Si hay alguien que entiende el concepto de responsabilidad corporativa es indudablemente Coca-Cola; y más allá de eso, he de decir que quien se atreva a refutarlo no comprende muy bien el concepto de management empresarial.
— ¿Cómo es posible que se diga que Coca-Cola es responsable? ¿Que no saben las altas cifras de obesidad en el país? — es la típica frase de los radicales. La respuesta es que no se puede culpar a una empresa por una mala educación alimentaria nacional. ¿Podríamos culpar a Heineken del alcoholismo? Por supuesto que no. Hay que entender los términos uso y abuso de cada producto.
Por otro lado, antes de criticar a Coca-Cola, valdría la pena entender un poco qué es lo que están haciendo. Como ejemplo de he decir que han alineado toda su comunicación a un concepto tremendo, «Viviendo Positivamente», al que definen como: «Un compromiso por hacer una diferencia positiva en el mundo.»
Como parte de ese compromiso
• Coca-Cola se ha propuesto restituir toda el agua que utilicen para sus bebidas y procesos
• Trabaja constantemente en empaques sustentables, como su PlantBottle
• Buscan el desarrollo sustentable de las comunidades en las que sirven
• 40% de su portafolios es bajo en calorías
• Sus lugares de trabajo son tan diversos como sus mercados (90 mil empleos directos y 800 mil indirectos)
• Fue la 1a compañía de bebidas en contar con vehículos híbridos
Como una prueba de que ser bueno es un buen negocio, hay que decir que Coca-Cola acaba de ser reconocida como una de las 10 empresas más admiradas por la revista Fortune.
El entendimiento de la marca cruzando responsabilidad corporativa, sustentabilidad y reputación, es palpable en cada uno de sus comunicados, tal como en el que hoy exponemos, donde señalan claramente el contenido calórico, de grasas, azucares y sodio.
Creer que la responsabilidad social es un deber de las empresas, una obligación que éstas abrazarán por ética o moral, es tener una concepción equivocada del tema. La RSE es estratégica… y Coca-Cola lo ha entendido muy bien.