Una factura que cada año hace que miles de millones de euros salgan de este país hacia los productores de estas materias primas.
Pero cada vez menos. Ese mismo 9 de noviembre, el viento produjo 46% de la energía que se consumió en España, gracias a las decenas de molinos de vientos instalados en aquel país, que junto con Alemania, China y EU tiene la mayor parte de molinos eólicos del mundo. Ese mismo día la energía nuclear produjo 23% de la electricidad y la hidráulica un 5%. Sin duda cifras muy positivas para la ecología, ya que toda este energía se produjo sin producir CO2, ni consumir recursos limitados, además de importados en el caso de España.
Y aunque el 9 de noviembre fue un día excepcional, tanto que se exportó electricidad a los países vecinos, no es algo excepcional. En los 10 primeros meses de 2010, los molinos eólicos produjeron 15% de la electricidad consumida en España, los paneles solares 3% y la energía hidráulica 17%. En total, 34% de la energía se produjo de forma ecológica y económica. Suponiendo millones de euros de ahorro en la balanza corriente y miles de puestos generados en España.
Aunque en parte funcionen por las subvenciones del gobierno y los consumidores españoles, las energías renovables (eólicas e hidraúlica) se ha confirmado como una fuente competitiva y ecológica en los principales países del mundo. Y la energía solar avanza hacia el punto de rentabilidad, gracias a los avances técnicos, y la producción en masa de los equipos.
¿A qué se debe su escasa implementación en América Latina? Sin duda la existencia de grandes suministros de gas y petróleo en la región han hecho menos urgente el desarrollo de estas tecnologías en el pasado. Pero ya no más. Por un lado, el calentamiento global y la contaminación local de la quema de combustibles fósiles producen un daño ecológico claro.
Por otro, cada barril de petróleo o de gas que se quema localmente para producir una kilovatio de electricidad, y que se podría producir con el viento o el sol, es un barril que se deja de exportar y por lo tanto un menor ingreso para la economía nacional. Queda claro pues, la necesidad de impulsar estas energías eólicas y solares también en países ricos en gas y petróleo. En algunos países, como México , donde ya se habla que dejará de ser exportador de crudo para ser importador en pocos años, el plazo para este impulso es más corto.
Todo ello sin olvidar el aspecto estratégico. Las energías renovables parecen ser el futuro, quizás a medio o largo plazo, pero los países que no desarrollen profesionales, expertos y técnicos en estos campos, así como compañías potentes que operen en este mercado, quedarán en una situación de desventaja clara. Alemania, Dinamarca, China, EU o España no sólo han conseguido ahorrar millones de barriles de petróleo gracias a esta apuesta. También han generado puesto de trabajo de alto valor añadido y empresas que venden su conocimiento en esta área por todo el mundo.
Ahorro de dólares, mayores exportaciones, menor contaminación y desarrollo de empleo a nivel local. Beneficios que cualquier economía de la región necesita. ¿Por qué entonces este retraso en impulsar desde las administraciones públicas y la iniciativa privada este tipo tecnologías energéticas? En muchos países ya suponen entre 10-20% del suministro eléctrico.
*El autor es director de Comunicaciones para América Latina de la IE Business School de España.
Fuente: El Universal, Cartera, B9.
Reportero: Igor Galo*.
Publicada: 22 de Noviembre de 2010