¿Presentarme a una entrevista de trabajo mientras estoy embarazada? Una pregunta que más de una mujer se ha realizado y con ella, también llega el hecho de limitarse a postularse por miedo a la discriminación laboral…
Jen Watts Welsh, directora de estrategia de Heat, decidió emprender este camino y no permitir que su embarazo y planes familiares la limitaran a conseguir una mejor oportunidad laboral.
Falta de oportunidades
Dentro del mundo laboral, la mujer es la que más discriminación sufre. La mayoría están expuestas a recibir un sueldo menor, a no tener oportunidades de crecimiento y existe una gran probabilidad de que sean despedidas si deciden embarazarse.
Algunos datos arrojados por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), señala que de 2011 a 2018, se han registrado poco más de 2 mil 700 quejas presentadas por mujeres. Estas han estado relacionadas por embarazo, género, condición de salud y discapacidad
Lamentablemente, aunque muchas empresas están integrando políticas que favorezca a las mujeres, existen otras que se resisten a contratar a mujeres embarazadas o a mantenerlas en su equipo de trabajo porque para las marcas dejan de ser productivas laboralmente y disminuyen su capacidad de atención.
Sí, sabemos que todo lo anterior es bastante triste pero existe un caso de éxito de que te ayudará a empoderarte y a comprender que tus planes familiares no son un impedimento para crecer profesionalmente y buscar mejores oportunidades.
¿Entrevista de trabajo mientras estoy embarazada?
Jen Watts Welsh, actual directora de Estrategia de Heat, tomó la decisión de continuar su carrera profesional y comenzó un proceso de entrevista cuando tenía seis meses y medio de embarazo.
A los ocho meses recibió otra oferta de trabajo y dos semanas después de dar a la luz a su segunda hija, recibió un contrato formal que comenzó a correr posterior a que se tomó cinco meses de descanso remunerado.
Quizá y desafortunadamente, te suene a película de comedia o algún género parecido pero esta historia es real y con ella Watts busca que miles de mujeres se empoderen y se atrevan a continuar su vida profesional.
Aunque claro no fue sencillo lidiar con los tabúes personales y mucho menos el de los entrevistadores.
De acuerdo con Jen Watts Welsh, nuestra normal social dicta que cuando una mujer sabe que esta embarazada, debe tratar de mantener su posición laboral, le guste o no, por la licencia de maternidad y asistencia médica que se le debe otorgar.
Por otra parte, el temor a no ser tomadas en cuentas por su condición, las limita a dar el siguiente paso y buscar una nueva oportunidad laboral que las haga crecer profesionalmente.
En el caso de Jen Watts Welsh, ella reconocía que ya había dado todo lo que podía dar dentro de su último empleo pero al enterarse de su embarazo de tres meses creyó que no podría encontrar una nueva oportunidad.
Sin embargo, se atrevió y comenzó a postularse, a investigar acerca de su licencia de maternidad y finalmente a emprender este nuevo camino sin importar su embarazo.
¿Nosotros te llamamos?
Jen menciona que los primeros filtros fueron positivos pero cuando llegaba el momento de confesarles que se encontraba embarazada, los reclutadores respondían algo como: «¡Oh, felicidades! Eres como la tercera mujer con la que he hablado este mes que está embarazada. Debe haber algo en el aire. De acuerdo, hablemos después de que nazca el bebé».
La mayoría de los reclutadores con los que mantuvo contacto eran otras mujeres pero decidió que esto no limitaría sus ganas de acceder a otro empleo.
Así que en su búsqueda por encontrar un balance personal y laboral, se reunió con unos colegas en una cafetería; uno de ellos resulto ser el CEO de la empresa Heat.
Jen entabló una conversación con él, en la que le mencionó que si después del embarazo podía existir la oportunidad de obtener una entrevista en la compañía y la respuesta de su colega fue positiva.
Unos días después Jen se percató que no tendría porque esperar al nacimiento de su bebé para tomar una oportunidad laboral, así que desafió el status quo por el comportamiento aceptable de una mujer embarazada y decidió comunicarse con su colega para decirle que ya estaba lista para comenzar el proceso de entrevista.
Ella admite que la idea del rechazo y el fracaso la invadieron pero la reacción de su jefe actual fue positiva y la llamó para entrevista. Jen comparte que durante el proceso, ninguno de los reclutadores la excluyó por su embarazo, sino todo lo contrario.
“Terminó siendo la experiencia más empoderadora de mi vida profesional hasta la fecha. Mi entrevista mientras estaba embarazada me desafió a bajar la guardia y ser completamente yo misma desde el primer día”, mencionó.
A los ocho meses de embarazo, después de un proceso que no fue más que positivo, recibió una oferta de trabajo formal para un puesto que no había soñado perseguir meses antes.
¿Y la licencia de maternidad?
Una de las barreras que limitan a las mujeres es perder la licencia de maternidad pero Jen, desde el primer día, negoció con su nuevo empleador, la oportunidad de tomar la licencia de su ex empleador y la que le otorga el gobierno.
“Mi nuevo empleador inicialmente esperaba comenzar después de tres meses de descanso con el bebé, pero les dije que sería un mejor empleado si pudiera comenzar después de cinco meses”, señaló.
Ellos apoyaron esta solicitud e incluso las seis semanas de licencia no remunerada que planeaba tomar fue pagada e incluso recibió un aumento salarial durante este periodo.
“Me doy cuenta de que fui muy afortunada. Para empezar, no todas las mujeres tienen una licencia de maternidad, ni todas las nuevas empleadoras están tan dispuestas a ser flexibles con el tiempo de licencia familiar”, comentó.
Sin embargo, menciona que esta etapa de la vida es de los mejores momentos para que las mujeres sigan exigiendo lo que les corresponde y no se limiten a buscar nuevas oportunidades laborales.
Un balance…
Jen, además de tener que cuidar sus deberes laborales, tenía que prestar mucha atención a sus hijos y bombear su leche materna por lo menos dos veces al día durante su jornada laboral.
Afortunadamente en Heat encontró un apoyo y políticas laborales que no solo buscan cuidar su bienestar laboral, también personal y este apoyo le permitió encontrar un balance.
“No es sorprendente que esta agencia sea la mejor organización en la que he trabajado y que cuenta con programas para cuidar a sus colaboradores y buscar activamente la excelencia en la diversidad y la inclusión en el lugar de trabajo”, agregó.
Para Jen, su historia debe inspirar a otras mujeres a luchar por sus objetivos pero, también tiene que motivar a las compañías a integrar mejores prácticas.
Estas deben retirar el tabú de que las mujeres embarazadas no son capaces de cumplir con sus deberes. Tiene que comprender que en su rechazo, también existe una enorme fuga de talentos que puede ser beneficiosa para la compañía.
“Sé que esto es particularmente desafiante para las pequeñas empresas o los equipos más pequeños, pero contratar a la persona adecuada también es valioso a largo plazo”, señaló.
Otra recomendación que realizó fue directamente a los reclutadores: “no asuman que el embarazo es un botón de pausa para las mujeres o las empresas. Usted podría estar haciendo daño a ambas partes al hacerlo”, agregó.
Las mujeres, deben atreverse a buscar activamente el crecimiento profesional durante su embarazo, si así lo buscan. Por su parte, las empresas deben ser más inclusivas y romper con todos los prejuicios.
El caso de éxito de Jen no debe ser excepcional, al contrario, debe impulsar que cada vez más mujeres que deciden ser mamás, tengan la oportunidad de conservar su trabajo, acceder a nuevas oportunidades laborales y contar con mejores prestaciones.