Desde hace muchos años el hombre consume carne, tanto que hoy por hoy este es uno de los principales hábitos en la dieta de cada día, sin embargo se trata de una costumbre que está afectando tanto a la salud personal como la del planeta.
Y es que, de acuerdo con un análisis publicado en la revista Science, el aumento de consumo de carne impulsado también por al crecimiento de la población y el ingreso económico, genera un papel importante en el aumento de las emisiones de carbono y la reducción de la biodiversidad.
Cabe mencionar que la producción de carne genera más contaminación que el mercado de frutas y verduras.
De acuerdo con el texto, es difícil imaginar cómo el mundo podría abastecer a una población de 10 mil millones o más de personas con la cantidad de carne actualmente consumida en la mayoría de los países de altos ingresos sin efectos negativos sustanciales sobre el medio ambiente”.
“Hay crecientes llamados para que los gobiernos intervengan con cambios en los sistemas económicos, políticos y/o legales que podrían transformar el sistema de producción de carne”.
Una de las opciones que hay para disminuir la huella de carbono de una persona es evitar la ingesta de carne de res, una medida muchísimo más significativa que si renunciara a sus automóviles.
Y es que según varios investigadores, la carne roja pesa más sobre el medio ambiente, pues según el informe, la producción ganadera actualmente representa el 15% de todas las emisiones de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso.
Entre más carne consumimos, mayor es la contaminación
En las últimas cinco décadas, el consumo promedio de carne por persona en todo el mundo se ha duplicado, pasó de ser de 22 kilos en 1961 a 42 kilos en 2014.
Se trata de un aumento de ritmo mucho más acelerado que el crecimiento de la población, éste se ha cuadriplicado desde 1960.
Además de la contaminación, el consumo de carne también tiene consecuencias en la salud humana. Puede provocar un aumento constante del cáncer colorrectal y las enfermedades cardiovasculares.
Según Tim Key, epidemiólogo de la Universidad de Oxford y coautor de la revisión, lo que está sucediendo es una gran preocupación y si el consumo de carne aumenta aún más, será mucho más.
En las últimas cinco décadas, el consumo promedio de carne por persona en todo el mundo se ha duplicado, pasó de ser de 22 kilos en 1961 a 42 kilos en 2014.
“En un nivel amplio, se puede decir que comer cantidades sustanciales de carne es malo para el medio ambiente”.
El consumo en exceso de carne genera cambios en nuestro cuerpo, por ejemplo, la modificación de la membrana de las células, lo que da lugar a enfermedades como la gota, la hipertensión, problemas hepáticos o un aumento del colesterol en la sangre.
La mayoría de los animales de ganado tienen altos niveles de estrés y sufrimiento, sin inmovilizados, drogados y hasta hormonados, sustancias que los consumidores ingieren tras comer carne.
China es el mayor productor y consumidor de carne el segundo de Estados Unidos. Países Bajos, Dinamarca o Tailandia son los que se encuentra entre los países que menos carne consumen en el mundo.
Se prevé que de seguir así la tendencia de crecimiento mundial y consumo de carne, para el 2020 habrá que aumentar la producción en un 40%.
