Cada año, más de 2.5 millones de niños menores de 15 años adquieren alguna enfermedad relacionada con el consumo de agua contaminada (entre ellas infecciones gastrointestinales) y con la falta de ingesta del vital líquido (obesidad y diabetes), según análisis de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris)
Dichos males representan para el país un gasto de entre 300 millones y 3 mil millones de pesos, aunque la cantidad de enfermos puede bajar 25 por ciento sólo con la instalación de bebederos en las escuelas, señala.
Dicho documento de la Cofepris acompaña el anteproyecto de los lineamientos generales para la instalación y mantenimiento de bebederos en escuelas de nivel básico, públicas y privadas. La estrategia se pondrá en marcha este año con una parte de los recursos obtenidos por el impuesto especial de un peso por litro de refresco y bebidas saborizadas.
El documento puntualiza que el monto de la inversión necesaria para el tratamiento de los padecimientos se obtuvo en el límite inferior con base en los costos estimados por el Instituto Mexicano del Seguro Social. Lo más caro se explica si el gasto proviene del bolsillo de las familias en servicios médicos privados.
La Cofepris presentó el anteproyecto de lineamientos y las especificaciones técnicas de los bebederos ante la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) para su análisis y evaluación, e incluyó uno para determinar el impacto en salud y costo/beneficio que tendrá la disponibilidad de agua potable en los planteles de prescolar, primaria y secundaria del país.
De los más de 2.5 millones de niños enfermos en el año, la mayoría (2.3 millones) son por infección intestinal. Otros males relacionados con el consumo de agua contaminada son amebiasis intestinal, fiebre tifoidea, hepatitis A, paratifoidea y otras salmonelosis.
El estudio, a cargo de la Comisión de Evidencia y Manejo de Riesgos de la Cofepris, resalta la relación de sobrepeso y obesidad con la falta de consumo de agua. Esto también es causa de diabetes y afecciones isquémicas del corazón, indica. De ahí que la mayor disponibilidad de agua potable en los planteles de educación básica contribuiría a revertir esta problemática.
Cumplidas las especificaciones técnicas de los equipos para garantizar la calidad del líquido, lo que sigue es promover la mejoría de los hábitos de consumo de alimentos y bebidas de bajo contenido calórico. De acuerdo con los datos recabados por la Cofepris, la ingesta de bebidas azucaradas y refrescos ha sido factor determinante en el aumento del sobrepeso, la obesidad y la diabetes en México.
El organismo refiere un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), según el cual en sólo siete años (1999-2006) los adolescentes aumentaron el consumo de este tipo de bebidas en más de ciento por ciento, mientras entre las mujeres se incrementó hasta 300 por ciento.
En el mismo periodo se reportó el aumento en la prevalencia de otros males, principalmente diabetes y sus complicaciones. Aunque son padecimientos que se originan por diferentes causas, una de ellas tiene que ver con no tomar agua, subraya el análisis de la Cofepris.
El organismo destaca el beneficio que tendrán los bebederos en las escuelas; señala que los programas de abastecimiento de agua para uso y consumo humano en la población están vigentes, pero no se ha alcanzado la cobertura total.
Fuente: La Jornada