión debilitada de descarbonización. Puesto que los préstamos bancarios mundiales a empresas de este sector aumentaron un 15%, a más de 300 mil millones de dólares, en los primeros nueve meses de este año, en comparación con el mismo período de 2021.
Harald Walkate, exjefe de inversiones ambientales, sociales y de gobernanza de Natixis Investment Managers y ahora consultor de finanzas sostenibles, explica que algunos bancos pueden sentir que sus manos están atadas, ya que su deber fiduciario les exige maximizar el valor financiero para la organización y sus grupos de interés.
Aunque, como bien señala, desde una perspectiva ética o ideológica, muchas personas podrían no estar de acuerdo con la idea de invertir en combustibles fósiles como gas y petróleo, ciertamente no es un acto ilegal hacerlo. «Y, de hecho, puede ser un muy buen negocio durante algún tiempo».
Sostenibilidad una inversión a largo plazo
Cuando los miembros de la GFANZ se comprometieron voluntariamente a eliminar por completo las emisiones de GEI de sus balances para 2050, es posible que algunos bancos sintieran la presión de sus pares para unirse a GFANZ el año pasado, tal vez siguiendo al exgobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney. Pero nadie los obligó a hacerlo.
En este contexto, es posible que en ese momento los bancos no hayan entendido los riesgos de litigio relacionados con la firma de compromisos de cero neto. Por lo que, actualmente, temen que los estrictos requisitos de descarbonización puedan hacerlos legalmente vulnerables, porque la regulación de la divulgación de riesgos climáticos y ambientales promete ser más estricta en los próximos años.
Sobre este tema, los bancos se molestaron cuando un grupo respaldado por las Naciones Unidas, conocido como Race to Zero —una iniciativa respaldada por la ONU que busca reunir el liderazgo y acción de todos los actores no estatales, para lograr un futuro resiliente y sin emisiones de carbono—, propuso, a principios de 2022, restricciones vinculantes en el financiamiento de combustibles fósiles como una condición necesaria para que las afirmaciones de cero neto sean creíbles.
A lo que el grupo GFANZ respondió que cada una de sus subalianzas está «sujeta a sus propias estructuras de gobierno», esencialmente dando a sus miembros la libertad de ignorar las propuestas de Race to Zero. GFANZ también señaló que el grupo «no ha recibido ninguna indicación de que alguno de sus integrantes tenga la intención de irse».
¿Bancos se desvinculan de objetivos climáticos?
Para los especialistas en el tema, no es sorpresa que ahora los bancos intentan dejar el Net Zero. La gran mayoría de su producción de carbono proviene de las empresas a las que prestan e invierten, lo que significa que tienen una influencia limitada en las operaciones que podrían afectar al planeta.
Los miembros de GFANZ, con activos por un total de 135 billones de dólares, también tienen mucho capital para desplegar, y en este momento no hay suficientes oportunidades de inversión sostenible, dice Thomas Hohne-Sparborth, jefe de investigación de sostenibilidad en Lombard Odier Investment Managers.
«Si usamos un enfoque creíble y restrictivo de lo que consideramos un modelo de negocios totalmente alineado, solo una porción muy pequeña de la economía actual puede considerarse completamente sostenible»
Thomas Hohne-Sparborth, jefe de investigación de sostenibilidad en Lombard Odier Investment Managers
No obstante, las consecuencias que estas acciones tendrán en el planeta y en los resultados de los bancos tardarán en verse, señala Amanda Starbuck, directora del programa de inversores del Proyecto Sunrise, un grupo de justicia climática. «Les da miedo», enfatiza.
Para Amanda Starbuck, no debería sorprender que los bancos intentan dejar el Net Zero, porque es un panorama completamente nuevo y necesitan familiarizarse con el financiamiento de una revolución de energía limpia genuina.