Las energías alternativas son energías basadas en fuentes naturales y renovables, como la eólica, solar fotovoltaica, de biomasa, mareomotriz, geotérmica, entre otras, que no producen contaminantes directos a la atmósfera.
En México, de acuerdo a un estudio del Wilson Center Mexico Institute, el 73.3% de la electricidad producida en el país depende de combustibles fósiles (gas natural, petróleo, carbón y diesel). El otro 26.7% es producido con fuentes alternas, principalmente de las hidroeléctricas, cuyo aporte a la producción total es de 22%, y la energía eólica representa 5% y la solar solamente 0.1%.
Sin embargo, un 85% del territorio nacional es óptimo para proyectos de energía solar, además de la oportunidad para que el país se convierta en la séptima potencia mundial en esta materia, y en el caso de la energía eólica, nuestro país cuenta con un potencial de 50,000 MegaWatts (MW), cifra superior al pico de demanda eléctrica del país.
Cooperativa La Cruz Azul, consciente de las necesidades del entorno social, ambiental y comercial en el país, a principios del año 2018 puso en marcha las labores para producir energía fotovoltaica en una de sus plantas, convirtiéndose la Planta de Hidalgo en la primera Central Fotovoltaica de la cementera, la cual cuenta con mil 831 paneles solares que genera un millón de kilowatts por hora al año.
Además, el pasado mes de abril del año en curso, La Cruz Azul realizó la instalación de mil 139 paneles solaresen una superficie de 2,278 metros cuadrados en su edificio corporativo, ubicado en la Ciudad de México, con capacidad para generar hasta 438 kilowatts hora pico (kWp), el cual comenzó sus operaciones con la supervisión del personal de mantenimiento de la Cooperativa y de los técnicos especializados de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Este sistema fotovoltaico se instaló con el objetivo de apoyar el uso de energías renovables, disminuir las emisiones de dióxido de carbono y reducir costos, y así cumplir con el compromiso que tiene La Cruz Azul con el medio ambiente.
La empresa instaló también un medidor bidireccional, de acuerdo a las normas establecidas por la Comisión Reguladora de Energía (CRE), el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) y la CFE a través del cual es posible cuantificar la energía que generan los paneles solares, que se consume en las oficinas corporativas, la que proviene de la red eléctrica pública y la que se aporta a esta.
Con este proyecto se están logrando reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera en más de 486 toneladas al año, lo que equivale a no talar 14,272 árboles durante el mismo lapso. Asimismo, ha permitido reducir el consumo eléctrico de la red pública en casi 90%, y un beneficio adicional es que la energía fotovoltaica no produce ningún tipo de residuo durante toda la vida útil de las celdas solares, la cual es de 25 años.
Comunicado de prensa.