Hoy en día el problema del cambio climático ha generado miles de consecuencias dentro de nuestro ecosistema, uno de los más importantes es el problema del agua en el Valle de México en donde hasta hoy queda menos de 1% de los depósitos lacustres.
Es por eso que el Centro de Estudios Jurídicos y Ambientales, AC, dice que la disponibilidad per cápita del agua de la Cuenca del Valle de México decreció 46%.
En la Ciudad de México el agua se abastece sus del acuífero del Valle de México y del sistema Cutzamala, que recopila el agua de siete presas, incluidas El Bosque (en Michoacán), Valle de Bravo y Villa Victoria.
De acuerdo con Forbes, el acuífero del Valle de México ha sido sobreexplotado por décadas, y ahora para obtener el agua se debe cavar cada vez más profundo. Esto resulta una solución insostenible, con consecuencias como el hundimiento progresivo de varias zonas de la región, que van hasta los 40 centímetros por año, y que a su vez provocan fracturas en las tuberías, lo que genera fugas, donde se pierde hasta 37% del agua suministrada en la Ciudad de México.
¿Nos vamos a quedar sin agua?
En el norte de México, la mayoría de las personas sufren por escasez física de agua y es probable que en algunos años, el centro del país caiga en la misma situación, de acuerdo con un informe de Naciones Unidas.
Nuevo León es el estado que tiene mayor satisfacción con el servicio de agua potable y el que tiene menos satisfacción es Tabasco, de acuerdo con la «Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental» del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Existen diferentes iniciativas para regular los temas sobre el agua, una de ellas es la «Agenda del Agua 2030» de la Conagua, donde algunas de ellas son modificar las leyes estatales y sus reglamentos para que regulen la versión público privada en la infraestructura hídrica, además establece un sistema claro y transparente de precios y tarifas del agua, crear un sistema de información de inversiones y regular el agua potable y de saneamiento.
La meta de la Agenda 2030 es la consolidación de una política de sustentabilidad hídrica en el país. Las consecuencias de no hacerlo pueden ser muy graves.
Es importante que cada uno de nosotros cuide el agua y utilice de manera responsable su uso, una de las medidas responsables básicas para el cuidado de ésta es: cambiar el W.C por uno que use menos cantidad de agua, utilizar el agua necesaria para lavar la ropa y cerrar las llaves que no se estén utilizando.
El problema del agua en la Ciudad de México
La ciudad de México es una superficie qe pasó de abarcar 80 kilómetros cuadrados en los años cuarenta a 7954 kilómetros sesenta años más tarde, un crecimiento que ha dado lugar a una ciudad caótica principalmente por desarrollos no planeados que se extienden con gran rapidez.
Ahora el Valle donde hubo mucha agua ahora es una ciudad que no cuenta con la capacidad de reciclar aguas negras ni para recolectar agua de lluvia, por lo que se ve obligada a expulsar más de 700 mil millones de litros de aguas residuales y de lluvia por desagües paralizados como el Gran Canal.
Ahora la capital del país importa casi el 40 por ciento de su agua de fuentes remotas, para después desperdiciar más del 40 por ciento del agua que corre a lo largo de sus aproximadamente 12.000 kilómetros de tuberías debido a fugas y ordeña.
De acuerdo con el director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, Ramón Aguirre Díaz, “se espera que el cambio climático tenga dos efectos”, señaló. “Esperamos lluvias más fuertes e intensas, lo cual significa más inundaciones, pero también sequías más prolongadas y fuertes”.
Si deja de llover, en las presas de las que la ciudad se abastece “vamos a enfrentar un desastre potencial. No hay como contar con suficientes camiones de agua para lidiar con un escenario como ese”.