Dos proyectos que buscan impulsar las energías renovables en Nueva York (NY) y poner al estado en camino de avanzar en su iniciativa climática recibieron luz verde tras una votación de la Comisión de Servicios Públicos. Estas iniciativas proveerán de suficiente energía solar, eólica e hidráulica que reducirá a la mitad la dependencia a los combustibles fósiles, a través de dos supercarreteras de energía del condado de Delaware y Canadá.
Las empresas implicadas prometen empleos verdes e inversiones en proyectos de justicia acuática y medioambiental. Pero no todos lo celebran. Algunos grupos han expresado su preocupación por el impacto que tendrán en las comunidades indígenas, y quieren garantías de que el cambio conducirá al cierre de las plantas fósiles en las zonas más vulnerables de la ciudad.
Dos proyectos para garantizar energía limpia en NY
El primer proyecto para abastecer la energía limpia en NY es Clean Path New York, desarrollado en conjunto por la Autoridad Eléctrica de Nueva York, EnergyRe e Invenergy, el cual promete suministrar más de 7.5 millones de megavatios hora de energía solar y eólica. Este se someterá a un proceso de autorización, que evaluará el impacto ambiental del emplazamiento, el diseño, la construcción y el funcionamiento.
El segundo, Champlain Hudson Power Express, aprobado esta semana, traerá 1,250 megavatios de energía hidroeléctrica desde Quebec (Canadá). Será realizado por Hydro-Quebec y Transmission Developers, propiedad de Blackstone, y ya ha recibido todos los permisos necesarios, incluido el Certificado de Compatibilidad Ambiental y de Necesidad Pública, por lo que comenzará a construirse este año y está previsto que entre en funcionamiento en 2025.
Nueva York sigue liderando la nación con iniciativas innovadoras de energía verde y ha sido un ejemplo para el resto del mundo de cómo afrontar los peligros del cambio climático, la amenaza existencial de nuestro tiempo.
Kathy Hochul, gobernadora del estado de Nueva York.
Se calcula que ambos proyectos reducirán las emisiones de gases de efecto invernadero equivalentes a retirar un millón de coches de circulación, por ello se han ganado el apoyo de grupos ecologistas y sindicales, que han alabado su potencial y su alineación con los objetivos fijados por la Ley de Liderazgo Climático y Protección de la Comunidad.
Desacuerdos ecologistas
Los grupos que respaldan los planes se han comprometido a financiar programas que beneficien a las comunidades más afectadas por los efectos del cambio climático.
Clean Path NY ha dicho que invertirá 70 millones de dólares en programas de justicia medioambiental, y Champlain Hudson Power Express ha establecido un fondo fiduciario de 117 millones de dólares que administrará la Fundación del Río Hudson durante tres décadas para proyectos medioambientales y de defensa de la salud acuática.
Sin embargo, hay quienes no están de acuerdo con ciertos elementos de Champlain Hudson, en particular con el impacto medioambiental que puede tener en las tierras indígenas debido a las presas asociadas a la energía hidroeléctrica.
Prácticamente todas las megapresas de lo que actualmente se conoce como Canadá están a menos de 100 kilómetros de una comunidad indígena.
Así que no importa de dónde venga esta energía hidroeléctrica, está impactando desproporcionadamente a los indígenas, está dañando nuestras formas de vida, está dañando nuestras culturas
Amy Norman, protectora de la tierra inuk de Labrador.
La primavera pasada, cinco líderes de las Primeras Naciones escribieron una carta al ex teniente alcalde Dean Fuleihan manifestando su oposición al proyecto. Asimismo, la organización ambiental Riverkeeper también se ha opuesto públicamente al plan, a pesar de haberse pronunciado anteriormente a favor del mismo.
Nuestra oposición al proyecto de la CHPE se ha hecho más firme a medida que los impactos de las presas canadienses sobre la justicia medioambiental se hacen más evidentes.
Richard Webster, director jurídico de Riverkeeper.
Cuidando el ambiente
El equipo de Champlain Hudson reconoce que sus instalaciones se encuentran «cerca o en tierras sujetas a reclamaciones territoriales indígenas», pero asegura que ha firmado acuerdos con las comunidades y naciones prometiendo compensaciones, flujos de ingresos y puestos de trabajo.
Tanto HQ como TDI tienen un fuerte compromiso con la equidad y la justicia social en el desarrollo del proyecto CHPE, y esto se extiende a la única comunidad de las Primeras Naciones afectada por la parte quebequense de la línea de transmisión, la comunidad mohawk de Kahnawà:ke.
Gary Sutherland, Director de Asuntos Estratégicos y Relaciones con stakeholders de Hydro-Québec.
Según declaró un representante de Riverkeeper esas promesas equivalen a «un soborno, básicamente». Además cuando se le preguntó al New York State Energy Research and Development Authority (NYSERDA), por el impacto medioambiental de los proyectos, contestó que:
Las cuestiones medioambientales se abordarán sin duda durante la fase de autorización y construcción de ambos proyectos para garantizar la máxima eficiencia y la mínima alteración del proyecto así como la del medio ambiente.
En general, Clean Path ha recibido el apoyo de Riverkeeper y otros grupos ecologistas, después de que el verano pasado la empresa respondiera a la preocupación por la ubicación propuesta de una estación convertidora.
Pero algunos organizadores de la comunidad han pedido a la New York Power Authority (NYPA), como socia del proyecto, que se comprometa a cerrar sus centrales de generación de energía, que funcionan con gas de fractura y son grandes emisores de contaminación.
La compañía estatal comentó que estaba trabajando con la Coalición PEAK, un grupo de cinco organizaciones de justicia ambiental, para llevar a cabo un estudio sobre cómo las plantas pueden ser cerradas sin una interrupción del servicio.
La NYPA espera compartir los prometedores resultados de su Estudio de Adaptación de Pequeñas Centrales Eléctricas Limpias de la NYPA, preparado en consulta con la Coalición PEAK, muy pronto.
La NYPA se ha comprometido a realizar la transición de sus centrales eléctricas de pico en la ciudad a tecnologías de baja o nula emisión de carbono.
New York Power Authority (NYPA).
Por último, recientemente, South Bronx Unite y algunos funcionarios celebraron una manifestación frente a dos plantas de generación de energía eléctrica en el Bronx, que han estado en funcionamiento desde 2001, exigiendo que NYPA sea más transparente sobre su progreso en el cierre de las plantas.